Comercializacion

Una fresa bien deshidratada y rellena

Desde hace un año, con un proceso ciento por ciento artesanal, los productores de la Unión Nacional de la Fresa (UNF) buscan diversificar su oferta y dar valor agregado a su producto.

En entrevista con imagenagropecuaria.com, Daniel Garibay Rodríguez, destacó que de lo que se trata es dar otra salida a la producción de fresa, no comercializar sólo en fresco.

Hoy, su producción asciende a 200 kilogramos a la semana y una limitante es no poder elaborar gran cantidad de fresa rellena para abastecer grandes volúmenes. Por lo pronto buscan dar a conocer la fresa deshidratada en ferias y exposiciones.

El trabajo de rellenar la fresa es muy laborioso. El tamaño del fruto debe ser adecuado para poder deshidratarlas y, posteriormente, rellenarlas de nuez. “Por un lado deshidratamos, luego le damos vueltas, las azucaramos individualmente, y de la misma manera se le coloca la nuez; o sea es un producto totalmente artesanal, lo que le da un valor extra”, detalla Daniel Garibay.

La fresa rellena de nuez —en presentación de 650 gramos— se vende a 110 pesos, exclusivamente en una tienda ubicada a las orillas de Zamora, Michoacán.

Fresa fresca

En sus esfuerzos por buscar diversas salidas a su producción, los freseros pretenden aumentar las exportaciones en fresco, ya que tienen la ventaja de contar con fresa en Michoacán, en un periodo —de octubre a enero— donde ninguna zona en el exterior cuenta con este cultivo y es ahí, precisamente donde está la utilidad para el productor.

Los productores —que también forman parte del Comité Estatal Sistema Producto Fresa— añadieron que con su proyecto, que involucra a 50 hectáreas, simplemente han tratado de hacer un cambio en el cultivo, por lo que además de la fresa cristalizada rellena de nuez, trabajan la fresa en fresco en diferentes presentaciones —de cinco o seis kilogramos— procesan fruta congelada con azúcar, crema o mezclada con berries.

Recientemente lanzaron al mercado una presentación en purepack de fresa con azúcar —286 gramos—, la cual está siendo comercializada en centrales de abasto, tiendas de autoservicio y algunas de “conveniencia”.

Entrevistados en el marco de la Expo Alimentaria 2007, expusieron que su producción es de 60 toneladas de fresa en promedio por hectárea —cultivadas bajo el sistema de riego por goteo a cielo abierto— de las cuales entre 60 y 70 por ciento se destina a la industrialización.

Del total de la producción, 20 por ciento se exporta hacia Estados Unidos, hacia las zonas distribuidoras de Texas (McAllen) y California (San Diego), tanto en fresco —en una presentación de cinco kilos— como en purepack.

Los freseros manifestaron que están tratando de encontrar un balance entre la fruta que se vende en fresco y la procesada. Hoy se exporta 20 por ciento —casi en su totalidad en fresco— mientras que el 80 por ciento restante se procesa para la industria local y nacional.

“Estamos tratando de hacer que no sea tanta la diferencia, que no sea un 80-20, sino que sea 40-60 para que al productor le sea más rentable el cultivo, porque en fresco es donde está un poquito más la utilidad y no en el procesamiento. Estamos buscando que haya más exportaciones en fresco que procesadas.”

Aunque cada año es diferente, en un buen año se llega a comercializar en la Unión Americana dos mil cajas diarias —con un peso unitario de cinco kilos— de fresa, que es lo que le cabe a un tráiler. “El precio es muy variable, pero en promedio un tráiler con dos mil cajas de fresa equivale a unos 100 mil pesos” —lo que en un año equivaldría a 365 millones de pesos.

Los productos que elaboran estos agricultores están certificados por la Premium Farm, lo cual les permite exportar a cualquier parte del mundo.

El cultivo demanda mucha mano de obra y requiere 600 jornales por temporada; pero la fresa sigue representando una oportunidad en el campo, gracias al apoyo de la Secretaría de Agricultura y a la Sedagro de Michoacán, destaca Daniel Garibay.

Como en muchos otros cultivos la ganancia depende de si hay un buen año o no de cosecha. En el caso de la fresa el costo por hectárea asciende a 150 mil pesos en promedio, desde el periodo de plantación de vivero al periodo de huerta comercial; que es precisamente donde la huerta ya da para solventar algunos gastos, porque se corta para comprar gasolina, para pagar a los cortadores y empleados.

Conscientes de la importancia de diversificar el mercado de la fresa, los también productores de zarzamora, argumentaron que han venido impulsando cambios en el cultivo no sólo para hacerlo más rentable, sino para dejar atrás el intermediarismo, que en la mayoría de las veces provoca que la fresa se venda a un precio muy elevado, limitando su consumo a cierto sector de la población.

“Durante años hemos visto a nuestros abuelos y padres estancarse de alguna forma al dedicarse sólo al cultivo y comercialización de la fresa en fresco; es por ello que quisimos hacer un cambio para ya no depender, por un lado, de los mayoristas en las centrales de abasto, y por otro, para buscar que el consumidor final pueda adquirirla a un precio justo, y no como un producto de lujo”, expresa Garibay.

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