Floricultores de Xochimilco producen flores gourmet
Los antepasados de los mexicanos utilizaban las flores para aportar color y sabor a sus alimentos; en la actualidad es posible que hayamos comido quesadillas o sopa de flor de calabaza, sin embargo, hay una gran variedad de especies comestibles que la población desconoce, por lo que el consumo en México aún es incipiente.
Los expertos señalan que en países como España, Francia y Brasil, existe un alto consumo de flores y una buena cantidad de viveros orgánicos dedicados a producirlas pero en territorio mexicano dicha actividad apenas está surgiendo.
En el poblado de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, existe una sociedad de floricultores que después de cultivar durante 20 años flores de ornato decidieron incursionar en la producción orgánica de flores comestibles, las cuales sirven para preparar numerosos platillos como ensaladas, aderezos, mermeladas o postres ya que son ricas en antioxidantes, minerales y vitaminas.
Después de producir flores ornamentales con el sistema convencional, este grupo de productores cambió gradualmente hacia una producción biodinámica -rama de lo orgánico- al hacer conciencia de que el uso de agroquímicos y pesticidas implican un riesgo para la salud de los productores y el consumidor.
Así, de una superficie de 7 mil metros cuadrados de viveros, Mauro Chávez Muñoz junto con sus cinco socios, destinan aproximadamente 4 mil metros cuadrados para la producción de flores gourmet cultivadas bajo el sistema biodinámico.
Este tipo de agricultura, plática Don Mauro, fue creada por el Antropósofo Rudolf Steiner en 1924 y se rige de acuerdo al ciclo lunar y los cuatro elementos de la tierra para realizar las labores de siembra, riego, fertilización, control de plagas y cosecha.
Para Mauro Chávez transformar su forma de producir flores representó también un cambio de mentalidad, pues asegura que ahora produce en “comunión con la naturaleza”. Y señala “hay que comprender que el suelo es un organismo vivo y no una fábrica”.
En sus pequeños viveros de Xochimilco, Don Mauro cultiva desde ácidas begonias pasando por mastuerzo, rosa, caléndula, calabaza, clavelina hasta llegar al dulce aretillo. De estas cultiva aproximadamente 200 plantas por especie, lo cual irá creciendo de acuerdo a la demanda.
La empresa cooperativa Eco Flor Viveros, donde se encuentran integrados estos seis productores, ha comercializado flores comestibles en diversos puntos como son: La Buena Tierra, Hotel Marriott, Green Corner y como flor de ornato lo hace en el mercado de flores “Madre selva” ubicado en Xochimilco.
Para que las flores lleguen frescas a su destino, deben cosecharse desde muy temprano o en tarde cuando el sol no sea intenso, pues así los pétalos se conservarán en buen estado de cuatro a cinco días. Don Mauro hace pruebas para mantener sus flores por más tiempo ya que hay clientes interesados en su producto, que se ubican en la zona turística de la Riviera Maya.
De acuerdo con Don Mauro el fin que persigue la sociedad cooperativa es contribuir a la conservación del medio ambiente y la salud ayudando así a mejorar la calidad de vida del ser humano. Por ello también producen esencias florales que se emplean en terapias alternativas y pronto incursionarán en el cultivo de hortalizas orgánicas (lechugas, calabaza, acelga, espinaca, verdolaga, rábano, zanahoria), pues ya cuentan con un mercado.
Hay dos problemas que enfrentan estos productores de flores gourmet: el bajo consumo de éstas en México y la tradición de sus vecinos de aún usar pesticidas, cuyos efectos adversos se observan en sus parcelas en suelos empobrecidos y bajos rendimientos.