Agronegocios

Llaman a consumir árboles de Navidad cultivados en México

Para el presente año se estima que la demanda de árboles de Navidad será de 1.4 millones, de los cuales 50% se producen en México y el resto son importados.

Si para éstas fiestas decembrinas estas pensando adornar tu casa con un árbol de Navidad, una buena opción es adquirir un árbol natural de las plantaciones comerciales en la Ciudad de México, ya que con ello ayudarás a los trabajos de conservación de los suelos.

En México, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) tiene registradas 11,335 hectáreas de plantaciones forestales comerciales de árboles de navidad, con 848 productores registrados ante Semarnat. La Ciudad de México (CDMX) cuenta con 116 hectáreas, las cuales se concentran en tres delegaciones: Tlalpan, Magdalena Contreras y Milpa Alta.

La CDMX, registra 45 productores, ocupa el séptimo lugar en el ámbito nacional en producción de éstos árboles, el principal productor es el Estado de México, le siguen Guanajuato, Puebla, Michoacán, Veracruz y Tlaxcala.

Durante una visita al Parque ecológico ejidal San Nicolás Totolapan, ubicado en el kilómetro 11.5 de la carretera panorámica Picacho-Ajusco, ejidatarios y autoridades resaltaron que comprar un árbol natural contribuye a mantener los servicios ambientales que éstos generan, captura de carbono, infiltración de mantos freáticos, mantenimiento de diversas especies. Las plantaciones se establecen en terrenos que no tienen cobertura forestal o de reconversión productiva (de usos agropecuarios a forestal) y desalientan la extracción clandestina de árboles pequeños de los bosques naturales.

Además, los árboles naturales después de usarse se pueden reciclar para producir abono orgánico o sustrato para producir más árboles. En contraste, árboles artificiales consume gran cantidad de recursos naturales (renovables y no renovables) y genera contaminación atmosférica.

Cortar árboles y divertirse

En San Nicolás Totolapan, la familia Camacho se dedica desde el año 2004 a la plantación de árboles de Navidad; antes sembraban avena. Lázaro Camacho nos cuenta que se dieron cuenta que la siembra de avena iba degradando poco a poco el terrero, por lo que decidieron introducir árboles frutales (manzana y ciruelos) para hacer un cambio, pero años después vieron que un ejidatario del Ajusco inicio la siembra de árboles de Navidad y poco tiempo después mucha gente iba a visitarlos, por lo que decidieron probar y sembrar también con pinos.

Empezaron con una hectárea y ahora ya siembran en las cuatro que posee la familia. Un árbol para que pueda ser vendido tiene que esperar entre 6 y 8 años. Durante ese tiempo, los ejidatarios tienen que hacer trabajos de cajeteo, limpia del terreno, reforestación, control de plagas, poda para darle la forma de pino. Después de éstos años de espera y trabajo por fin vienen las ganancias.

Para lograr que su actividad sea sustentable y sostenible y generar ingresos para los lugareños, se han construido  cabañas, un truchero, tirolesa, una granja, para que la gente que acuda a cortar su pino pueda además disfrutar del bosque.

Las especies que se cultivan son dos: Pinus ayacahuite y Pseudotsuga sp, son las que demanda el mercado. Lázaro Camacho comenta que hoy los visitantes prefieren árboles pequeños de 1.50 a 1.70 metros, aproximadamente, porque muchos viven en departamentos. Detalla que el costo de cada árbol está entre los 300 a 500 pesos.

De acuerdo con el gerente de la Conafor en la CDMX Gustavo López Mendoza, la siembra de árboles de Navidad es una actividad sustentable porque cumplen con los tres puntos aprovechamiento: económico, social y ambiental.

Además, tener 5 mil árboles en una hectárea, los cuales tienen un crecimiento muy rápido, significa que están capturando mucho bióxido de carbono y están liberando oxígeno. Con ésta cantidad de árboles lo que están evitando es que el suelo se erosione y que cuando llueva toda el agua se infiltre, manteniendo la biodiversidad al tener el suelo cubierto. También han encontrado una diversidad de especies como los venados, gallinas de monte, serpientes y hasta pumas, asegura López Mendoza.

En el aspecto económico, al ser un cultivo permanente, activa la economía en zonas forestales con la generación de empleo con mano de obra calificada.Para esta temporada, la Conafor estima la comercialización de 700 mil árboles de Navidad naturales producidos en México, lo que podría dejar una derrama de alrededor de 350 millones de pesos.

Por su parte, la asociación Reforestemos México hizo un llamado a la población para evitar el consumo de árboles artificiales debido a la contaminación que generan, dado que tardan cientos de años en degradarse y al estar hecho de plástico (que requirió la extracción de hidrocarburos, con todo y lo contaminantes que son) genera más basura.

Un árbol artificial –añade– es sometido a procesos químicos nocivos al medio ambiente al pintarlo, ensamblarlo y embalarlo. Generalmente son producidos en países de Asia, lo que implica costos de transportación mayores y un incremento en la emisión de gases contaminantes. Así que los arbolitos de plástico no generan beneficios ambientales y toma siglos revertir el daño que ocasionan.

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