Utilizado principalmente en la cocina como sazonador, el orégano es una de las principales fuentes de ingreso en algunas comunidades de México, por lo que Irina Llamas Torres, maestra en ciencias biológicas del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), ha desarrollado en los últimos dos años un proyecto de elaboración de un plan de manejo para el aprovechamiento del orégano silvestre que se cosecha en el noreste de la península de Yucatán.
La investigadora detalló que la propuesta de investigación surgió a partir de la consideración de las variables sociales y económicas de la comunidad de Noayún, en el municipio de Tetiz, así como de las características propias de la ecología de la especie. Además, tuvo la asesoría de Luz María Calvo Irabién, quien cuenta con seis años de investigación en la comunidad en los que ha observado cómo la cosecha del orégano contribuye a la economía de los hogares.
Aunado a esto, por ser un producto forestal no maderable (PFNM), el orégano está regido por diferentes leyes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, por lo que un plan de manejo es necesario para regular la extracción y comercialización.
Características de la población
Como parte de la investigación, se evaluaron los niveles de producción y las características ambientales en que se distribuye la especie Lippia graveolens en la península de Yucatán. Una vez que se estudió dónde se distribuye el recurso, se observó quiénes son las personas que cosechan esta especie y los motivos por los cuales lo hacen.
Yucatán se caracteriza por tener un suelo muy rocoso, por lo que fue importante analizar sus características, su porcentaje de rocosidad (qué tanta roca madre está expuesta) y la cobertura del dosel, que es el porcentaje de la cobertura de la copa de los árboles y la altura. “De acuerdo con otras investigaciones se ha encontrado que a esta especie le gustan suelos que sean bien drenados, que sean rocosos, que no haya acumulación de agua y que tenga dosel abierto, es decir, que no haya muchos árboles”, apuntó.
Según Llamas Torres, el recurso es bastante abundante en la comunidad comparado con datos de producción de otros estados, aunque en general tiene una producción media. Sin embargo, debido a que es un producto que se comercializa continuamente, puede ser un recurso que se agote si no se realiza una planificación adecuada. “Las personas comentan que hay zonas en que ya no encuentran orégano o hay poquito y se tienen que ir muy lejos, por eso pensamos que se está acabando y hay que hacer la planeación del recurso”.
Aprovechamiento de temporada de lluvias
A nivel espacial, se incorporaron metodologías de sistemas de información geográfica, toma de decisiones, análisis multicriterio, integrando factores ecológicos, socioeconómicos, con el fin de planear un aprovechamiento sustentable.
“El orégano cosechado de forma silvestre, en la comunidad no se siembra, está en el monte y es en temporada de lluvias cuando lo cosechan, pues es cuando la planta tiene más abundancia de hojas, mientras que en la de sequía no las tiene”, dijo Llamas Torres.
La temporada de lluvias inicia usualmente en junio y termina en noviembre; los habitantes comienzan a cosechar en noviembre. “Raspan las ramas y solo cosechan las hojas. Sin embargo, ahí también se van flores, frutos, etcétera. Después de cosechar la hoja, se tiende bajo el sol para secarla y se vende posteriormente a un acopiador en la comunidad. Este acopiador está en comunicación constante con las empresas que empacan los condimentos, porque el orégano es principalmente comercializado como buen condimento”.
De acuerdo con lo que se ha observado en la investigación, los habitantes de Noayún han llegado a obtener hasta una tonelada por familia, lo que implica una producción en temporada de lluvia de alrededor de 400 toneladas de orégano. En la comunidad viven 200 familias aproximadamente, y las investigadoras han encontrado que 70 por ciento de la población se dedica a cosechar el orégano.
Factores sociales y económicos
En cuanto a las variables sociales y económicas, se reveló que a pesar de que para las familias la cosecha solo constituye un ingreso anual, 15 por ciento de su ingreso anual per cápita pertenece al orégano y para algunas familias llega a constituir hasta 56 por ciento. “Entonces tenemos desde familias que lo cosechan muy poquito hasta familias que cosechan un montón porque es muy importante para su economía; estas familias son pequeñas, de jefes de familia jóvenes que aunque tengan un trabajo buscan otro tipo de ingreso”, señaló.
Otro factor importante radica en que la mayoría de los cosechadores son mujeres, pues mientras los hombres de la comunidad trabajan fuera de casa, las mujeres cosechan el orégano en sus tiempos libres. “Es un ingreso que les da resiliencia en situaciones que son poco favorables como las enfermedades, la compra de útiles escolares o el inicio de la formación del hogar para familias que apenas están empezando, y eso les ayuda a desarrollarse”.
El trabajo incluyó viajes de cosecha con miembros de la comunidad, donde estos contaban cómo eligen las plantas y cuáles eran los sitios de cosecha, mismos que también fueron identificados a partir de un mapeo participativo comunitario.
“Todo esto que hemos encontrado lo plantearemos a los habitantes para que ellos tomen la decisión sobre lo que van a hacer con sus territorios, pues en la investigación se planean diferentes escenarios: escenarios donde se va a aprovechar mucho, donde se va a tratar de equilibrar el aprovechamiento y la regeneración de la especie o un escenario donde se protegerá todo y no se podrá cosechar. Entonces serán ellos quienes elijan la decisión sobre cuál es el escenario que más les convendría”, mencionó la investigadora.
Fuente: Agencia Informativa Conacyt
