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Almeja generosa para México

Tiene alto valor en el mercado internacional, sobre todo chino/Acuacultura acelera su crecimiento.

La almeja generosa es una especie exótica, de forma fálica, que en los últimos años ha sido de interés para productores, comercializadores y “piratas”, dado su alto valor económico en el mercado y la demanda que esta teniendo en China. En México hay dos especies –una endémica–, que mediante el desarrollo tecnológico y la acuacultura ha logrado acelerar su crecimiento para alcanzar una talla comercial en tres años, cuando en Estados Unidos es de cinco años.

Para el caso de México, el valor de mercado en producto de captura se estima en alrededor de 10 millones de dólares; una almeja del Pacífico en el mercado puede costar hasta 40 dólares por kilo, (520 pesos) y la del Golfo, 30 dólares (400 pesos), tiene un alto margen de rentabilidad, “es generosa en todos sentidos”

Así lo platica a www.imagenagropecuaria.com, el director técnico del Laboratorio Oceánica –primero en el ámbito comercial que produce almeja generosa para México–, José Carlos Garduño Franco, quien explica que el caso de las aguas mexicanas tenemos una especie de esta almeja en el Océano Pacífico (Panopea generosa) y una en el Golfo de California (Panopea globosa), que es endémica, lo cual “nos pone en una posición privilegiada respecto al resto del mundo”.

La almeja generosa es una especie longeva, que puede vivir hasta cien años. En forma natural en el Golfo de California una talla comercial se alcanza en 20 años, su crecimiento durante los primeros años es muy rápido, luego se estabiliza y no crece mucho. En el caso del Pacífico se caracteriza porque las conchas son más pequeñas y los animales más largos.

En producción de acuacultura México tiene ventaja, porque en el caso de la especie endémica del Golfo de California es más grande y pesada y la talla comercial, que es de 750 gramos, se alcanza en tres años; en el Pacífico tal ves en cuatro años y pudiéramos tenerla hasta en tres, dice Garduño Franco.

Refiere que en el Golfo estamos a punto de cumplir tres años de que sembramos las primeras almejas y vamos a empezar a cosechar. En la parte del Pacífico de los Estados Unidos la talla comercial se alcanza en casi cinco años; en México la temperatura y condiciones de las aguas permitirán ahorrar un año tranquilamente en el crecimiento de la especie, lo cual nos pone en condiciones muy competitivas.

El también director técnico del Grupo Marítimo Miramar, indica que la producción anual de almeja generosa en México es superior a las mil toneladas, cercana a la de los estadounidenses, pero la actividad podría dar para más. Los productores de captura en Baja California suman 50, en Sonora 20, en Baja California Sur, en Bahía Magdalena, 150 productores y acuicultores apenas hay seis.

Respecto a la composición de la captura, hay que mencionar que 80 por ciento se ubica en el Golfo de California (Panopea globosa) y el 20 por ciento restante en el Océano Pacífico (Panopea generosa).

Además de México, la almeja de interés comercial se distribuye en Estados Unidos (P. generosa), Japón (P. japónica), Nueva Zelanda (P. Zelandica), Argentina (P. Abreviatta)

Prevenir su colapso

Garduño destaca que la empresa es de un chino-mexicano, que tiene conexión directa con China, “se habla de tú con el mercado”. El dueño de ésta me buscó hace siete años y me dijo: hay que cultivar almeja generosa estamos sentados sobre una mina de oro y si no la cuidamos se nos va a acabar. El resultado es que hoy somos el primer laboratorio en México y producimos las dos especies, tanto para la del Golfo de California como la del Pacífico.

México es uno de los principales exportadores hacia China, por lo que entre los objetivos y metas de la empresa es producir un millón de semillas (de 5 mm). de ambas especies por temporada de producción; apoyar el desarrollo de la acuacultura de almeja generosa en Baja California y lograr la autosuficiencia del laboratorio, mediante la venta de semilla de almeja generosa.

Garduño Franco alude a que un aspecto que ha detenido el desarrollo en este sector es la normatividad, porque hace unos años debido a la piratería y la introducción de almeja vía Taiwan, sin pasar por las fronteras y mediante certificados apócrifos en su mayoría, China pidió a México un certificado y “la normatividad en materia de inocuidad es terrible”.

Lo curioso es que no fue el gobierno chino quien la impuso, sino la propia Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), que ante dicha solicitud aplicó el mismo programa para exportación de moluscos bivalvos, el cual tiene casi 20 años de trabajo con moluscos de cultivo, no con los de captura. Con esto desafortunadamente nos exigen contar con un certificado en las plantas, el cual lleva año y medio de trabajo, donde manejas sistema Hazard y normatividad de buenas practicas de manejo, que es loable y nosotros lo hacemos, pero no es el caso de toda la industria. Esta normativa, “no lo puso China; nosotros mismos nos matamos”.

Trabajamos en certificar la empresas, añade el especialista, pero vemos que existe inequidad porque China exporta todo lo que quiere a México y nosotros como país no ponemos restricciones de ninguna especie.

Recuerda que hace unos años hubo una captura en exceso de almeja generosa, por lo que las autoridades pesqueras pusieron restricciones a esta pesquería estableciendo cuotas precautorias de captura. Los productores que tenían permisos las respetan, pero aparecieron muchas personas que vieron un negocio altamente redituable, y empezaron a favorecer la piratería. Había áreas donde la cantidad de lanchas autorizadas para pescar eran de cuatro a cinco y ahí mismo llegó a ser de 150, así el producto obviamente tiende a desaparecer, “la autoridad hacía que no veía y no pasaba nada”.

Por fortuna, agrega, luego vino el cierre de frontera de China, que favoreció la disminución de piratería al parar las exportaciones, pero no porque el gobierno o la autoridad mexicana hiciera algo.

Garduño destaca que como biólogo le ha tocado ver el colapso de pesquerías, por lo que reconoce que con la almeja generosa “si veo un riesgo”, porque tenemos ejemplos como el de la almeja Pismo, que ante condiciones fáciles de captura y la demanda del mercado, se colapsó, paró ocho años y apenas se empieza a recuperar lentamente. El caso del abulón de Baja California fue patético, hace 30 a 40 años en bajamar se encontraba pegado en las piedras y hoy no se conoce; sólo hay en lugares lejanos a cientos de kilómetros de la costa, donde una cooperativa lo vigila con armas.

El también maestro en ciencias considera que se requiere una visión de largo plazo, porque cuando el pescador quiere tener más y más y no se fija en que los tiempos que lleva a la especie recuperarse, los organismos que se pueden restituir a la población natural, se acaba, es una cuestión de cultura.

Confió en que con el gobierno federal –que cumple un año de asumir su tarea– se pueda avanzar en esto, porque en los últimos años dejó mucho que desear el desarrollo de pesca en México, país que le da la espalda al mar.

 

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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