Diferentes fuentes coinciden en señalar que la comida mexicana gana terreno tanto en su mercado natural, que son los migrantes mexicanos y los estadounidenses de origen mexicano, como entre los estadounidenses que cada vez gustan más de los platillos tradicionales mexicanos.
Un dato relevante es que dentro del segmento hispano, el mayor número de hogares con altos ingresos corresponde a los estadounidenses de origen mexicano, ya que se estima que alrededor de 45 por ciento de éstos registran un ingreso de 25 mil dólares o más al año, y 13 por ciento tienen un ingreso de 50 mil dólares o más al año.
Así lo refiere un análisis de la Asociación Civil Sabores Auténticos de México, donde se anota que “en ciertas partes de Estados Unidos, donde los hispanos de origen mexicano se han asentado, los ingredientes para la cocina mexicana abundan y son fáciles de encontrar. En otras regiones, estos ingredientes todavía son difíciles de adquirir, especialmente en el noreste, aunque su disponibilidad ha aumentado con el mayor interés en la cocina mexicana”.
El organismo refiere que en las tiendas que venden productos frescos mexicanos generalmente se puede encontrar chiles, cilantro y tomates; además, casi todas venden tortillas frescas o congeladas y productos secos y enlatados. Sin embargo, la mayoría de los mexicanos en Estados Unidos extraña o añora una larga lista de productos cuya obtención es difícil como fideo delgadito; frutas tropicales como mango o papaya; verduras como chayote o nopal; panes como el bolillo y los bizcochos; dulces típicos como ate y chongos zamoranos.
La población hispana en Estados Unidos crece en forma exponencial. Datos demográficos del último censo estadounidense, indican que en 1997 habría alrededor de 30 millones de hispanos en Estados Unidos, lo cual se traduce en un aumento de 31 por ciento desde 1990.
El número de estadounidenses de origen mexicano en ese país ha aumentado en forma constante, y constituyen 61 por ciento de la población hispana total. En su mayoría se concentran en Los Ángeles, Miami, Chicago y Nueva York. “Más aún —refiere el análisis citado— se espera un crecimiento explosivo, ya que el 70 por ciento de todos los hispanos en Estados Unidos menores de 20 años son mexicanos.”
A los estadounidenses de origen mexicano les gusta gastar su ingreso disponible en productos y servicios típicamente mexicanos y la comida es claro ejemplo de esta conducta. Los mexicanos que viven en Estados Unidos gastan un mayor porcentaje de su ingreso en comida de supermercado que el promedio de los estadounidenses. Las ventas de los alimentos diseñados para este segmento de mercado (tortillas, salsas picantes y comida preparada con chile) han crecido a tasas más altas que las del resto de los alimentos.
Blanca Villarello, coordinadora general del Programa de Comercialización y Fomento a las Exportaciones de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), expresa que los compradores en Estados Unidos en general manejan marcas muy conocidas, porque es un mercado de nostalgia, pero ahora quieren empresas más caseras, más típicas, lo cual permitirá incluir a la pequeña y mediana industrias, que podrán ofrecer productos diferenciados de su región.
Además, existe un programa “agresivo” para trabajar con la comunidad mexicana organizada en Estados Unidos, mediante exposiciones de comidas latinas y con el programa de Sabores Auténticos de México para favorecer la exportación de productos con valor agregado e innovaciones, por ejemplo, chiles desvenados o pulpas de tamarindo para cocinar o hacer bebidas; en febrero pasado se abrió el primer centro de distribución en Nueva Jersey para atacar el mercado de restaurantes.
El fenómeno del gusto por la comida mexicana ha rebasado la frontera norte de Estados Unidos y se extiende a nuestro otro socio comercial, Canadá, donde ya puede hablarse de comunidades hispanas en Ontario, Quebec y British Columbia. Hay que recordar que 6.5 por ciento de la población canadiense es de origen hispano.
Productos de mayor interés y demanda en Estados Unidos y Canadá
Chiles en hojuelas, nopales, amaranto, guayaba sin semilla, mazapanes, mezcal, café, salsas en todas sus variedades. tortillas y productos derivados: tostadas y nachos; productos de harina de maíz: tamales y galletas; especias y hierbas de olor: tomillo, mejorana y laurel, cilantro; saborizantes: azahar, canela y vainilla; insumos para elaborar platillos mexicanos: maíz para pozole, chorizo, chiles secos, achiote, piloncillo, melaza, amaranto, pepita, entre otros. (Bancomext).
