Reportaje especial
ERNESTO PEREA, ENVIADO
San Juan Evangelista Analco, Oaxaca.- En esta comunidad, ubicada en Sierra Norte de Oaxaca, donde predominan los bosques de encino, las mujeres se han organizado y luchan contra las tradiciones que las han limitado a labores del hogar y al cuidado de los hijos. Ahora ejercen un oficio que de entrada parecería impensable para ellas, pero que realizan con afán y la firme creencia de contribuir al desarrollo de su comunidad, a la equidad de género y al mantenimiento del equilibrio ambiental: son productoras de carbón vegetal o carboneras.
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Las brasas del carbón arden y no paran de crujir al pie de los hornos donde las mujeres, que conforman la empresa comunitaria Ka Niula Yanni (Las mujeres activas) trabajan jornadas que empiezan desde las 7 de la mañana y que se prolongan hasta 4 de la tarde, pero que para ellas no resulta un sacrificio dado que, según expresan, es una forma de tener un ingreso a futuro y enseñar a los hijos que la conservación del medio ambiente puede ser una oportunidad en esta zona, donde el manejo comunitario forestal es un ejemplo nacional e internacional.
Los árboles de encino cubren 70 por ciento de los bosques de esta comunidad, cuya explotación no es maderable, pero que requiere extraerse porque tiende a ser predominante y así permitir la regeneración del bosque. De ahí la importancia de procesarlo para convertirlo en carbón, producto que, por lo demás, tiene un buen precio de mercado.
Durante un recorrido por las instalaciones de la empresa, las mujeres explican que para producir el carbón ingresan la leña a los hornos para quemarla durante siete días y la dejan otros siete enfriarse, un periodo que puede ser largo pero que brinda mayor calidad al producto.
En su etapa inicial la empresa cuenta con siete hornos instalados –con capacidad para ocho metros cúbicos–, una bodega para resguardo de la producción, una nave para el embolsado del producto, un área administrativa, instalaciones sanitarias, patio de almacenamiento de materia prima y patio de maniobras de carga y descarga.
Nuestro monte produce también encino, que antes se vendía solo en leña y tenía poco valor, pero a través del manejo forestal y el trabajo de las mujeres organizadas iniciamos este proyecto de transformación, expone Marisol Pérez, tesorera de la empresa comunitaria.
Las dependencias de gobierno –añade– vieron el buen manejo y, por ejemplo, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) ha estado apoyando más a estos proyectos para mujeres y así se obtuvo un camión torton, una grúa y otros implementos.
Rosa Manzano, vocal de Ka Niula Yanni, nos muestra el bulto de carbón que contiene 23 kilos y cuesta cada uno 140 pesos y presume que hace unos días se hizo un estudio de la calidad del carbón y arrojó buenos resultados, porque está dentro del estándar para competir a nivel nacional y su poder calórico es alto.
Por ahora las mujeres venden el carbón para capitalizar la empresa, por lo que todo se reinvierte; el pago por su jornada laboral vendrá más adelante cuando logren colocar su producto en centros comerciales y tiendas locales; lo cual no ven lejano dada la demanda de carbón en el mercado y la alta calidad de su producto.
Estamos echándole ganas a trabajar, porque el carbón es algo que tiene mercado; más sin embargo el hecho de ser pioneras implica esfuerzos. A partir de que inicio no hemos tenido pago como tal, estamos tratando de meter el producto en un mercado para poder tener un ingreso, pero precisamente trabajamos porque sabemos que tiene futuro”.
Sarita Sosa Pérez, integrante del grupo, recuerda que en un en principio las mujeres sumaban 40, pero muchas de ellas eran de la tercera edad y este trabajo es pesado, por lo que hoy trabajan en el proyecto diez mujeres y dos hombres,
El doctor Filemón Manzano Méndez, asesor técnico del grupo, detalla que el programa de manejo forestal contempla el aprovechamiento de mil 500 metros cubitos de encino por año, en promedio, lo cual es importante para poder mantener la composición de las especies y conservar el bosque de pino, que es el de mayor valor y mantener también los encinos. Agrega que incluso si los encinos no se aprovechan se tienen que cortar para asegurar la sustentabilidad; cuando no se alcanza a procesar como carbón se vende como leña.El plan de manejo es a diez años y está en su sexta anualidad, comenta.
Con esto, explica, se promueve el aprovechamiento forestal sustentable, justificado a través de la Certificación Forestal Internacional (FSC) obtenida por la comunidad en febrero de 2017. De hecho, “la empresa tiene como visión de negocio una estrategia de comercialización de productos certificados a mediano plazo, como una adición de la certificación internacional del manejo forestal, se pretende que en la auditoría anual correspondiente al año 2019 se logre certificar el proceso de producción de carbón vegetal”.
Respecto al proceso de quema y posibles efectos contaminantes en el entorno, el especialista en silvicultura y manejos forestal, señala que sí se emite humo, sin embargo la cantidad de este comparada con la que genera el mismo bosque no es significativa y absorbido por los mismos árboles. Cuando se hace la queda sale vapor y después humo, se mezcla y realmente es muy baja, el CO2 es materia prima para el crecimiento de árboles.
Filemón destaca que este año para las mujeres fue de enseñanza-aprendizaje e inversión, porque aun cuando Conafor apoyó con un millón 350 mil para construir hornos –cada uno cuesta 30 mil pesos–, bodegas y oficinas, aún se requiere un montacargas que lleve el producto al área de llenado. El gobierno del estado apoyará para un vehículo, el Fondo Mexicano para la Conservación de Naturaleza para equipo de protección de los gases que genera el proceso, cascos y moto sierras para rajar madera.
Hace hincapié en que “las mujeres tienen la convicción de integrar una empresa en la que prevalezca el principio del bienestar común a través de la suma de esfuerzos, teniendo como principio fundamental el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales. Su visión es que, en un tiempo no mayor a cinco años, sea una empresa competitiva en el mercado regional y nacional, que oferte un producto certificado, con garantía de calidad, responsable con el ambiente y generador de fuentes de empleo impactando positivamente en el desarrollo y beneficios familiar y comunitario”.
Para lograr los objetivos trazados las mujeres reciben apoyo y asesoría en temas de administración, organización, producción y comercialización, toda vez que se tienen la infraestructura necesaria para producir. También se fortalece la parte mercadológica.
No obstante, los logros alcanzados hasta ahora, las mujeres han tenido que afrontar diversas dificultades, desde la oposición a que ellas sean carboneras hasta las críticas de hombres y mujeres de la comunidad, donde aún predominan los roles tradicionales asignados a las mujeres. Por ello, Sarita enfatiza: “hemos tratado de organizarnos como mujeres, porque en el ámbito social si cuesta poder salir”.
Rosa Manzano, quien también atiende un restaurante del proyecto ecoturístico que tiene la comunidad, platica que ella se incorporó al grupo porque quería darle el ejemplo a su hijo de que sí es viable este tipo de iniciativas que preservan los recursos naturales, el bosque; el resultado es que su hijo estudiará para ser técnico forestal.
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Ka Niula Yanni: Se creó en en noviembre de 2017. Esta empresa es administrada por un grupo de mujeres comuneras representadas por un comité, así como de un grupo operativo del proyecto representado por mujeres y hombres.
