Plan de manejo para la pesca de almeja generosa
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, a través del Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA) y de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), puso en marcha un Plan de Manejo para la Pesca de la Almeja Generosa (Panopea spp) en las costas de Baja California, con el objetivo de garantizar el desarrollo, reproducción y los niveles de abundancia de esta especie, cuya comercialización generó divisas por más de 19 millones de dólares en 2011, en beneficio de los pescadores de la región.
De acuerdo con dicho Plan, el desarrollo de la pesquería se realizará en tres niveles:
El primero se efectuará bajo la modalidad de pesca de fomento, que consiste en prospectar las nuevas zonas de producción, y ubicar y dimensionar el tamaño de los bancos (áreas de concentración de los productos).
La fase dos también será bajo el sistema de pesca de fomento para evaluar los bancos prospectados en la primera etapa. Una vez realizado el estudio de evaluación, el INAPESCA emitirá el Dictamen Técnico con las recomendaciones de manejo, lo cual incluye el volumen aprovechable.
En la última fase, el recurso se aprovechará bajo la modalidad de pesca comercial.
Es importante señalar que en las fases dos y tres, los usuarios deberán sujetarse a un programa de investigación definido y coordinado por el INAPESCA, que incluye un esquema de seguimiento de la pesquería con la participación de observadores a bordo de las embarcaciones para el registro fidedigno de las bitácoras de captura.
Plan de Extracción de la especie
Con el Plan de Manejo para la Pesca de la Almeja Generosa se contribuye a mantener el ordenamiento de esta pesquería, con lo que se propicia el desarrollo de los organismos hasta que alcancen la etapa adulta y cumplan su ciclo reproductor (este molusco solo aumenta una pulgada –25 milímetros— de longitud de concha cada año).
También se protege a los organismos reproductores y sus sitios de reclutamiento, lo que garantiza la repoblación de bancos ya localizados e identificados en las zonas productivas.
Para preservar la etapa de crecimiento del molusco, las autoridades pesqueras han establecido que la talla mínima de captura será de 130 milímetros de longitud de concha.
Con base en la prospección biológica realizada por INAPESCA conjuntamente con productores, en cada periodo de captura se determinarán tallas máximas de pesca y cuotas de extracción.
Con el fin de evitar la sobreexplotación de la especie se asignarán zonas exclusivas para la pesca comercial y se limitarán los permisos de extracción. En estas acciones se promoverá la participación de los permisionarios en tareas de vigilancia para disminuir la pesca no autorizada.
La pesca de fomento estará orientada a generar información de cada zona productora respecto a la ubicación, dimensión y densidad de los bancos de producción potencialmente explotables.
Bajo este esquema se generarán datos sobre distribución de tallas por cada banco y se precisará la tasa de explotación conveniente, en proporción con el número de organismos existentes.
El Plan de Manejo para la Pesca de la Almeja Generosa incluye estudios de prospección de nuevas zonas de pesca a fin de ubicar más áreas de concentración del producto y conocer si cuentan con densidad y abundancia para su explotación.
Como parte de este Plan de Manejo también se realizará investigación tecnológica para el desarrollo de técnicas de repoblación de la especie con la práctica de la maricultura.
Se considera además medir el impacto socioeconómico de la pesquería de almeja generosa y realizar estudios de mercado para impulsar la comercialización de la especie en el exterior.
La supervisión y vigilancia del cumplimiento de los lineamientos del Plan de Manejo estarán a cardo de la CONAPESCA, en coordinación con la Secretaría de Marina.
La almeja generosa requiere de cinco años para crecer a la talla comercial mínima establecida (130 milímetros de longitud de concha) y su sifón extendido llega a medir hasta 100 centímetros.
La especie habita únicamente en aguas marítimas de México, Japón, Nueva Zelanda, Argentina y Estados Unidos.
En nuestro país se produce en los litorales de la Península de Baja California, de su extracción y comercialización dependen habitantes de las comunidades de Ensenada, Santo Tomás, Eréndira, Camalú, Colonet, San Quintín, Islas Coronados, El Rosario, Punta Blanca, El Faro San José y Santa Rosaliíta, en la costa del Pacífico; de San Felipe, Percebeu, Puestecitos y Bahía de los Angeles, en el Golfo de California.
Fuente: Sagarpa