El FIDA aportará 35 mdd para aliviar pobreza en la región Mixteca
La región Mixteca, que comprende parte de los estados de Puebla, Guerrero y Oaxaca, es una de las más pobres y abandonadas del país. Presenta un alto índice de deterioro ambiental y por la falta de oportunidades de desarrollo la población joven se apresura a migrar.
Un elemento fundamental para sacar de la pobreza a una comunidad es la generación de ingresos, ya que las inversiones de dinero en forma de transferencias directas no solucionarán nunca el problema.
Es por ello, que el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), junto con los gobiernos estatales y municipales de la Mixteca; trabajan en un proyecto de generación de organizaciones económicas que logren producir excedentes para abastecer los mercados locales y esto permita a las comunidades generar ingresos.
Mediante programas de capacitación, asistencia técnica y adquisición de insumos para la producción agrícola, el comercio y la microempresa de servicios el organismo plantea aliviar el problema de la pobreza en la región.
Esperamos beneficiar a 500 mil familias de los 50 municipios más marginados de la Mixteca, señala Enrique Murguía Oropeza, coordinador para Centroamérica, México y el Caribe del FIDA.
Añade que se trata de un Convenio para el desarrollo rural cuyo proyecto tiene un costo de 45 millones de dólares, de los cuales el FIDA aportará 35 millones de dólares. El resto las autoridades mexicanas. Pero lo innovador de este plan de trabajo es que tiene un componente económico, y no social, como ha ocurrido con todos los programas e inversiones que se han hecho en la región a lo largo del tiempo y que no han dado los resultados esperados, detalla.
Se trabajará de forma estrecha con los gobiernos estatales y municipales, porque la intervención del organismo internacional sólo es por seis años. Lo importante es crear puentes entre los tres niveles de gobierno y arraigar el programa con el objetivo de que tenga continuidad.
Ya se han realizado estudios por diversas instituciones de investigación como Instituto del Agua de Puebla, quienes identificaron una serie de cultivos que tienen un enorme potencial de mercado en las localidades en que se producirán y en otros mercados foráneos. Nos concentraremos en la producción de hortalizas como el tomate, los pimientos, los chiles o las calabazas bajo sistemas de invernadero.
Se optará por este sistema de producción debido a que el agua es un recurso muy escaso en la región mixteca, y es precisamente por esa baja disponibilidad que las comunidades la valoran mucho y aprovechan de manera eficiente, explica Enrique Murguía.
El trabajo colaborativo es fundamental para el éxito del proyecto. Trabajaremos con la Comisión nacional de las zonas áridas (Conaza), institución descentralizada de la Sagarpa, para generar infraestructura de captación, almacenamiento y gestión del agua de lluvia. Esto es fundamental para la viabilidad del proyecto, subraya.
Sobre la participación de las personas, nos centramos en el trabajo con organizaciones sociales. Tradicionalmente en América Latina, incluido México, las comunidades indígenas son grupos bien organizados que saben trabajar, por eso una gran parte de los participantes del proyecto son comunidades originarias, que además son las más marginadas.
La reticencia a la participación en este tipo de programas se da porque muchas veces han acudido autoridades con muchas promesas a las comunidades y nunca les han cumplido; pero nosotros ya platicamos con los gobiernos municipales para que ellos generen planes de desarrollo municipal, en los cuales nosotros vamos a apoyar, con el fin de duplicar esfuerzos y no repetir tareas, refiere el funcionario del FIDA.
Una de las metas es la creación de 180 empresas agrícolas que generen excedentes y empleos, así como la creación de becas de estudios para los jóvenes, porque serán ellos los que en el futuro tendrán que continuar con la gestión del proyecto. Capacitaremos a tres mil jóvenes de manera especializada, para que respondan a las necesidades de la región.