Alimentos Marinos y Campestres es una empresa de Jalisco (México) que ideó aprovechar el calamar gigante y procesarlo como un embutido que se comercializa bajo la marca Squiddy, en sabores natural, jamón, peperoni, chorizo, jalapeño o chipotle.
Tradicionalmente los pescadores venden el calamar a bajo costo a pie de playa, pero la empresa lo ha transformado para elaborar un embutido de alto valor nutricional y con una vida de anaquel de hasta un año sin refrigeración, debido a que su empaque –en presentación de 200 gramos– tiene un tratamiento térmico y su conservación es similar a una lata, explica el presidente del consejo de administración de la empresa, Alonso Julián García.
La empresa, con sede en Jalisco, elabora carnes frías desde hace 35 años, de donde nació la idea de producir el embutido de calamar –Julián ya hacía salchichones en los años 80–; primero se pensó en un Doypack, pero era más difícil el llenado y era impráctico. Se encontró una maquinaría de Bélgica, con tecnología de envasado que consiste en una funda –que no sufre deformación con altas temperaturas, tiene filtros contra rayos ultravioleta y todo tipo de gases–, la cual se sella con grapas herméticas; realiza un novedoso proceso de cocción, que mantiene la frescura y sabor del alimento sin refrigeración, lo cual lo hace fácil de transportar y almacenar. La inversión desde agosto de 2015 suma unos 30 millones de pesos.
La planta de la empresa tiene una capacidad instalada de 600 a 700 toneladas por año, pero quieren ampliarse a mil 200 a mil 500 toneladas, ante la buena expectativa que se abre, señala el directivo.
La firma comercializa el embutido en Jalisco y Baja California, están en tratos con Soriana de este último estado y de Jalisco, que ya aceptó el producto y se proyecta colocar el calamar, en un primer pedido, en 70 tiendas –20 cajas de cada sabor por autoservicio, unos 600 kilos– y hay platicas con autoridades de Diconsa, Sedesol, Marina y Defensa y en el Senado.
Hacia el exterior una empresa China que visitó la planta se llevó muestras a su país y a Taiwan y la perspectiva es amplia, ya que un cliente sólo en muestras requiere dos contenedores. Una ventaja del producto es que al no ser refrigerado el flete se abarata, ya que puede durar seis meses. Otra empresa brasileña, que comercializa en toda Sudamérica, está interesada.
Por ahora, la compañía tienen la certificación del HACCP (Sistema de Análisis de Peligros y de Puntos Críticos de Control) e implementa los sistemas para cumplir las normas de la Unión Europea, para entrar al mercado de China.
El calamar gigante es un recurso que se desarrolla en el Golfo de California (Santa Rosalía, BCS, Guaymas, Sonora y Mazatlán, Sinaloa, y más recientemente en la costa occidental de Baja California. El volumen que se obtiene es de 68,000 toneladas por año en promedio. La talla promedio de un ejemplar es de 30 a 50 cm de longitud.
Su captura permite una recaudación de más de 75.2 millones de pesos anuales de acuerdo al Instituto Nacional de Acuacultura y Pesca (Inapesca), lo que genera más de 3,500 empleos directos e indirectos por ocho meses al año.
