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5 mitos y creencias del financiamiento rural en México

Mito 1: El crédito es lo más importante

El primer mito es que el crédito es lo más importante en el medio rural mexicano. Esto no es cierto, ya que en estas zonas hay mucha liquidez que otorgan los 23 mil millones de dólares de remesas que cada año envían los migrantes a sus familias; mucho de ese dinero está disperso en las comunidades y cuando el dinero no se ahorra, sólo 5 por ciento se invierte en proyectos productivos.

En contraste, hay experiencias donde se observa que cuando el dinero de algunas remesas pasa por entidades de ahorro y crédito, hasta 70 por ciento del capital se destina a fomento productivo, afirma Isabel Cruz, directora general de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS).

Al no utilizar en forma diferente dicho recurso económico se pierde una oportunidad de desarrollo, asevera, porque no hay lugares donde la gente pueda ahorrarlas y convertirlas en crédito.

Lo que hace falta, remarca, es una política de Estado que promueva y pueda bancarizar las remesas en forma masiva y se reinvierta en forma de crédito productivo.

Respecto a este tema, agrega, un aspecto que afecta mucho son las campañas políticas, ya que las transferencias de dinero a través de Oportunidades o Procampo hacen que la gente sólo espere el apoyo, pero éste no tiene vinculo con objetivos productivos

Mito 2: Con dinero se resuelve el problema de financiamiento en el medio rural

La mayoría de la gente cree que el problema del financiamiento en México está en tener crédito rápido y barato, y que la solución es contar con una banca pública, que cada año reciba más subsidios para que haya crédito y se masifique entre los pequeños productores, afirma Isabel Cruz.

Sin embargo, los números demuestran lo ineficiente de este esquema –expone–, ya que hay 6.5 millones de unidades de producción rural registradas, de las cuales 5.5 millones están activas y sólo 2.5 por ciento tiene acceso al crédito, si se toma en cuenta el porcentaje de los censos oficiales. Esto no coincide con los datos de la banca de desarrollo –FIRA y Financiera Rural— que señalan que entre ambas atienden alrededor de 1.5 a 2 millones de productores, pero el apoyo se canaliza a los agricultores más grandes.

La también presidenta del Foro Latinoamericano y del Caribe en Finanzas Rurales asegura que en ninguna parte del mundo la banca pública o de desarrollo ha resuelto el problema de financiamiento en zonas rurales.

El camino está en la alianza de la banca de desarrollo con organismos intermediarios locales, cajas solidarias, cooperativas o Sofincos (sociedades financieras comunitarias). También hay que fomentar la organización de los productores o familias rurales, a través de organismos financieros regionales o locales que brinden crédito, servicios de ahorro, seguros y medios de pago, sugiere.

Mito 3: La gente pobre no ahorra

Es un mito que la gente pobre no ahorre, por el contrario son los que mejor se administran, señala la especialista, porque saben que necesitan tener recursos para cuando algún miembro de la familia se enferme o no haya dinero para comer. Muchas veces esto no se nota porque ahorra en especie o racionan alimentos.

Al no existir en las comunidades instituciones que brinden servicios de ahorro para capitales pequeños, todo su dinero lo tienen guardado bajo el colchón. En el medio rural se requieren instancias de ahorro y crédito.

De hecho, para que una institución financiera sea sólida debe captar ahorro y ofrecer crédito, expresa la directora de la AMUSS, de lo contrario sería como una persona que cojea; avanzará lento y tiene más riesgo de caerse. Por el contrario si tiene estos dos elementos, no sólo camina mejor, sino que hasta puede correr”.

Mito 4: Tener tasas competitivas

Otro mito es el tema de precio, porque no hay negocio que pueda pagar una tasa superior a la rentabilidad del negocio. La agricultura en el mundo deja una utilidad promedio, después de un año, del 10 por ciento y no puede absorber tasas de 40 o 100 por ciento. Ahí, anota Isabel Cruz, hay que trabajar políticas de apoyo a tasas para crédito agrícola de mediano y largo plazos.

Mito 5: Los más exitosos están entre los ricos del norte…

Contrario a lo que se cree, las instituciones financieras más exitosas que ofrecen ahorro y crédito en medio rural no están en los estados ricos del norte de México, entidades en las que se concentran los subsidios gubernamentales para la producción agropecuaria; sino que se localizan en la región sur, incluso en comunidades indígenas como en la Sierra norte de Puebla, Los Altos de Chiapas, en Oaxaca y Guerrero.

Un dato revelador, según estima Isabel Cruz, es que alrededor de un millón de personas son atendidas por instituciones de ahorro y crédito pequeñas locales, si no es que más, y esto supera la cobertura de la banca de desarrollo en estas regiones.

Añade que no es que presten más barato, sino que estas instituciones financieras rurales locales son las únicas que les prestan a los pobres, que les acercan los servicios que necesitan.

Está demostrando que la sociedad organizada genera soluciones, pero todavía están limitadas a su capacidad, y un ejemplo son las cooperativas, sin embargo, estás organizaciones aun no son lo suficientemente grandes. Por ello, subraya la experta en finanzas rurales, se tienen que orientar políticas públicas enfocadas en el fortalecimiento de este tipo de instituciones financieras.

Desmitificando el financiamiento

Existen ejemplos exitosos de que las instituciones financieras locales que ofertan servicios de ahorro y crédito son la clave para acercar servicios financieros a los sectores más pobres y apartados.

AMUCSS apoya 96 instituciones microfinancieras, las cuales agrupan a 326 mil socios, es decir, atiende casi al mismo número de personas que la Financiera Rural, presume Isabel Cruz.

De los 326 mil socios, sólo una tercera parte piden crédito, los otros 220 mil únicamente ahorran. Esto quiere decir que en las comunidades rurales de alta y muy alta marginación, regiones en las que operamos, hay más necesidad de ahorrar, que de solicitar un préstamo.

Tenemos presencia en 550 municipios, 80 por ciento en zonas alta y muy alta marginalidad, y trabajamos con 14 grupos étnicos diferentes, subraya.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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