Alimentos Sanos

Alimentos irradiados, una alternativa de conservación

Las enfermedades transmitidas representan no sólo una amenaza para la salud humana sino también una causa importante de la disminución en la productividad económica de un país. Estudios realizados por el US Center for Disease Control (Centro de los Estados Unidos para la lucha contra las enfermedades) señalan que en los países altamente desarrollados como Estados Unidos las enfermedades transmitidas por alimentos ocasionan miles de muertes y millones de casos de diarrea al año.

Por su parte la US Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y medicamentos de los Estados Unidos), indica que las pérdidas económicas asociadas a estas enfermedades se estiman entre cinco mil millones y 17 mil millones de dólares por año.

Por ello gobierno e industriales de diversos países han recurrido al empleo de técnicas especiales para conservar la calidad, sanidad e inocuidad de sus productos alimenticios y reducir las enfermedades entre los consumidores así como grandes pérdidas económicas.

Una de estas técnicas -relativamente nueva- es la irradiación de alimentos, la cual consiste en un tratamiento con determinados tipos de energía radiactiva para inhibir la germinación y destruir las bacterias. La irradiación, también sirve para retardar la maduración de determinadas frutas y legumbres al producir reacciones bioquímicas en los procesos fisiológicos de los tejidos vegetales.

El procedimiento de dicha técnica supone el paso de los alimentos por un campo de radiación a una velocidad determinada para controlar la cantidad de energía o la dosis absorbida por el alimento, ya que el producto no debe entrar en contacto directo con la fuente de radiación.

La irradiación de alimentos comprende la utilización de determinadas fuentes de radiación, como los radionucleidos cobalto 60 o cesio 137; aparatos de rayos X con una energía máxima de 5 millones de electronvoltios y aparatos de electrones con una energía máxima de 10 electronvoltios. Ya que las energías de estas fuentes son demasiado bajas para inducir radiactividad en cualquier material, incluidos los alimentos.

Alimentos irradiados, en todo el  mundo

En 37 países las autoridades sanitarias y de seguridad, influenciadas por el establecimiento de una norma mundial para los alimentos irradiados, han aprobado la irradiación de cerca de 40 tipos distintos de alimentos, que abarcan desde especias, granos, carne de pollo deshuesado, mariscos, frutas y legumbres.

Dicha norma aprobada en 1983, por la Comisión del Codex Alimentarius, órgano conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), estipula claramente que los alimentos irradiados deben ir acompañados de documentos de embarque en los que se identifiquen el irradiador, la fecha de tratamiento, el lote, la dosis, así como otros detalles del procedimiento.

En la actualidad existen aproximadamente 160 instalaciones industriales de irradiación gamma funcionando en todo el mundo. En México, contamos con cuatro instancias que se dedican a la irradiación comercial: la planta del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (INI), dos compañías privadas y el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Muchas de las instalaciones de irradiación se dedican al tratamiento de alimentos pero además de otros tipos de productos, entre ellos los cosméticos, corchos para botellas de vino, artículos para hospitales y productos médicos, así como algunos tipos de envasados para alimentos.

Técnica de conservación

La irradiación de alimentos es un método que se utiliza para garantizar la calidad higiénica de diversos alimentos debido a su eficacia en la lucha contra las enfermedades parasitarias transmitidas por  los alimentos sólidos, especialmente los de origen animal.

Si bien el solo uso de la irradiación como técnica de conservación no permitirá solucionar las pérdidas mundiales de alimentos, que la FAO estima en 25 por ciento del total de la producción mundial, éste proceso puede desempeñar un papel importante en su reducción y en la disminución a la dependencia de plaguicidas químicos, enfatiza el Grupo Consultivo Internacional sobre irradiación de alimentos (GCIIA) en su estudio La irradiación de alimentos: hechos y realidades.

En dicho estudio, el GCIIA también señala que el desarrollo de dicha tecnología dependerá en mucho de la comprensión y aceptación del proceso por parte del público;  ya que frecuentemente y de manera general existen mal entendidos y temores en torno a las tecnologías relacionadas con la energía nuclear y la utilización de radiación; pese a que los resultados de diversas investigaciones sobre la irradiación de alimentos, no han demostrado la existencia de un riesgo para la salud de los consumidores.

Frente a dichos malentendidos, el GCIIA asegura que es importante no confundir la irradiación de alimentos con alimentos radiactivos, ya que estos últimos son aquellos que han sido accidentalmente contaminados por sustancias radiactivas procedentes de ensayos de armamentos o accidentes en reactores nucleares.

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