Pecuario y Pesquero

Industria del camarón inversión rentable, pero requiere modernizarse

La industria del camarón es hoy por hoy, desde el punto de vista económico, la principal pesquería nacional y también concentra el mayor desarrollo acuícola en México: 2 de cada 3 kilogramos de camarón se producen vía acuicultura.

Esto, sin embargo, tiene su contraparte, pues los precios del camarón presentan una baja generalizada dado que, al aumentar la oferta vía acuicultura, el precio baja, haciendo más accesible el consumo de camarón a una mayor población y ampliando el tamaño de mercado interno.

Durante los últimos años la producción y el consumo en el mercado nacional han presentado un dinamismo importante. La Conapesca estima un crecimiento anual del 13 por ciento en el consumo per cápita.

Por otra parte, las exportaciones  de camarón se han incrementado con una tasa media de crecimiento anual de 9.76 por ciento entre 2002 y 2008. De enero a diciembre de 2008, la Secretaría de Economía reportó un monto de exportaciones totales superior a 35 mil toneladas de camarón, con un valor de 370 millones de dólares, de las cuales 95.3 por ciento se enviaron al mercado de Estados Unidos.

Así lo señala la publicación Situación actual y perspectivas del camarón en México, elaborada por Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), donde se refiere que uno de los dos factores que afectan la rentabilidad y la competitividad de la industria del camarón en altamar son los costos de producción.

El principal costo en el proceso de captura es el diesel marino, que fluctúa  con los precios en hidrocarburos, además del aceite lubricante empleado para la operación del motor del barco. En 2009 el diesel se compraba a 7.53 pesos el litro, llega a representar 42.2 por ciento del total de los costos. En el caso del lubricante, el porcentaje es del 2.7 por ciento.

Los barcos camaroneros efectúan en promedio seis viajes de captura con una duración promedio de 28 días cada uno, los cuales pueden disminuir dependiendo de las condiciones climatológicas o de averías por descomposturas mecánicas. Es importante también que los barcos salgan suficientemente avituallados para permanecer capturando el mayor tiempo posible, en perfecto estado físico y mecánico para evitar pérdidas de tiempo.

Al final del día, una vez que se han descontado los costos de producción (incluido el pago a la tripulación), la utilidad que se obtiene por cada kilogramo de camarón es de aproximadamente 1.53 pesos.

Sugieren modernizar flota

Investigadores y técnicos recomiendan el retiro, sustitución y modernización de las embarcaciones, toda vez que 78 por ciento de la flota tiene una antigüedad mayor a los 20 años.

Consideran necesario adoptar diversas medidas que contribuyen a disminuir los costos, aumentando con esto la utilidad. Por ejemplo, una inversión en equipo para la flota, modernizándola con redes sin nudos, toberas aerodinámicas, sistemas de navegación, equipos computarizados de navegación y electrónicos de detección, gobierno de máquina principal así como pintura antiadherente para el casco (que impide que algas u otros organismos se adhieran a la superficie y afecten la movilidad del barco) puede ahorrar hasta un 25 por ciento en combustible.

Este ahorro puede aumentar 5 por ciento más al capacitar a la tripulación en la administración del combustible; mientras que mantener la maquinaria en buenas condiciones o incorporar motores híbridos puede agregar 12 por ciento de ahorro. Estas medidas contribuyen además al cuido ambiental.

Por último, el diversificar el uso de las embarcaciones a otras pesquerías, mediante la adaptación y equipamiento que logren hacer de un barco camaronero uno de pesca múltiple disminuye el tamaño de la flota requerida y puede aumentar el margen de ganancias, así como los mercados potenciales. De igual forma se recomienda limitar el crecimiento de la pesca ribereña.

Las granjas

En cuanto a los costos de producción para las granjas de cultivo de camarón, son determinados por el programa de cultivo, la superficie de cultivo, el índice de mortalidad y el crecimiento de los organismos y pueden variar dependiendo de la región geográfica y el tipo de sistema de producción.

El consumo de diesel para la operación de los equipos de bombeo representa también un gasto variable fuerte para las granjas, ya que estos equipos se utilizan en el llenado, mantenimiento de niveles y recambio de agua de los estanques; otros combustibles se emplean para generación de energía eléctrica para equipos de aireación y gasolina para las lanchas de alimentación. En suma, el costo del combustible alcanza un porcentaje del 7.4 por ciento del pastel.

Pero es el alimento balanceado para el camarón lo que representa el mayor gasto, con 53.2 por ciento del costo total de producción. Este alimento consiste en harina de pescado como fuente de proteínas, se trata de un alimento de alto precio, por lo que se requiere una adecuada planeación y técnicas de alimentación para minimizar el gasto y maximizar los beneficios.

La compra, selección, transporte, aclimatación y siembra de las postlarvas de camarón se incluyen dentro de los costos, alrededor de 8.7 por ciento de los mismos, pero varían según el tamaño de los estanques y la densidad del cultivo. En 2009, el precio de la postlarva de camarón oscilaba entre los 4.40 dólares y 6.82 dólares el millar.

Cabe mencionar también los gastos de comercialización, que incluyen maquila, cruce, seguro, flete, empaque, hielo y renta del cuarto frío; en promedio rondan 0.72 centavos de dólar por libra de camarón.

Una vez contemplados estos costos, la utilidad obtenida por cada kilogramo de camarón es de unos 5.95 pesos. A ojos luz, representa una ventaja sobre la pesca, con una diferencia de 4.42 por ciento.

Para que los productores puedan aumentar su utilidad, los expertos e investigadores recomiendan aplicar principalmente una adecuada planeación del cultivo y la calendarización de la producción.

Por ejemplo, programar la última cosecha para finales de septiembre reporta múltiples beneficios: obtener tallas grandes antes que la captura en altamar, con una mejor calidad de proceso en las plantas congeladoras. Esto también disminuye el riesgo de huracanes que dañan la infraestructura y alteran las características físico-químicas idóneas para el producto.

También se puede lograr un ahorro importante en el gasto fuerte de la granja, es decir, el alimento, realizando una medición de la demanda que del mismo tienen los camarones en cultivo. En algunos casos el cambio por adaptación a la demanda llega a disminuir de 2.2 kg a 1.9 kg de alimento por cada kilogramo de camarón, lo que representa una disminución del 15 por ciento en este costo.

Además, el uso de equipos de bombeo vertical y motores diesel más eficientes pueden reportar un ahorro de hasta el 30 por ciento en combustible y lubricantes. Y procurar que el equipo permanezca en buenas condiciones ayuda a mantener el consumo estable, teniendo este rubro bajo control.

Asimismo, las estrategias de producción mejoran los ingresos de los productores. La estrategia del volumen brinda liquidez por la venta de cosechas parciales. La estrategia de talla implica cultivar en baja densidad, lo que se traduce en una baja población, facilitando la producción de tallas más grandes de camarón; no obstante, las tallas grandes son sensibles a la baja en el precio. La estrategia combinada de volumen-talla, implica un monitoreo de los precios del mercado para encontrar un punto medio.

El comportamiento de la demanda en el mercado nacional está influido por las costumbres de consumo de pescados y mariscos en la época de cuaresma, al igual que en el periodo de vacaciones de verano y en menor medida durante las festividades de Navidad y Año Nuevo. Durante estos períodos se afecta a la alza el precio del camarón.

Por el contrario, las épocas en las que se abre la temporada de captura de bahía y altamar provocan una baja en el precio por sobreoferta. Estas fluctuaciones producen ventajas estacionales que pueden y deben ser aprovechadas.

En el caso de las pesquerías mexicanas, estas se encuentran en su máximo esfuerzo sostenible, por lo que no se prevén incrementos en los niveles de producción tanto para la pesca de camarón en altamar como para la pesca de camarón en bahías. Por su parte, la producción vía cultivo se prevé continúe en crecimiento aunque a un ritmo pausado, debido a la problemática económica mundial que se ha venido presentando desde mediados del 2008.

El documento del FIRA hace hincapié en que para la actividad sea negocio, requiere dedicación y una visión a largo plazo, pues es con el tiempo y un manejo inteligente que se convierte en una de las mejores alternativas de inversión y rentabilidad en el sector alimentario del país.

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