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Importación cero de maíz en 5 años: meta en administración de AMLO

  • Proyecta equipo de AMLO para el campo ser autosuficiente en maíz
  • Compras gubernamentales beneficiarán a un millón de productores pequeños
  • 20 mil mdp por año será la inversión productiva de Sagarpa
  • Se establecerán 100 regiones rurales y 60 zonas indígenas prioritarias

La administración que encabezará Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reducirá la importación de maíz a cero durante los próximos cinco años, objetivo que forma parte del Proyecto estratégico de autosuficiencia alimentaria que planea incrementar la producción interna y reducir la dependencia de alimentos básicos del exterior, que significará en el sexenio dejar de importar alrededor de 70 mil millones de dólares en alimentos.

En entrevista exclusiva con www.imagenagropecuaria.com, el responsable del proyecto que diseña el equipo del próximo gobierno para la Secretaría de Agricultura, Víctor Suárez Carrera, explicó que la proyección es incrementar el rendimiento de maíz en 20 por ciento por año y pasar del promedio nacional de tres toneladas por hectárea a seis, con lo cual estaremos produciendo de 48 a 50 millones de toneladas hacia el 2024.


Recordó que en México tenemos una superficie de alrededor de ocho millones de hectáreas que se cultivan con maíz, donde se producen 24 millones de toneladas y para abastecer la demanda estamos importando 15 millones de toneladas del grano, principalmente de Estados Unidos.

En cinco años vamos a estar produciendo todo el maíz que consumimos en México, maíces blancos, amarillos y nativos”, aseguró Víctor Suárez, quien puntualiza que la prioridad del gobierno de AMLO es reducir la dependencia en maíz frijol, trigo, leche carne de cerdo y pescado. En oleaginosas se busca reducir por lo menos en un 50 por ciento las importaciones actuales, que hoy representan 90 por ciento de las necesidades del país.

La estrategia –explica– contempla establecer un precio mínimo garantizado para los productores de maíz en forma diferenciada para agricultores de pequeña y mediana escala, de maíz blanco, de amarillo o nativos. Este esquema tendrá dos modalidades, uno es el “precio de garantía” establecido para compras gubernamentales, a través de Diconsa, donde se estima adquirir entre dos y tres millones de toneladas de maíz en beneficio de un millón de productores pequeños de zonas rurales e indígenas, principalmente del sur-sureste.

La otra modalidad será el Ingreso Objetivo que tendrá adecuaciones para garantizar certidumbre anual de ingreso al productor, según sean maíces blancos, amarillos o nativos. Aquí se incluye agricultura por contrato, coberturas, seguro al ingreso esperado y apoyos a la pignoración de cosechas. Esto se operará a través de Aserca (Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios), refiere el ex director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (Anec).

El también ex integrante de la Campaña Sin Maíz no hay País hace hincapié que en la estrategia de autosuficiencia alimentaria del nuevo gobierno, a partir del 1 de diciembre próximo, la atención central es cumplir el derecho a la alimentación que esta garantizado por la Constitución y los convenios internacionales suscritos por México, para lo cual se establecerá un sistema de producción comercialización y distribución, a través de Liconsa y Diconsa, de una canasta alimentaria básica para toda la población rural y urbana en situación de pobreza.

La estrategia de autosuficiencia –recalca— se extenderá a la producción de fertilizantes químicos y biofertilizantes, así como otros insumos para buscar que reduzcan costos de producción y aumente la rentabilidad de los productores y para avanzar gradualmente hacia un sistema agroecológico de producción.

Inversión productiva

El responsable del Proyecto estratégico de autosuficiencia alimentaria estima que tan sólo de la Sagarpa se destinarán alrededor de 20 mil millones de pesos por año a inversión productiva para el campo, a lo que se sumarán recursos de Conagua y las secretarías de Comunicaciones y la de Energía.

Esta inversión productiva estratégica del gobierno federal, que pretende dinamizar la inversión privada y social, se enfocará a cinco áreas: producción de insumos, tecnificación del riego; energías renovables para actividades agropecuarias y pesqueras; infraestructura de almacenamiento y redes de frío; eficiencia en logística de movilización de cosechas; centros estratégicos de transformación y distribución logística.

Suárez Carrera explica que todo se ejecutará a través de programas regionales de desarrollo sustentable, para lo cual se establecerán 100 regiones rurales y 60 zonas indígenas prioritarias.

Reitera que todos el presupuesto al campo se va a reorientar en función de los nuevos objetivos de rescate al campo, de autosuficiencia alimentaria con prioridad a pequeños y medianos productores y atención regiones rurales e indígenas que no han sido atendidas en 30 años.

El equipo de AMLO para el campo también revisa el presupuesto de la Sagarpa bajo criterios de presupuesto “base cero” para garantizar que los mas de 54 programas, miles de reglas de operación se reduzcan a diez o doce programas con el mismo número de reglas y que los apoyos públicos lleguen directamente al productor. “Se van a focalizar las acciones del gobierno federal y evitar la corrupción en el uso de recursos”, remarca.

Masificación del financiamiento

Dentro del proyecto de autosuficiencia alimentaria también se incluye un componente de acceso a financiamiento y seguros agrícolas. Se va a generar un programa de masificación del financiamiento a tasas bajas, ya que hoy solo de 10 a 15 por ciento de productores tiene acceso a éste, afirma el experto.

Víctor Suárez señala que se mantendrá actual esquema de banca de desarrollo, con FIRA y Financiera Rural de Desarrollo, pero se mejorará la coordinación y alineamiento de ésta con los objetivos de la nueva política agroalimentaria, es decir de apoyar prioritariamente la autosuficiencia alimentaria, a pequeños y medianos productores, a regiones rurales e indígenas y sistemas de producción sustentables.

También se ordenarán los mercados agrícolas en función de la producción y la demanda regional. Vamos a “transitar” de mercados nacionales de granos con grandes costos de logística a producir en la región lo que ahí se consume para optimizar los costos y tener mayor competitividad frente a granos importados.

Otro aspecto que se va a impulsar “es la adopción de innovaciones tecnológicas para incrementar la productividad, pero en la dirección de un nuevo sistema agroecológico y sustentable de producción, con menos insumos químicos, más insumos biológicos, con uso eficiente del agua, con aplicación de ciencia y tecnología y los conocimientos de los propios productores”.

Una meta que se plantea en el Proyecto de Nación 2018-24 es ampliar el riego agrícola en 1.5 millones de hectáreas para llegar a un total de ocho millones, pero Suárez Carrera acota que antes de ampliar esta superficie se aplicará un programa de tecnificación de distritos y unidades de riego para pasar de 70 a 85 por ciento en el uso eficiente de esta agua.

En una segunda etapa de la administración –agrega– se planearía el incremento de distritos de riego en regiones de San Luis Potosí, norte de Veracruz ,Tamaulipas, Chiapas, Tabasco y Campeche.

Al respecto, el también ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Autónoma Chapingo, subraya: “tenemos que prever el impacto del cambio climático en algunas regiones agrícolas del país y el agua será un factor clave para asegurar la seguridad alimentaria de la población en próximos 50 años”.

Como parte de esta estrategia se esta evaluando el traslado de las responsabilidades sobre las áreas de riego que tiene la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a la Sagarpa.

Para el colaborador del equipo de AMLO, además se requiere un sistema de organización productiva, asistencia técnica y capacitación, que no han existido en las últimas tres décadas.

El experto en temas agrícolas resume que con esta estrategia al final del sexenio se llegará a cero importaciones de maíz y México sería autosuficiente modificando las capacidades productivas ociosas o subutilizadas para generar empleos, ingresos y dar oportunidad para mejor vida de quienes viven en el campo y garantizar el derecho a la alimentación de la población rural y urbana.

El campo –asevera– ha sido abandonado y eso permitió el avance del crimen organizado en zonas rurales, por ello como parte de un plan para la construcción de la paz en México el agro tiene que aportar su parte, tenemos que ver la autosuficiencia alimentaria como una parte de esta estrategia.


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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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