Ciencia y Tecnología

Combinan acuacultura e hidroponía para optimizar el uso del agua

Frente a la escasez de recursos hídricos en México, científicos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) trabajan en una solución para hacer eficiente el uso del agua al optimizar los procesos de acuaponia, una técnica que permite el cultivo simultáneo de plantas y peces, al combinar la acuicultura y la hidroponía.

En colaboración con el Departamento de Agronomía de la Universidad de Tottori, en Japón, los investigadores mexicanos —dirigidos por el doctor Juan Ángel Larrinaga Mayoral-—trabajan para que este desarrollo tecnológico impacte positivamente en modelos de desarrollo agroproductivos de Baja California Sur.

Bajo el título Desarrollo de acuaponia combinada con cultivo a cielo abierto adaptados a regiones áridas para la producción sustentable de alimentos, el proyecto suma las habilidades del cultivo de peces (acuicultura) con las de vegetales (hidroponía), al hacer frente a limitaciones de tierra fértil y agua dulce.

Más de la mitad del territorio nacional es zona árida y semiárida, refiere el reporte El medio ambiente en México (2013-2014) de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); al tiempo que 77 por ciento del total de las extracciones hídricas para usos consuntivos en México en 2011 se destinó al sector agrícola con un consumo de 61.6 kilómetros cúbicos, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Frente a este panorama, es necesario orientar los modelos de producción de alimentos a las características de las diferentes zonas geográficas del país.

Desde hace 20 años, el Cibnor trabaja en modelos agrícolas enfocados en el máximo ahorro de agua de riego y en las condiciones de salinidad, en coordinación con el equipo de la Universidad de Tottori y la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés).

Cultivo de peces y plantas

El doctor Larrinaga Mayoral, responsable del proyecto de acuaponia, menciona que esta investigación se encuentra en su fase inicial, al instalar la infraestructura y los equipos necesarios que permitan su desarrollo por un periodo de cinco años.

El investigador del Programa de Agricultura de Zonas Áridas del Cibnor —que pertenece al Sistema de Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia yTecnología (Conacyt)— explica que se desarrolla un prototipo de producción acuapónica de alimentos con un determinado volumen de agua que consecutivamente se utilice para el cultivo de peces y de especies vegetales tolerantes a la salinidad.

“Es un esquema de eficiencia del vital líquido y de doble producción de alimentos con alto contenido de proteínas que va en aumento en todo el mundo; experiencias de otros países demuestran que es una alternativa en regiones donde los recursos naturales son limitados, especialmente el agua”, indica.

Estos sistemas son pequeños en comparación con las superficies que maneja la agricultura convencional, pero pueden ser enfocados como procedimientos intensivos de producción o células productivas estandarizadas con metodologías particulares que, entre otros beneficios, elevan la calidad de las cosechas.

El especialista, que tiene como líneas de investigación la fisiología y bioquímica de la plantas bajo estrés abiótico, asevera que el procedimiento que implementan consiste en cultivar peces en recipientes con agua salobre, los cuales están ahí en un tiempo perentorio enfocado en esas especies, en el cual excreten sus residuos. Al ser un sistema conectado, dicha materia orgánica se convierte en nutrientes para las plantas cuando pasa por un proceso de filtrado para cubrir ciertas características químicas y biológicas necesarias para la siguiente etapa. Una vez que las plantas filtran el vital líquido y extraen los nutrientes para su desarrollo, bajan el contenido de salinidad y es tiempo de recircularla a los peces.

Valor agregado

Tras firmarse el convenio de colaboración en septiembre del año pasado (con apoyo financiero del Conacyt y de JICA) tanto los investigadores mexicanos como los japoneses han definido las particularidades en la ejecución para que, a través de diversas pruebas y métodos, se determine cómo intensificar los sistemas de producción.

Hasta ahora se ha especificado que se cultivará tilapia, camarón y langosta de agua dulce; en el caso de los vegetales contemplan hierbas aromáticas, betabel, acelgas, jitomate saladet y cherry.

“Vamos a usar agua salobre, esto es importante porque normalmente los sistemas de acuaponia trabajan con agua potable. Nosotros, al estar en el desierto, donde hay pozos de agua no apta para los cultivos en forma estándar, es decir, en contenidos de sanidad (agua de moderada salinidad con un décimo de agua de mar) no adecuadas para la producción vegetal, queremos incorporarla en la producción de alimentos y así reintegrar estos recursos hídricos a actividades productivas en las zonas áridas, además de crear estrategias de autosuficiencia alimentaria en primer término y, desde luego, buscar la posibilidad de autofinanciamiento de estos sistemas intensivos de producción de alimentos de origen animal y vegetal”, subraya.

En entrevista, Larrinaga Mayoral asevera que los tipos de peces con los que trabajarán sí se adaptan a esa calidad de agua, en tanto que las plantas que usarán estarán siempre ante un ambiente de estrés por el nivel de salinidad, lo que potenciará la producción de metabolitos, tales como los antioxidantes y azúcares, entre otros.

“Son plantas que concentran ciertos antioxidantes, los cuales repercuten en un mejor nivel de salud en el consumidor, en el caso del chile es más vitamina C y en algunas especies, como el tomate, puede concentrar más licopenos, azúcar y otras vitaminas, eso será un valor agregado que le impone el sistema cuando usamos agua salobre en el sistema para su cultivo”, detalla.

Por su forma de operación estos sistemas están completamente controlados y, por lo tanto, es una posibilidad llevarlos a una producción que pueda tener certificación de sistemas de producción intensiva de alimentos, como un paso intermedio a la certificación de sistemas acuapónicos orgánicos, lo que permitirá incrementar el valor de los productos en los mercados demandantes.

Fuente: Agencia Informativa Conacyt

 

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