Política Agrícola

El campo feliz de Sagarpa

El secretario Cárdenas, sonrisa en boca, desestima la tormenta económica anunciada por especialistas, políticos y hasta por neófitos, para 2009. “Si acaso, dice, la turbulencia económica se verá en los primeros seis meses”, en lo que los grandes comercializadores y empresas sacan sus existencias embodegas y reajustan los precios para la producción fresca, que habrán de colocar en el mercado nacional durante el segundo semestre. En el caso de la producción y comercialización de alimentos, “no se registrarán altos precios”.

Eso está garantizado, según las palabras de Alberto Cárdenas, por que la Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación) se apresurará a ejercer el presupuesto que le autorizó la Cámara de Diputados, de más de 70 mil millones de pesos (seis mil millones más que en 2008).

El pronóstico del secretario Cárdenas, desbordado en parabienes, precisa que los dineros van a fluir en el campo como temporal temprano, tanto así que en enero próximo quedará concertado, afirma, el ejercicio del presupuesto con los gobernados de los estados del país. Y como dice la canción… para abril o para mayo, los apoyos económicos ya estarán en manos de los campesinos.

Cuando menos de los que alcancen de esos recursos, ya que en 2008 quedaron fuera, sin apoyos, 161 mil 723 proyectos productivos agropecuarios, de 852 mil 237 solicitudes, se autorizaron 690 mil 514.

En la exposición de Cárdenas, las estadísticas, los números, alegres danzan desenfrenados en el carnaval de las máscaras y maquillajes del optimismo ¿Quién podría dudar? ¿Quién habría de cuestionar los datos duros que ofrece? 

–Falso que exista o haya existido subejercicio en Sagarpa. El presupuesto ejercido llegó a 99 por ciento, sentencia firme y acompaña la cifra con el dato oficial de la producción récord de 195 millones de toneladas de alimentos, el crecimiento de 2.1 por ciento en el sector agrícola y 1.3 por ciento en el pecuario. Además de los 20 mil millones de pesos otorgados para activos productivos, y del cumplimiento al ciento por ciento de los programas de apoyo al campo, como Procampo, Progran y los relacionados a la adquisición de insumos.

En todos ellos “ya tronó la cajita”, dice Alberto Cárdenas, en su característico lenguaje coloquial, para referir que los casi 64 mil millones de pesos que se le asignaron como presupuesto en 2008 a la Sagarpa, “ya están en manos de los campesinos”. Todosfelices. Todos contentos.

“Se cosecharon más de 25 millones de toneladas de maíz: dos millones de toneladas más que en 2007”, informa satisfecho. Después de esto ¿Cuál crisis de alimentos? ¿Qué alimentos caros, ni qué nada? Especuladores y mal intencionados los que hablan de esas cosas.

Seguramente por modestia, el secretario de agricultura se guardó los datos de mayor trascendencia. Según su informe, en 2008 no se registraron pérdidas en el campo por sequía o por inundaciones, no obstante que el estiaje de este año fue calificado como de los más agudos de los últimos tiempos y los habitantes del sureste mexicano aún no se reponen de las inundaciones sufridas. También inéditas. Y ya desde abril el propio secretario Cárdenas anunciaba 900 millones de pesos para atender esas contingencias.

En el documento también omitió decir que las plagas, la falta de transporte y capacidad de acopio (bodegas), ya no son un problema para el país. “La producción del campo se obtuvo completa: 195 millones de toneladas”, sin las tradicionales mermas de 30 a 35 por ciento por los motivos expuestos. Lo cual todavía se registraba en la administración de Javier Usabiaga, “el mejor secretario de agricultura que ha tenido México”, dicho esto por el ex presidente Vicente Fox.

Y ya visto con calma el cuadro estadístico en el que se enumera la extraordinaria obtención de las 195 millones de toneladas de alimentos, los números se descaran y no cuadran. Abofetean la alegría numérica del Alberto Cárdenas. La suma de las cosechas y de productos pecuarios es de 98.22 millones de toneladas, que son los de consumo humano. Aunque en la gráfica también se incluyen los cultivos forrajeros que sumaron 62 millones de toneladas. Pero esos los comen los animales. Y aún así no cuadran los números. El total queda corto con 35 millones de toneladas, respecto a la cifra alardeada por el secretario Alberto Cárdenas.

En el caso del maíz, ni qué decir. Ya sólo se tendrán que importar ocho millones de toneladas del grano para consumo animal, toda vez que las necesidades nacionales del cereal son superiores a 33 millones de toneladas. Y si, las compras serán de maíz amarillo, por que de maíz blanco, el de consumo humano, somos autosuficientes, aunque en la capital del país 20 millones de mexicanos no conozcamos más tortillas que las amarillas.

Y es que el optimismo del secretario, se desborda y contagia a sus colaboradores que hacen hasta lo imposible por validar ante los ojos de la opinión pública la información de la Sagarpa. Inmersos en esa dinámica, éstos no dudan en matizarla, con toques de inocente sintaxis aventurera, echando mano de las fórmulas del marketing, para lograr el posicionamiento mediático.

Y así al revisar el compendio de boletines emitidos durante 2008, referentes a dicho tema, la suma de los dineros entregados a los campesinos, como parte del presupuesto de la Sagarpa, que aparece en los encabezados, da poco más de 193 mil millones de pesos, casi tres veces el presupuesto asignado. Con esto, no sólo no tiene por que existir subejercicio, sino que el sobre ejercicio se va a las nubes.

Un ejemplo de esa alegría contagiada, son las afirmaciones del subsecretario de Desarrollo Rural, que aferrado a su verdad, afirma que en 2009 no habrá problemas de precios altos de los alimentos. Y defiende; “yo voy al supermercado a surtir la despensa familiar y, por eso mismo, me consta que los productos están baratos”. Claro que para el subsecretario Antonio Ruiz García, no hay, ni deberá haber, alimentos caros, por que pagar 45 pesos por un kilo de manzana, o 40 pesos por un kilo de jitomate en esta temporada, qué puede significar ese desembolso contra su salario mensual bruto de 189 mil 944.30 pesos.

Ni quien se ocupe de recordar que 20 millones de mexicanos ganan menos de dos salarios mínimos (el de la zona “A” que es el másalto del país, con 52 pesos y 59 centavos), ingreso que a duras penas rebasa con 17 pesos el costo de esos alimentos.

El imperio del optimismo

Un ejemplo más del imperio del optimismo de la Sagarpa es la afirmación de Gregorio Villegas Durán, encargado de la operación técnica del Progan (Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera), que así como afirma que éste tiene el objetivo de modernizar la ganadería en México y preservar el ambiente mediante la reforestación: por cada vaca que le apoye el gobierno con375 pesos al año, el productor tiene que sembrar y cuidar diez árboles; el funcionario subraya, con la autoridad que le da su puesto tras el escritorio que ocupa en el edificio central de Sagarpa, que la tramitación para que los campesinos reciban ese dinero, “es totalmente gratuita”.

Los productores, mientras tanto, y los casos están documentados, tienen que pagar el aretado del ganado que van a registrar pararecibir el Progan, pasajes de vuelta y vuelta, por que los dineros no caen así de rápido como dicen los funcionarios. Al fin de cuentas salen tablas. Gastan, prácticamente, el tanto que reciben de apoyo.

Pero, Villegas Durán desmiente que esos recursos sean un subsidio, son simples apoyos, dice, y precisa que ante lo reducido de la suma que se otorga por vaca, “el dinero no es, precisamente, para que lo invierta el productor en la tecnificación de sus potreros, para eso hay otros programas (…)  esto (lo del Progan) no es más que un apoyo complementario”.  Vaya, es una forma de ayudar al productor que se dedica a esta actividad, para que no se desespere y deje de pensar en abandonar la tierra e irse para Estados Unidos, según las palabras de Villegas Durán. Es más “el productor es libre de gastar el recurso que recibe del Progan, en lo que quiera, hasta en la compra de una cheyene”, lo dice sonriente.

Y así, pues tanto optimismo… pues contagia. Y eso hace que la aritmética a que se pudieran someter las cifras anunciadas por el secretario Alberto Cárdenas, para amortiguar la posible crisis del año venidero, expulse resultados aparatosos. El anuncio del funcionario se refiere a 30 mil millones de pesos, que saldrán de los casi 236 mil millones de pesos del Programa Especial Concurrente (PEC), y que se destinarán para caminos rurales, infraestructura hidráulica y programas de empleo temporal. Todo esto dentro de los primeros seis meses del 2009.

Si esa cantidad se destinara sólo a empleo, se le podría dar trabajo a tres millones 205 mil 128 jornaleros, de esos de salario mínimo, durante seis meses.

En caso de que la partida fuera para infraestructura hidráulica, se podrían construir seis proyectos de agua potable similares al Temascaltepec diseñado para solucionar el abasto del vital líquido para la Ciudad de México.

Y si de caminos rurales se tratara, entonces bien se podrían abrir 19 mil kilómetros de esas veredas, es decir, diez veces la distancia que hay entre la capital del país y la ciudad fronteriza de Tijuana.

Claro que habrá de esperarse a que se haga pública la información de cómo se distribuirán los 30 mil millones entre los tres rubros mencionados. Aunque la lógica se inclina por privilegiar la generación de empleo temporal, puesto que con ello se podría mantener en calma a más de tres millones de mexicanos paupérrimos y con ello resguardar la paz social de las protestas por hambre y miseria. Además de que se cumplirían y superarían las metas del presidente del empleo. Y así, pues que más da ¡Feliz año nuevo!

     

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JUAN DANELL SÁNCHEZ

*Reportero mexicano especializado en temas agropecuarios, indígenas, de derechos humanos y desarrollo sostenible. jdanell@hotmail.com

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