Organizaciones logran suspensión a cultivo de soya transgénica en siete estados mexicanos
El 6 de junio el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, Senasica, dio a conocer un permiso de liberación comercial de soya transgénica de la empresa Monsanto para una superficie potencial de siembra de 253 mil 500 hectáreas, que incluye el uso de 13 mil 075 toneladas de semilla en los estados de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz y Chiapas.
Frente a este acto, Organizaciones de la sociedad civil, apicultores y campesinos de la Península de Yucatán y el estado de Chiapas han interpuesto recursos de amparo para manifestar su inconformidad al permiso otorgado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) a la empresa Monsanto.
En entrevista, Jorge Fernández, abogado del Comité de Derechos Humanos Indignación mencionó que el día jueves 28 de junio el Juzgado Segundo de Distrito con sede en Campeche resolvió otorgar la suspensión a la aprobación al cultivo de soya transgénica; esto quiere decir que mientras no se resuelva el recurso de amparo, Monsanto no podrá hacer efectivo el permiso otorgado por la Semarnat.
Algunas de las razones por las que las organizaciones se han opuesto a esta aprobación son:
-Porque pone en riesgo la producción apícola en la península de Yucatán, la más importante del país. El 95 por ciento de la producción de miel de esta región se exporta y tiene un valor aproximado de 400 millones de pesos anuales.
-El riesgo de contaminación por polen transgénico podría ocasionar el cierre de los mercados europeos a estos productos. Esto afectaría de manera directa a alrededor de 25,000 familias campesinas y de origen indígena que viven de la apicultura.
-Porque contaminaría el acuífero peninsular, única fuente de agua de Yucatán.
-Por el riesgo de contaminación genética y afectación ecológica. La zona en la que pretende liberarse el cultivo de soya transgénica coincide en con zonas de alta biodiversidad. La contaminación que se generaría por el inevitable flujo genético podría afectar a otros cultivos y especies silvestres causando alteraciones impredecibles en la biodiversidad y en la salud.
-Pone en riesgo la soberanía alimentaria.
El abogado Jorge Fernández mencionó que entre los derechos que fueron violentados se encuentran: el derecho a la consulta, el derecho a y la violación al principio de legalidad que indica que todo acto de autoridad debe estar fundado y motivado.
El cultivo de soya transgénica constituye un negocio en expansión de la empresa Monsanto, actualmente en países como Brasil y Argentina, este cultivo transgénico a traído como consecuencia el abandono del campo para la siembra de otros alimentos, la pérdida de fertilidad del suelo, el crecimiento de la dependencia de los campesinos hacia la trasnacional, el aumento de enfermedades, principalmente cáncer.
El cultivo de la soya transgénica también tiene un carácter geoestratégico para esta empresa, su poder se evidencia de manera clara a través del reciente golpe de Estado en Paraguay en el que el Congreso de ese país tiene trascendentes acuerdos con Monsanto.
Fuente: http://sinmaiznohaypais.org/
