Ciencia y Tecnología

Ingesta de calorías ha aumentado en un tercio por habitante

El informe más reciente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) identificó que en los últimos 60 años se ha incrementado al doble el consumo de aceites vegetales y carne, además la ingesta de calorías ha aumentado en un tercio por habitante, patrones de consumo que ha provocado mayor sobrepeso en la población, pero con altos niveles de desnutrición.

El reporte sobre “Cambio climático, desertificación, degradación de la tierra, gestión sostenible de la tierra, seguridad alimentaria y flujos de gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres”, también observó que hasta 30 por ciento de la comida producida se desperdicia y eso contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero.

“En un escenario en el cual se sustituyera el consumo de carne por el de arroz, no cambiaría el problema, puesto que la expansión de los campos arroceros también representa un incremento en la concentración de metano en la atmósfera”, explicó Dulce Y. Flores Rentería, investigadora del Cinvestav Unidad Saltillo, quien participó en la elaboración dicho reporte.

El informe también ofrece conclusiones sobre las causas de la degradación de la tierra. Por ejemplo, señaló que su gestión insostenible tiene impactos económicos negativos y se proyecta que el cambio climático los agravará. Asimismo, reconoce que la administración adecuada de la tierra puede contribuir a reducir los impactos negativos de múltiples factores estresantes en los ecosistemas y las sociedades.

El reporte señala que el cambio climático afecta los cuatro pilares de la seguridad alimentaria: disponibilidad (rendimiento y producción); acceso (precios); utilización (nutrición); y estabilidad (disponibilidad).

Flores Rentería, quien trabajó en el apartado sobre Degradación de la Tierra, sostuvo que “tanto el cambio climático como la degradación de la tierra afectan directamente la cantidad y calidad de los cultivos, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria; se identificaron los riesgos que se sufrirán como la degradación de ecosistemas, escasez de agua, inundaciones en las zonas costeras, incremento en la intensidad y frecuencia de incendios”.

Además, señaló que en México por la extensión y diversidad de su territorio existen muchos riesgos en múltiples regiones; en las costas se espera un incremento de la degradación de los ecosistemas, por la combinación del aumento del nivel del mar y ciclones más intensos.

En las zonas áridas (30 por ciento del territorio) se proyecta una reducción en la productividad de cultivos y ganadería, con una modificación en la mezcla de especies de plantas que reducirán la diversidad, debido a que en los cultivos convencionales se tiende al uso de monocultivos, lo cual significa una reducción en la complejidad ecológica de los paisajes.

“Estos estudios son de vital importancia para mantener e incluso mejorar la productividad de los ecosistemas productivos del país, aspirando a la adaptación y mitigación ante el cambio climático”, aseguró Dulce Y. Flores Rentería.

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