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Presupuesto Base Cero regresivo y sin estrategia para el agro

“Programas del campo mal orientados son una fábrica de pobres”…

El presupuesto Base Cero es una fusión de programas que sigue privilegiando a grandes agricultores, es regresivo, responde a pago de cuotas o favores partidistas, no plantea una estrategia integral para el desarrollo del campo y sigue siendo asistencialista. Esta forma de canalizar recursos ha llevado a que el área rural concentre gran parte de los dos millones de nuevos pobres de México, generados durante la presente administración.

Así lo plantearon organizaciones del sector rural, legisladores, analistas, rectores de universidades y dirigentes de organizaciones campesinas, quienes propusieron ver al campo no como un problema, sino como un sector que puede contribuir al desarrollo del país y generar procesos de desarrollo regional y nacional, donde se debe apoyar sobretodo a los pequeños agricultores.

Durante el foro El campo en el presupuesto Base Cero, organizado por el Senado de la República,  a nombre de las organizaciones que integran El Campo es de todos, Isabel Cruz Hernández, propuso que el Programa Especial Concurrente (PC) para el campo incluya un nuevo “Programa de fomento a la productividad de la agricultura y economía campesina y familiar” que considere un monto de 40 mil millones de pesos, donde se promueva la bancarización del ProAgro para vincular ahorro-crédito y facilitar el acceso a crédito productivo; crear un organismo público para la estabilización de precios de granos básicos y aplicar un enfoque territorial en el diseño del presupuesto.

En el escenario económico adverso de México, enfatizaron, ni siquiera se trata de canalizar mayores recursos al campo, sino de hacer uso más eficiente de éstos, con un enfoque productivo que tenga objetivos concretos y que permita que los subsidios se reorienten para que los pequeños productores puedan usarlos como garantía para acceder al crédito.

Consideraron que la construcción de un presupuesto Base Cero requiere de por lo menos tres años de maduración y de una definición para qué se van destinar los recursos públicos.

El senador Fidel Demedecis expuso que en tres años de la presente administración se incorporaron dos millones más de pobres y recordó que bien es sabido que programas sociales mal orientados son una “fábrica de pobres”, por lo que en el diseño del presupuesto Base Cero esta es una realidad que debe tomarse en cuenta.

Lamentó que a pesar de que México tiene potencial productivo, el año pasado importó 451 mil 400 millones de pesos en alimentos, “gastamos más en esto que en producir alimentos”, por lo que es necesario que el gobierno de Enrique Peña atienda de manera urgente a este sector.

Los montos del PEC –añadió– no se reflejan en la competitividad del sector, la cual se ha estancado y no se apuesta al campo como un sector productivo, capaz de reducir pobreza alimentaria, ya que hay condiciones naturales y humanas.

Héctor Robles Berlanga, investigador de la UAM, dijo que el presupuesto Base Cero no se puede construir de aquí a septiembre, sino que debe ser una labor de varios años, “no de la noche a la mañana”.

De 2003, rememoró, el PEC creció 180 por ciento, tuvimos más presupuesto, pero los indicadores de pobreza ahí están y la productividad no creció. Por lo que no es un problema de más presupuesto y es posible construir uno diferente, incluso no se requiere más dinero si un sentido de política distinta y apoyar al pequeño productor.

Al respecto refirió que hoy más de 150 programas del PEC, sólo ocho llegan a los productores y la mayoría sólo al 10 por ciento de éstos, además que son altamente regresivos, como Proagro Productivo o el de coberturas.

Hizo hincapié en que no se trata de no apoyar a los grandes agricultores, sino hacerlo en especial con los pequeños productores, que son los que tienen mayor potencial de desarrollo al aportar 39 por ciento de alimentos básicos y generar seis de cada diez empleos en el campo, aun sin apoyo productivo.

Sugirió que existan reglas de operación únicas y que Proagro Productivo, Progan y Procafé se fusionen en un mismo padrón, con lo que se estaría atendiendo a tres millones de unidades de producción, que es muy alto. Propuso que Progran se otorgue a productores de hasta cien cabezas de ganado y Proagro hasta 20 hectárea, con lo que se cubriría hasta 90 por ciento de productores.

Insistió en que los pequeños productores deben dejar de ser tratados como pobres y darles un trato de productores, bajo un enfoque territorial y fomentar la inclusión financiera  a través de Proagro, Progan y Procafé, que pueden ser usados como garantía del 30 por ciento y si se paga al año siguiente se puede elevar a 60 por ciento, como lo hace  Bansefi con Prospera.

El consejero académico del Coneval, John Scott, afirmó que  las políticas para el campo en lugar de reducir las brechas productivas las han profundizado, al igual que los ingresos rurales. En 20 años no disminuyó la pobreza rural por ingreso, aunque las transferencias dirigidas fueron efectivas pero en forma modesta en el caso de pobreza extrema.

Recalcó que hay un doble desperdicio en la efectividad de políticas públicas, porque no se reduce pobreza porque los recursos no llegan y la agricultura deja de ser un medio para escapar de la pobreza.

Tras señalar que la pobreza rural representa 60 por ciento del país, aseveró que el gran reto es cómo atender a esta población, por lo que se requiere de nuevos instrumentos, un cambio de visión y voluntad política.

El investigador de la división de economía del CIDE, añadió, que el presupuesto debe tener objetivos claros y optimizar impacto de recursos, mejorar programas que se operan sean o no prioritarios, mantener monitoreo constante para ver si cumple y da resultados.

Isabel Cruz  subrayó que el presupuesto para el campo no sólo es problema de monto de dinero, sino que se requiere de una profunda reforma institucional, hay que hacer una reformulación de la estructura programática del PEC a partir de Base Cero y un cambio

radical implica afectar intereses que hoy tienen una sólida interlocución política, por lo que propuso crear un grupo plural para gestionar presupuesto público.

El informe sobre pobreza del Coneval –remarcó– debería dejar claro que la prioridad del país es reducir la pobreza con un enfoque productivo, porque “no va a haber más dinero, lo que necesitamos es reestructurar la manera en que este se usa en el campo”.

Puntualizó que el 30 de junio la Secretaría de Hacienda presentó una propuesta de presupuesto Base Cero, que es una simplificación administrativa sin reestructuración efectiva de los programas del campo que mantiene un uso inercia de subsidios y tiene un carácter regresivo de los apoyos al campo y sólo se compactan programas que se otorgan por cuotas políticas, no para desarrollo de proyectos productivos.

Hay un crecimiento exponencial del presupuesto social de combate a pobreza y no el de enfoque productivo. Hoy, en mil 570 municipios predomina un enfoque asistencialista y sólo en 358 hay una inversión productiva y esto tiene que cambiar en el presupuesto Base Cero

El senador Sofío Ramírez, integrante de la Comisión de zonas marginadas, 53.3 a 55.3 de mexicanos a en pobreza, gran porcentaje del sector rural y la alimentación depende del campo mexicano.

Dijo que Guerrero hoy esta convulsionado socialmente y viven los más pobres donde se tiene tierra pero no se produce y hay pueblos donde la mujeres están al frente de la familia, por lo que se requiere de una gran reforma del campo y crear un frente de desarrollo agropecuario para estar más de cerca del campo.

 

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