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Prepararán a agricultores familiares de las Américas para afrontar cambio climático

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) firmaron un convenio para la ejecución de un proyecto por los próximos tres años que buscará generar conocimientos y buenas prácticas para la adaptación de las agriculturas familiares de las Américas al cambio climático.

Para la ejecución de este proyecto el FIDA donó  2 millones de dólares. El IICA será el líder y ejecutor y contará con el apoyo de dos socios: el Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés), y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).


La alianza fue firmada por el director general del IICA, Manuel Otero, y el presidente del FIDA, Gilbert F. Houngbo.

El proyecto, denominado “Gestión del conocimiento para la adaptación de las agriculturas familiares al cambio climático (INNOVA-AF)”, beneficiará a territorios del Corredor Seco Mesoamericano, del Noroeste de Brasil y de las regiones de montaña intermedia, explicó el especialista del IICA en Inclusión en la Agricultura y los Territorios Rurales y responsable de la iniciativa, Bryon Miranda.

“Estamos en la etapa preparatoria, organizándonos para conformar la unidad ejecutora, armando el plan operativo anual y otros pormenores. Hay una lista de países, pero estamos en proceso de precisarla según las condiciones complejas que poseen para el desarrollo de sus territorios frente al cambio climático. Tenemos en la propuesta un conjunto de criterios para seleccionar a los ocho países donde trabajaremos. Habrá varios de Centroamérica, de la Región Andina y territorios de Brasil”, adelantó Miranda.

El experto, además, dijo que los esfuerzos del proyecto se enfocarán en trascender más allá de los territorios priorizados y buscarán que el beneficio sea a escala mayor; el gran reto de este tipo de iniciativas.

Para que los pobladores rurales de dichos territorios con explotaciones agrícolas incrementen la resiliencia ante los impactos del cambio climático, movilizarán innovaciones tangibles como tecnologías, e intangibles como arreglos institucionales y modelos organizacionales, entre otros.

En la mayoría de casos las soluciones innovadoras promovidas por programas y proyectos, aun cuando sean exitosas, sus efectos son puntuales, localizados y de impacto limitado. Para su escalamiento es necesario diseñar la intervención de forma tal, que podamos lograr la expansión geográfica, réplica, adaptación y sostenibilidad de estas, hasta lograr que tengan un efecto sostenido y amplio para convertirse en referencias a escala mayor”, agregó Miranda.

Fuente: IICA


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