Salud y Educacion

Auge de medicina naturista provoca depredación ambiental

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México 66 millones de personas se curan con plantas medicinales, aunque estadísticas de la Universidad Autónoma Chapingo (Uach) refieren 46 millones, señala el doctor Guillermo Mendoza Castelán, especialista del Programa Universitario de Medicina Tradicional y Terapéutica Naturista.

Con un cúmulo de conocimientos, producto del estudio por décadas de plantas medicinales, Castelán acota que dicho número puede variar, “ya que mucha gente niega el uso de plantas medicinales debido a la creencia errónea de que la herbolaria es producto de la charlatanería para aprovecharse de los ignorantes”.

En su estudio La Farmacia Viviente para el desarrollo regional integral, el investigador del Departamento de Fitotecnia de la Uach, puntualiza que del total de especies que se encuentran en nuestro país se estima que el 50 por ciento son medicinales.

En cuanto a plantas medicinales registradas taxonómicamente, México ocupa el segundo lugar con 3 mil 352 especies, sólo después de China que tiene 5 mil inventariadas.

En el mundo, se calcula, viven aproximadamente 500 mil especies vegetales, de las cuales un tercio pertenecen al continente americano y una quinta parte a México, donde tenemos 11 por ciento de las especies endémicas del planeta.

Castelán apunta que tan sólo en el Valle de Tehuacán, Puebla, hay cuatrocientas especies de este tipo.

“Todas las condiciones anteriores han dado como resultado el que México sea un centro de evolución, origen, dispersión y domesticación de plantas para usos alimentarios, medicinales, rituales e industriales”.

Así, las plantas medicinales mexicanas se han utilizado en forma directa o como materia prima para la preparación de ungüentos, pomadas, extractos, infusiones, etcétera. Han sido la base para la fabricación de medicamentos de patente, comercializando las sustancias contenidas en los vegetales o como base para la síntesis de derivados; razón por la cual siguen siendo muy importantes no sólo en la medicina tradicional, sino en general en la medicina moderna.

Plantas al borde de la extinción

Mendoza Castelán expone que “la amplia utilización de plantas medicinales en la industria farmacéutica transnacional, desde hace varias décadas, se ha basado en la recolección de especies silvestres, ocasionando la drástica reducción de las plantas explotadas, llevando a varias al borde de la extinción”.

El experto advierte que el auge de la llamada medicina naturista, incluyendo la herbolaria, está ocasionando una mayor depredación de los bosques y selvas mexicanas, a un ritmo cada vez mayor conforme aumenta la demanda de medicamentos naturales y la gente busca una mayor “armonía con la naturaleza”.

Subraya: “la flora mexicana está en grave peligro, hay especies que, probablemente, se hayan extinguido sin que se haya detectado su existencia y su potencialidad para solucionar problemas de salud para los cuales, hasta el momento, no hay cura”.

Los recolectores, asevera, son los menos beneficiados con las grandes ganancias que originan las plantas medicinales, ya que se les pagan precios muy bajos y sólo aumentan su pobreza, puesto que, al agotarse los recursos tienen que caminar distancias muy grandes para recolectar cada vez menos cantidades de las especies requeridas por la industria.

Ante este panorama adverso, el doctor Castelán afirma que “es urgente implementar programas de cultivo y aprovechamiento racional de este recurso terapéutico”. De hecho, propone diversas alternativas sustentables, entre las que destacan la Farmacia Viviente.

La Farmacia Viviente

En su estudio, Guillermo Mendoza anota que no obstante la riqueza forestal de México, los campesinos siguen en el rezago tecnológico, en la ignorancia y en la pobreza, debido a la falta de políticas reales que contribuyan a desarrollar el sector.

Por eso, enfatiza, que el impulso de la Medicina Tradicional Mexicana debe ser paralelo con la conservación de los recursos naturales, por lo que es urgente cambiar el concepto y la práctica de “explotación de los recursos“, por el de aprovechamiento racional y sustentable.

Castelán destaca que bajo la asesoría de la Uach se ha propuesto el establecimiento de Farmacias Vivientes en escuelas, patios, corrales y jardines privados y públicos, entre otros, las cuales han tenido una amplia aceptación.

Define a la Farmacia Viviente (FV) como “un conjunto de especies establecidas en un lugar preciso y que son aprovechadas racional y permanentemente por los seres humanos, para prevenir o curar enfermedades”.

Además, constituye una valiosa alternativa para el cultivo in situ de plantas medicinales para evitar el cambio de vocación de la tierra y su degradación; también permitirá la generación de empleos e ingresos para el sector campesino, con lo cual se puede contribuir significativamente al desarrollo regional integral.

La base material que sustenta la FV es su cualidad potencial de ser proveedora de recursos terapéuticos en el momento que se requieran, y en estado fresco, lo cual los hace más eficaces que las especies medicinales que se expenden en los mercados.

La FV tiende a un abastecimiento autosustentable de recursos fitogenéticos medicinales, de tal forma que las generaciones del presente aprovechen las plantas sin comprometer o poner en riesgo la existencia de los recursos terapéuticos herbolarios de las generaciones futuras.

En síntesis, se concibe “como la interacción que se establece entre los seres humanos y las plantas medicinales, a través de un proceso de reproducción equilibrado en un espacio, tiempo y ambientes determinados”.

El especialista hace una serie de reflexiones y señala que “las plantas no sólo son fuente de alimentos, son seres que nos acompañan en nuestro viaje por el mundo y están al cuidado de nuestra la salud, es por ello de debemos cambiar nuestra manera de pensar con respecto a la naturaleza en general y con las plantas en particular. No sólo debemos preocuparnos, sino ocuparnos en trabajar para preservar este valioso recurso que es un patrimonio de los mexicanos”.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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