Puesto que en la Sierra sur del estado de Oaxaca el suelo presenta diferentes grados de erosión, la producción de cultivos tradicionales como el maíz no es muy rentable, los rendimientos son bajos. Una buena opción para generar recursos, al mismo tiempo que se fomenta el cuidado del medio ambiente, la recuperación de los suelos y del bosque, es la extracción de resina de los pinos de ocote.Esta resina es de gran importancia en la industria, ya que de ella se obtienen la brea y el aguarrás, a través de un proceso de destilación.Con la brea se fabrican pinturas, selladores y cosméticos, mientras que con el aguarrás se elaboran solventes y limpiadores industriales y domésticos, como el pinol, los suavizantes de telas y los limpia vidrios, explica Oscar Hernández, productor de resina de la Unidad de productores comunales del estado de Oaxaca.Junto con otros 30 colaboradores, propietarios de una superficie de 30 hectáreas ejidales de bosque de pino, a recomendación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el grupo emprendió en sus tierras el proyecto de la extracción de la resina.El pino de ocote es la variedad de árbol que da la resina y de cada ejemplar se pueden extraer entre 300 y 500 kilos de resina al año, dependiendo la madurez y tamaño del pino. Por hectárea se pueden obtener entre 15 y 20 toneladas anuales.Para extraer la resina se tiene que hacer una cara, o tallar un costado del árbol hasta quitarle la corteza, por ese sitio escurrirá el producto. Cada ocho días se tiene que raspar la cara; eso es importante, porque si no se raspa periódicamente los poros del árbol se cierran y deja de brotar la resina, subraya.Una vez que sale la resina del árbol se lleva a un proceso de refinación en una planta destiladora, de ahí se obtienen dos subproductos, uno es la brea y el otro el aguarrás.Como el hule, la producción de la resina de pino tiene un periodo pre productivo de entre 10 y 12 años.Dependiendo del cuidado que se tenga con los árboles pueden producir durante un ciclo de 15 años. En este sentido, es muy importante la asesoría de los técnicos, puesto que ellos nos indican como debemos hacer el raspado y cada cuando tenemos que hacerlo.Ardua laborEs una actividad desgastante, relata Oscar Hernández. Salimos de la casa por la mañana, muy temprano, con las herramientas a la espalda, nos vamos hacia el monte y durante todo el día nos dedicamos a recolectar y raspar. Sólo paramos un rato para comer y hasta que oscurece nos regresamos.Todo el trabajo debería reflejarse en una mejor paga por el producto. La empresa destiladora a la que le surtimos nos compra a 7.20 pesos el kilo de resina, es un precio bajo por todo el trabajo que conlleva obtener el producto, asegura.Un precio justo debería fijarse entre 10 y 12 pesos por kilo, porque con el pago actual, la actividad no es muy rentable.Esta Unión de productores entrega a la destiladora alrededor de 30 toneladas mensuales de resina. Sin embargo, comenta, no todos los meses se puede generar tanta materia prima, ya que la resina se extrae por temporadas.Durante la cuaresma, en los mese de abril y mayo, cuando hace más calor y el árbol se calienta, es cuando más se extrae; mientras que en temporada de lluvias se suspende el raspado, casi en su totalidad. Con el agua se cierran los poros, puntualiza.En promedio, cada productor recibe 7 mil pesos mensuales por todo su trabajo, con dicho ingreso debe mantener a su familia y aguantar los periodos donde se genera menos materia prima, o de plano, no se genera nada.No obstante, recientemente el grupo recibió la aprobación, por parte de la Conafor para un proyecto de conservación de la resina que significará un apoyo de 250 mil pesos para renovar los árboles, trasplantarlos y extender el área de bosque para mejorar la actividad.Un recurso adicional para los resineros es el aprovechamiento de la madera en forma de leña para autoconsumo. Cuando un árbol termina su ciclo productivo y muere podemos utilizar la leña, lo que esta prohibido es comercializar la madera, explica Oscar Hernández.
