En el mundo hay 57.8 millones de hectáreas orgánicos certificadas de cultivos anuales y perennes, y áreas ganaderas (Organic World). La estadística, publicada cada año por el Instituto de Agricultura Orgánica en Suiza (FIBL) y la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), junta superficies agrícolas y ganaderas, haciendo difícil una interpretación realmente indicativa.
Australia con 27.1 millones de hectáreas y Argentina con 3 millones de ha ocupan los primeros lugares. Pero es importante saber, que son áreas extensivas ganaderas, donde prácticamente los productores no hacen más que poner el ganado bovino para pastar.
China con 2.3 millones de hectáreas ocuparía el tercer lugar con tasas extraordinariamente grandes de crecimiento. Esta superficie es principalmente agrícola, con la producción de granos al frente.
México reportó 700,000 hectáreas agrícolas y 60,000 ganaderas (cálculos propios). Con esta extensión, este país ocupa el primer lugar en América Latina en su superficie agrícola. En el caso de la ganadería se ubica muy atrás de Argentina y Uruguay, países donde la cría de ganado bovino juega históricamente un papel importante.
La recolección silvestre ocupa 39.9 millones de hectáreas en el mundo. México cuenta en este rubro con 1.3 millones ha certificadas, siendo la recolección de chico zapote en Quintana Roo, para la producción de chicle, la principal actividad.
En términos del número de productores, la India ocupa el primer lugar con 835,000 productores. Cabe aclarar que es un país cuya política agrícola apoya decidamente esta forma de producir. Hay programas oficiales de suspensión total y temporal del uso de agroquímicos por sus daños a la salud humana y el medio ambiente, lo que abre el espacio para el cambio del paradigma de la agricultura. Se fomenta en forma extraordinaria la producción de insumos por los propios agricultores, por su efectividad comprobada y, no por último, por los bajos costos. Herencias culturales, como el respeto a las vacas como sagradas, facilita ese empuje a la agricultura orgánica, porque son fuentes de producción de compostas y microorganismos. Queremos aclara también, que el número tan alto de productores incluye también a grupo de productores no certificados bajo los criterios de agencias internacionales de certificación, como es el caso de México.
Para México se reportan 210,000 productores, para alcanzar el tercer lugar. Este dato es una mera estimación por la dificultad de obtener estadísticas. Esto se explica por el gran crecimiento de la agricultura orgánica por contrato en el país, donde grandes agroindustrias no reportan el número de productores a los que compran. Como si fuera poco, existen productores en México que saben que son orgánicos en términos de la Ley, o sea certificados, pero ellos mismos no cuentan ni con las copias de los certificados. Esta situación tiene amplias consecuencias para sus posibilidades de organizar y planear su producción.
La producción de México ha iniciado para responder a la demanda internacional, no nacional. Esta tendencia se está profundizando en la actualidad.
Antes el café orgánico de productores organizados indígenas dio la cara del México Orgánico al mundo. Si bien esta imagen se mantiene en el movimiento orgánico mundial, hoy en día el aguacate es el principal producto orgánico exportado y Michoacán el principal estado.
