Propician inversiones por 9 mil mdp en cultivos y agroindustria del trópico húmedo
En el último trienio, el Programa Trópico Húmedo (PHT) ha generado inversiones por 7 mil millones de pesos (mdp), propiciado el establecimiento de plantas agroindustriales, con un valor de por lo menos 2 mil mdp, además de activar la compra y renta de tierras abandonadas en zonas tropicales de México.
El impacto del esquema ha sido sobre una superficie de 466 mil hectáreas, de las cuales 53 mil fueron reforestadas con cultivos industriales, en beneficio 157 mil productores, asegura Pedro Ernesto del Castillo Cueva, titular de la Dirección general de zonas tropicales de la Sagarpa.
En entrevista con Imagen Agropecuaria, el funcionario federal indica que el programa ha tenido buena aceptación entre productores, industriales y gobiernos locales, por lo que en tres años se han impulsado 743 proyectos y con un presupuesto de poco más de 2 mil mdp ha detonado una inversión de 7 mil 174 mdp.
Del total de proyectos, 62 por ciento corresponde a empresas sociales, sobre todo en cultivos como hule o pimienta, y el resto a empresas grandes, que “arriesgan su capital” y han invertido en refinadoras, extractoras o liofinizadoras, precisa. Para dimensionar el tamaño de la inversión, indica que una planta extractora cuesta unos 100 mdp y una refinadora entre 200 y 250 mdp.
El PTH se consolida como una opción para aprovechar el potencial de las zonas tropicales de nuestro país e incidir en un incremento en superficies de cultivos que antes no habían tenido mayor dinámica, como hule, palma de aceite, pimienta, vainilla, jatropha, cacao, macadamia o café robusta, destaca Del Castillo Cueva.
Por ejemplo, en tres años se duplicó la superficie cultivada de hule en toda la historia del país, al pasar de 18 mil 694 has a 29 mil 840 entre 2008 y 2011; en palma de aceite pasamos de 32.5 mil a cerca de 60 mil has.
El paisaje en el sureste está cambiando, asevera el funcionario, vemos potreros abandonados que eran de muy baja rentabilidad, y ahora son de cultivos industriales. Estamos transitando de ganadería extensiva a plantaciones.
Las compras de tierras se está dando muy fuerte, las 53 mil has reforestadas que tenemos es una superficie que está recién comprada, expone el director general de Zonas tropicales, quien enfatiza en que no se permite que se tire selva, que haya cambio de uso de suelo; si eso se da no brindamos apoyo, porque estaríamos en una contradicción.
El programa considera a pequeños productores sólo si su tierra tiene potencial y está garantizada la venta del producto con una compañía social o privada, “todo proyecto que se presente tiene que tener una empresa”. La política es no impulsar lo que no se pueda vender, lo que no tenga mercado, recalca.
El impacto social y económico del programa es relevante, al generar 13.9 millones de jornales en 252 municipios marginados y la producción de plantas paso de gobiernos estatales o federal a sector privado u organizaciones, por lo que alcanza 23.4 millones.
Continuidad del programa
Pedro Ernesto considera que el programa ha sido aceptado por los diferentes sectores que participan en su desarrollo, por lo que recomienda su continuidad para la próxima administración, ya se consiguió un concepto de gasto en el Programa Especial Concurrente (PEC), donde el presupuesto pasó de 500 a 950 mdp entre 2009 y 2011, aunque el presente año disminuyó a 500 mdp, pero ante la demanda del sector productivo éste debe elevarse a más de mil 500 mdp.
Resalta que es un buen negocio para el gobierno, ya que por cada peso que se destina al PTH se detonan cuatro más con financiamiento. El programa se enfocaba a nueve estados del sureste, pero por el éxito del esquema de inversión se extendió a 22.
Hay tres elementos –asegura– que dan bases sólidas al programa para sobrevivir: los gobiernos del sureste lo están apoyando; hay un presupuesto en el PEC; en la estructura orgánica de la Sagarpa se creó la dirección general de zonas tropicales; y se fundó el Centro de cooperación para el desarrollo de las zonas tropicales de México, en Mérida, Yucatán, que dará soporte técnico y científico a lo que se hace.
Esquema exitoso
En México tenemos todo el potencial para el desarrollo del trópico húmedo, pero no se había encontrado un mecanismo que superara el problema de etapa pre productiva en cultivos industriales que requieren entre 3 y 6 años para entrar en producción.
Antes apostamos a que estos cultivos fueran traspatio, pero se necesitan escalas. La ley de reforma agraria permite sembrar más de 15 mil hectáreas, que puede comprar una empresa en una organización mínima de 25 miembros; si el empresario grande compra la tierra y siembra directamente la superficie, apoyamos con 30 por ciento y hasta por un monto de 15 millones de pesos por “proyecto jumbo”. Así, tenemos empresas como AMSA; Grupo Kuo, Grupo Loret de Mola o Scribe.
Bajo este esquema, el 20 por ciento del costo de un cultivo lo subsidia el PTH y el resto lo, aporta el productor a través de crédito de la banca comercial, lo que tratamos es generar sujetos de crédito refaccionario en zonas tropicales, remarca Pedro Ernesto.
Para garantizar su desarrollo, todos los proyectos van acompañados con asistencia técnica, a través de 51 Agencias de gestión para la innovación.