Con apertura comercial en CPTPP, productores de leche de México requieren “piso parejo”
Al abrirse el mercado de lácteos a países como Nueva Zelanda o Australia, en el marco del recién firmado CPTPP (Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico), los pequeños productores de leche mexicano volverán enfrentarse a viejos problemas: falta de integración, ausencia de un plan de fomento lechero y mejoramiento productivo de largo plazo; el diseño de normas para leche, yogurt y queso, que no están terminadas y que son vitales ante la apertura comercial.
En este contexto, el tema interno es lo que hace que la situación sea mala, por ello los ganaderos pedimos “piso parejo” si es que queremos competir con esos países, expone el presidente de la presidente de la Federación Mexicana de Lechería, Vicente Gómez Cobo.
Indicó que en la negociación del TPP hay cupos negociados con Nueva Zelanda y Australia, que llegarán a un volumen de 40 mil toneladas de leche en polvo descremada.
En entrevista, refirió que en Nueva Zelanda tiene cooperativas y las utilidad llegan directamente al ganadero y si México no tenemos esos esquemas e igualdad de condiciones cómo vamos a competir, cómo un ganadero de 300 o 500 litros va venderle a 180 países como lo hacen los productores neozelandeses.
En un escenario de apertura comercial, añadió, cuando más pequeño es el productor peor es el escenario, porque la capacidad de llegar con sus productos a una distancia razonable resulta más costosa y difícil.
La leche en polvo que se importa de otros países compite con el sector lechero nacional y en esto Liconsa –empresa paraestatal que compra leche– ocupa un lugar en los diez jugadores importantes.
Competir contra subvenciones de EU y Europa
La ganadería mexicana también compite con los subvenciones de otros países. Por ejemplo, Estados Unidos acaba de recibir llamada de atención de la Organización Mundial de Comercio (OMC) por los grandes subsidios que otorga al sector lechero, “la leche en polvo descremada y los quesos venden por abajo del precio promedio que cobra el ganadero, eso es dumping, y México nunca a puesto una salvaguarda ni a acudido a la OMC. Eso nos ponen en desventaja”, expresó Vicente Cobo.
En el caso de la Unión Europea con la que se renegocia el TLCUEM y ahí también estamos en desventaja porque por cada euro que gana un ganadero europeo, 48 centavos son subsidio; en México de cada peso no llega al productor un centavo es subsidio, puntualizó el empresario.
En Europa tienen un sistema de almacenamiento de sobrantes que paga el gobierno y a cualquier precio al que se venda se tiene una recuperación fiscal. Es una diferencia muy fuerte.
Los europeos –añadió– están organizados en cooperativas, tienen empresas de servicio al costo; aquí las leyes del ISR no lo permiten. Hemos platicado con funcionarios de la Secretaría de Hacienda y hay buena disposición, “porque sino tenemos los mismos mecanismos de asociación, de competencia y tecnológicos no se vale que nos pongan a competir”.
Comentó que por ahora Europa tiene acceso al mercado mexicano través de cuotas y para ellos una forma de proteger sus productos son las indicaciones geográficas, por eso piden que el queso manchego sea reconocido de esta forma, pero nuestra posición es que se reconozca el “manchego mexicano”.
En Europa –consideró– hay oportunidades para algunos quesos mexicanos, pero el mercado más importante para el ganadero mexicano es el mercado nacional, porque sólo producimos 75% de la leche que consumimos.
Hizo hincapié en que a tres años de su firma la agenda interna a la que se comprometió el gobierno no se cumplió y así van a dejar a la ganadería mexicana en estado de indefensión.
