México “gana” en inequidad y Ninis frente a siete países de Latinoamérica
México presenta la mayor inequidad territorial entre siete países, Chile Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, sólo después de Guatemala, y 98% de los municipios mexicanos aumentaron el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan (conocidos como Nini).
Lo anterior de acuerdo con el Informe Latinoamericano sobre Pobreza y Desigualdad 2017: “No dejar a ningún territorio atrás”, elaborado por Rimisp –Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural–, donde se analiza la desigualdad territorial considerando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
México –apunta el estudio– es ilustrativo del fenómeno latinoamericano de aumento de la desigualdad aparejado de crecimiento económico. Entre 2010 y 2015 la desigualdad en municipios mexicanos aumentó -el promedio simple del índice Gini cambió de 0.37 a 0.45— en cerca de 93% de sus municipios, donde destacan Santa Magdalena Jicotlán y San Juan Achiutla (ambos en Oaxaca) y El Plateado de Joaquín Amaro (Zacatecas), cuyos respectivos índices subieron 20 puntos porcentuales o más.
Sin embargo, acota el documento, en otros municipios los redujeron de forma importante, como San Javier (Sonora), que bajó de 0.49 a 0.39, y Tlalixtac de Cabrera (Oaxaca), de 0.55 a 0.45.
México rebasa por mucho el valor umbral de 0.08 del Índice de Equidad Territorial (IET) de los ODS, al superar 0.13; Guatemala supera 0.10. Empero, el texto aclara que los siete países analizados presentan IET-ODS de medios a altos; pero ello no significa que sus territorios estén más cerca del logro de los ODS, sino sólo que las diferencias territoriales, en el promedio de los ODS, son menores.
Según el Informe hay un aumento transversal de los jóvenes “Nini” en países latinoamericanos que pone en riesgo el cumplimiento de la meta seis del ODS número 8. Entre los sietes analizados, nuestro país ha tenido un mayor aumento del porcentaje de Nini (el promedio simple pasó de 24.9% a 33.6% entre 2010 y 2015.
El mayor incremento fue en Santiago Tepetlapa y San Martín (Oaxaca), al pasar de 12.5% a 85.7% y de 27.1% a 77.2%, respectivamente; las localidades que lograron bajar esta proporción fueron Santo Domingo Tlatayápam (Oaxaca), de 26.3% en 2010 a 12.5% en el 2015 y San Miguel Ixitlán (Puebla), de 36.9% a 18.8%.
El documento anota que 60% de los municipios mexicanos tuvieron reducciones en el porcentaje de hogares en pobreza e indigencia entre 2005 y 2010. En cambio, muchos otros mostraron aumentos considerables y están distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional. La península de Baja California es un ejemplo, con municipios, como Mexicali, Ensenada o Los Cabos, que tuvieron un aumento de más de cinco puntos porcentuales de sus tasas de pobreza alimentaria entre 2005 y 2010. Otro ejemplo son Campeche y Tabasco, en el sureste del país, con municipios como Balancán o Calakmul, que tuvieron aumentos superiores a los diez puntos porcentuales.
También –expone el documento– es destacable que muchos de los municipios que tuvieron reducciones de pobreza se encuentran en estados pobres del sur, como Oaxaca y Chiapas.
Mortalidad infantil, atención en salud y analfabetismos con brechas
En México –refiere el Informe–, entre 2005 y 2015, aunque la mayoría de los municipios redujeron sus tasas de mortalidad infantil, más de 520 las aumentaron. Hubo aumentos notables en la mortalidad infantil en Churintzio (Michoacán), Chilcuautla (Hidalgo) y Tlalmanalco (México), todos con aumentos sobre los 80 muertos por cada mil nacidos. En contraste, municipios como Urique (Chihuahua), Del Nayar (Nayarit) o Mezquitic (Jalisco), observan disminuciones sobre las 50 muertes por cada mil nacidos.
Las diferencias relativas son destacables: hay municipios como Buenavista (Michoacán) o Pungarabato (Guerrero) con menos de una muerte por cada mil nacidos vivos, otros como Tepexco (Puebla) o San Julián (Jalisco) rondan en torno a las cien.
Por otra parte, el texto del Rimisp expone que México ejemplifica el desafío mayor de aumentar la oferta de personal de salud de alta especialización en los territorios (relativo a meta 8 del ODS 3). Sólo 57% de los municipios tienen un incremento del número de médicos por habitante entre 2009 y 2015. Destacan, por su buen desempeño, Charo (Michoacán), Tepexi de Rodríguez (Puebla) y San Idelfonso Villa Alta (Oaxaca), con aumentos de más de diez médicos por cada mil habitantes entre 2005 y 2015. Al hacer un balance, sin embargo, el promedio simple del número de médicos por cada mil habitantes es similar en ambos años (aumentó de 1.19 a 1.34 médicos por cada mil habitantes entre 2009 y 2015). En el 2015 hubo más de mil 100 municipios con menos de un médico por cada mil habitantes.
La meta 6 del ODS número 4 es abatir el analfabetismo. En México, de dos mil 457 municipios con datos disponibles para 2010 y 2015, el 95% redujo su tasa de analfabetismo. Las mayores mejoras se aprecian los estados del sur. No obstante, llama la atención que los municipios de mayor y menor cambio absoluto se encuentren en Oaxaca. Mientras San Pedro Jocotipac redujo su analfabetismo de 39% a 23%, San Juan Achiutla lo aumentó de 9% a 15%. El promedio (simple) de las tasas municipales de analfabetismo tuvo una leve caída en el periodo, del 14% en 2010 al 11.6% en 2015.
A pesar de los avances, las brechas territoriales siguen siendo enormes: por una parte, el municipio de Benito Juárez (Distrito Federal) tiene un analfabetismo de menos del 1%, y, por otra, en Cochoapa el Grande (estado de Guerrero) el 56% de la población mayor de 14 años se encuentra en dicha condición.
En el Informe 2015 México tuvo un incremento importante en el porcentaje de empleos en rubros no primarios. El promedio simple municipal de empleos no primarios pasó de 50% en el 2010 a 63%. Este aumento se registró en la gran mayoría de los municipios del país. Ejemplos destacables son los municipios de San Javier (Sonora), Sierra Mojada (Coahuila) y San Nicolás (Oaxaca). Los municipios que tuvieron una mayor caída en este indicador fueron San Pedro Jocotipac (Oaxaca) y Calkiní (Campeche), del 86% al 40% y del 75% al 36%, respectivamente.
Respecto al tema de género, se asevera en el documento, la relación de las tasas de participación laboral entre hombres y mujeres mexicanas subió de 3.65 veces en 2000 a 3.86 en 2010. Las elevadas brechas promedio se explican por un conjunto de municipios, donde, en la práctica, la mujer no tiene participación en el mercado laboral formal. En el 2010 hubo 21 municipios, casi todos en los estados de Oaxaca y Chiapas, donde la tasa neta de participación laboral de la mujer no superó el 5%. Incluso, sólo en tres de los dos mil 456 municipios mexicanos, las mujeres tuvieron una tasa neta de participación laboral mayor que la de los hombres. De todas formas, entre 2000 y 2010 cerca del 60% de los municipios mexicanos redujeron la brecha de género en la participación laboral
El Informe –que realiza un análisis territorial de 27 indicadores que dan cuenta de 20 metas vinculadas a nueve de los 17 ODS– destaca que América Latina ha realizado considerables avances económicos y sociales en las décadas recientes. Sin embargo, estas mejoras no han alcanzado a todos los territorios por igual. Persisten grandes brechas dentro de los países de la región en prácticamente todos los aspectos centrales del desarrollo humano y social.
Hay –puntualiza– una persistente desigualdad territorial, una de cuyas expresiones más claras es la peor situación relativa en que se encuentran los pobres rurales, respecto de sus pares en zonas urbanas.
Un mensaje clave del Informe es que resulta necesario enfrentar la desigualdad territorial para que “Ningún territorio se quede atrás” y se alcancen los ODS en todos los territorios. Este desafío de la Agenda 2030 requiere del trabajo articulado de actores e instituciones, por ello las experiencias citadas en el documento nos ayudan a extraer lecciones que para ir en esa dirección.
El Informe se presentó a mediados de junio en la Ciudad de México, en el Auditorio “Octavio Paz” del Senado de la República, con apoyo del Instituto Belisario Domínguez.