Saborean porcicultores aztecas ingreso de productos porcinos a China
Luego de casi cuatro años de negociaciones y misiones comerciales con empresas y funcionarios del gobierno chino, el 9 de abril pasado, cinco empresas mexicanas recibieron el visto bueno para exportar carne de cerdo mexicana al país asiático.
Aún faltan algunos detalles por concretar, como el empleo o no de estimulantes de crecimiento en los animales, sin embargo, la Confederación de Porcicultores Mexicanos (CPM) estima que este acuerdo comercial representará un incremento del 30 por ciento en las exportaciones mexicanas de dicho producto este año.
Se espera enviar a China 10 mil toneladas de carne de cerdo con un valor estimado de 70 millones de dólares, y que son adicionales a las 35 mil toneladas que México comercializa cada año en países como Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
Luego de una visita de inspección a 10 plantas procesadoras de carne de cerdo Tipo Inspección Federal (TIF) que realizó una comitiva de autoridades sanitarias de China en los estados de Sonora, Nuevo León, Chihuahua y Yucatán, en los meses de junio y julio de 2011, los funcionarios asiáticos quedaron complacidos con los estándares de inocuidad con los que operan dichos establecimientos y ello abrió las puertas a ese importante mercado, comenta Alejandro Ramírez, director de la CPM.
Las empresas que mostraron interés en establecer contratos comerciales con China y que recibieron la visita de inspección fueron Grupo Porcícola Mexicano (Kekén), Sonora Agropecuaria, Frigorífica Agropecuaria Sonorense, Alimentos Grole, Frigorífico Kowi, Ganadería Integral, Grupo Bafar, Sukarne y Empacadora Ganadera de Tamaulipas.
Sólo falta por establecer algunos detalles para comenzar con el envío de volúmenes de carne a China, como la autorización de sustancias como la Ractopamina, que se les suministra a los cerdos en el periodo de finalización para incrementar su tejido muscular, el medicamento está autorizado por las autoridades mexicanas y muchos otros países con los que México tiene relaciones comerciales, sin embargo, los chinos se muestran reticentes a su implementación.
Si no aceptan la carne con dicha sustancia tendremos que establecer líneas de producción paralelas en las plantas autorizadas y esto tendrá que verse reflejado en el precio del producto de exportación, puesto que los costos de producción se incrementarían, destaca el director del CPM.
A diferencia de otros mercados, como el japonés, que es muy específico en lo que compra, los chinos están demandando a los porcicultores mexicanos prácticamente toda la canal. En las últimas misiones comerciales que realizamos a China las empresas nos pedían todo tipo de cortes, desde pierna, costilla, chuleta y hasta trompa.
Ese país representa un mercado potencial enorme porque consume 47 kilos per cápita al año. A pesar de que no todos los mil 500 millones de chinos van a consumir carne de cerdo, porque no toda la población tiene acceso a ella por razones económicas y de ubicación geográfica, apostaremos por comercializar volúmenes con las cadenas de autoservicio, los restaurantes y algunas cocinas industriales, refiere Alejandro Ramírez.