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Pobreza no se resolverá con despensas, sino con empleo e ingreso

Con Oportunidades, Adultos mayores y Procampo es posible otorgar un ingreso mínimo a las familias más marginadas, afirma el J.A. Mendoza Zazueta, experto en el tema de pobreza.

José Antonio Mendoza Zazueta, secretario Técnico del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) del Proyecto Conocimiento y Cambio en Pobreza Rural y Desarrollo, capítulo México, ha logrado conjuntar un espacio de discusión y análisis sobre el tema de la pobreza y propuestas de política pública para atacar este flagelo, donde coexisten desde funcionarios públicos, académicos, grandes empresarios, organizaciones campesinas y representantes de universidades de alto nivel. Con él Imagen Agropecuaria sostuvo la siguiente conversación.

¿Cómo cambiar esta historia de buenos propósitos de gobiernos que llegan y se van, y la pobreza en México continúa?

Tenemos que ponernos de acuerdo en que la pobreza es mucho más que un asunto de compasión y de caridad. Es un asunto de crecimiento económico y justicia social y está concentrada en regiones del sur-sureste y grupos indígenas. No hay articulación entre política social y la económica, nos quejamos de que la primera es muy asistencialista, pero no hemos podido articularla con políticas de fomento económico. La pobreza alimentaria finalmente no se va a resolver con despensas, sino con empleo e ingreso. Su solución de fondo no podrá ser dada únicamente con políticas asistenciales, sino que debe haber una articulación de éstas con fomento productivo.

El también ex subsecretario de Desarrollo Rural de la Sagarpa, expone que tampoco puede ser sólo una tarea dirigida desde el gobierno federal, sino que tiene que haber una participación y responsabilidad mayor de estados y municipios, y una participación social efectiva, donde ningún apoyo vaya sin que tengan a cambio una condicionante de mejoras colectivas o ambientales.

Al preguntarle sobre el anuncio de una Cruzada Nacional contra la pobreza lanzado por la presente administración y qué elementos debe tomar en cuenta para tener éxito, Mendoza Zazueta destaca que en primer lugar se requiere tener un enfoque territorial, ubicar las regiones o municipios con mayor índice de pobreza y atenderlas de manera más focalizada. En todos lados hay pobres, no sólo en Chiapas o Guerrero, pero el Estado de México tiene más pobres que Guerrero o municipios como Acapulco, Ecatepec y Puebla el número es mayor que en los restantes dentro de su entidad respectiva.

El experto subraya que debemos tener en cuenta que “más grave que la pobreza es la desigualdad territorial, que provoca que el país crezca a dos velocidades, la del norte y la del sur. Mientras no resolvamos esas desigualdades difícilmente vamos a tener un crecimiento más acelerado. La desigualdad es un problema mayor que la pobreza y un freno mayor al crecimiento”.

Mendoza Zazueta expone que en México hemos cometido el error de universalidad los programas con mucha rapidez, dispersamos los recursos en forma acelerada y no nos damos tiempo para probarlos en campo, ni formar los recursos humanos adecuados para operarlos. Resolver la pobreza en ciertas regiones requiere tiempo, no se puede resolver en una administración, no queramos solucionarla en todo el territorio en un sexenio.

Durante la plática expone que hay una propuesta de otorgar un ingreso mínimo a la gente de zonas de alta marginación, lo cual es relativamente fácil utilizando los recursos de programas como Oportunidades, que reparte 30 mil millones de pesos (mdp); Procampo, que opera 14 mil mdp y Adultos Mayores, 25 mil mdp, que conformarían una bolsa que permita que las familias reciban más de dos salarios mínimos al mes, hay que garantizar un ingreso mensual a la familia, como una especie de seguro de desempleo.

Lo anterior, añade, permitiría que la gente se quede en sus lugares de origen, no sería tan caro y a cambio se pedirían labores de mejora productiva del patrimonio, de bienes colectivos en la comunidad, labores de conservación de agua y suelo en la parcela, y en función de eso se podrían otorgar mayores recursos. La cobertura debe ser gradual, porque muchas veces queremos cubrir al país de golpe.

Cambiar la visión sectorial

En el campo, un aspecto sintomático –asegura– es que las unidades de producción rural ociosas pasaron de 500 mil a un millón y medio en doce años, según los dos últimos censos, y ha crecido el rentismo de tierras. La tierra se abandona porque hay un problema de productividad y rentabilidad. Nuestra tesis es que no es un problema de productividad, sino de ingreso, el cual no es suficiente para cumplir con nuevos patrones de consumo y expectativas de vida de los habitantes de zonas rurales.

José Antonio Mendoza considera que la agricultura es una plataforma para resolver la pobreza rural, pero no es suficiente, dado que hay externalidades al sector que afectan productividad y rentabilidad, por lo que deben tomarse en cuenta costos de transición, insumos y venta de cosechas, así como necesidades de la población y estrategias de vida.

Siempre –agrega– hemos querido ver problemas del sector desde el propio sector. Seguimos pensando que la solución está en el ministerio federal, en la Secretaría de Agricultura, y no, porque el país es tan diverso y heterogéneo que es un absurdo suponer que la solución de fondo la vamos a encontrar en un ministerio y con una política centralizada. Esto ha llevado a que todo problema en el campo se haya convertido en uno nacional, y no todos lo son. Ha habido intentos de descentralización muy tímidos, tenemos que involucrar más a los estados, al municipio y la sociedad rural. Hay que recrear una nueva institucionalidad para que el territorio sea el integrador de todas las políticas sectoriales.

Hay que lograr –remarca—la concurrencia de todos los actores, en los territorios hay que fortalecer organización con una visión transversal no sólo campesina, donde también participen empresarios y el sector académico, porque ha habido un divorcio entre esta última y el gobierno, y es absurdo que los que saben no hablen con los tomadores de decisiones.

Mendoza Zazueta resalta que además necesitamos un extensionismo diferente, con una visión más integral del problema, con más vocación y mística, porque en muchos casos el problema no es elevar la productividad en el cerro, sino entender las estrategias de vida de la población rural, donde la gente está vinculada al sector laboral y sólo se dedica a la agricultura en forma complementaria.

Hoy, expresa, la familia rural está obligada a trabajar, la mujer y los hijos están laborando de tiempo completo y se desplazan, lo que implica otras necesidades. Hay un cambio tremendo en esa ruralidad, que no hemos logrado entender del todo y mucho menos incorporarlo a una política pública.

Hay que revalorar la importancia del sector rural, que no es solo es provisión de alimentos, es más que eso, es provisión de servicios ambientales, reducción de contingencias naturales, infiltración de agua, retención de suelos, además de generadora de empleos.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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