Agroquímicos y plaguicidas reducen población de abejas en México
El declive mundial en las poblaciones de abejas supone una seria amenaza para una gran variedad de plantas críticas para el bienestar humano y los medios de vida, y los países deberían hacer más para salvaguardar unas aliadas fundamentales en la lucha contra el hambre y la malnutrición, destacó la FAO en el Día Mundial de la Abeja.
La cantidad de abejas y otros polinizadores se está reduciendo en muchas partes del mundo debido, en buena parte, a las prácticas agrícolas intensivas, el monocultivo, el uso excesivo de productos químicos agrícolas y a unas temperaturas más altas asociadas al cambio climático, que afectan no solo a los rendimientos de los cultivos sino también la nutrición.
Si esta tendencia continúa, cada vez con más frecuencias los cultivos nutritivos como frutas, nueces y muchas verduras serán sustituidos por cultivos básicos como el arroz, el maíz y las patatas, lo que podría derivar en una dieta desequilibrada.
“Las abejas están bajo la gran amenaza de los efectos combinados del cambio climático, la agricultura intensiva, el uso de pesticidas, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, dijo el director general de la FAO, José Graziano da Silva. “La ausencia de abejas y otros polinizadores eliminaría el café, las manzanas, las almendras, los tomates y el cacao, por nombrar solo algunos de los cultivos que dependen de la polinización. Los países deben cambiar a políticas y sistemas alimentarios más amigables y más sostenibles para los polinizadores”.
Las abejas y otros polinizadores, como las aves y los murciélagos, afectan al 35 por ciento de la producción mundial de cultivos, aumentando la producción de 87 de los principales cultivos alimentarios del mundo, además de muchos medicamentos derivados de plantas.
Aproximadamente dos tercios de las plantas de cultivo que alimentan al mundo dependen de la polinización de los insectos o de otros animales para producir frutos y semillas saludables para el consumo humano. La polinización beneficia la nutrición humana: no solo permite la producción de una gran cantidad de frutas, nueces y semillas, sino también una mayor variedad y una mejor calidad.
Revisar normatividad de plaguicidas en México
En México, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) hace un llamado a revisar la normatividad en el uso de plaguicidas y agroquímicos y a retirar los plaguicidas considerados altamente peligrosos por su elevada toxicidad para la salud y sus impactos al medio ambiente.
De acuerdo con un estudio de la Sociedad Latinoamericana de Investigación en Abejas, en México durante el 2017 se perdieron el 17 por ciento de todas las colmenas, entre otros factores, por el uso desmedido de plaguicidas y agroquímicos altamente tóxicos.
Los apicultores de la Península de Yucatán, en su mayoría pertenecientes a comunidades indígenas mayas, han visto severamente afectados sus medios de vida por la pérdida de sus colmenas debido a los procesos acelerados de deforestación ocasionados por los monocultivos como la soya, el crecimiento urbano, los megaproyectos energéticos y de infraestructura. En esta región se produce el 90 por ciento de la miel del país.
Apenas en 2018, en el municipio de José María Morelos, Quintana Roo, decenas de familias de apicultores de la localidad de Candelaria perdieron su patrimonio debido a una fumigación realizada con el neoticonicoide fipronil, compuesto químico altamente tóxico para las abejas, en campos agrícolas cercanos a los apiarios. Un caso similar ocurrió en el Ejido de Dzonot Carretero, en el municipio de Tizimín, Yucatán, sin que los apicultores hayan sido indemnizados por los daños hasta la fecha.
El fipronil es un compuesto prohibido en otros países debido a su elevada toxicidad para las abejas, sin embargo, en nuestro país se utiliza sin ninguna restricción. De hecho, en México se comercializan 183 ingredientes activos para elaborar plaguicidas considerados altamente peligrosos o que están prohibidos en otros países. Las autoridades mexicanas, lideradas por la Cofepris, no sólo permiten el uso de estos químicos, sino que además no vigilan cómo y en qué cantidades se usan en los campos mexicanos y con qué impactos para el medio ambiente, los polinizadores y la salud humana.
El trabajo de los campesinos es fundamental para mantener la abundancia, diversidad y salud de los polinizadores usando prácticas innovadoras que integren los conocimientos y la experiencia local y científica y diversificando los cultivos para que los polinizadores tengan siempre a su disposición recursos alimentarios y refugio.
Uso de plaguicidas neonicotinoides
Una de las razones de la drástica reducción en las poblaciones de abejas y otros insectos es el uso de los plaguicidas neonicotinoides. No hay un nivel seguro de exposición a estos insecticidas, ya que son tóxicos durante largo tiempo incluso en cantidades muy pequeñas.
De acuerdo con el libro Plaguicidas y ambiente, de Lilia Albert y Alma Delia Viveros, los neonicotinoides, como el fipronil, están implicados en el colapso de las colonias de abejas. Se trata de compuestos tóxicos para los polinizadores.
El colapso de las colonias de abejas melíferas (CDD) o síndrome de despoblamiento apícola, en el que un número considerable de abejas obreras desaparece abruptamente, afecta gravemente la economía, pues además de las pérdidas en la apicultura, numerosos cultivos dependen de las abejas para ser polinizados.
El término CDD se aplicó por primera vez a finales de 2006 en Estados Unidos, cuando los apicultores de diversos puntos de ese país reportaron pérdidas de entre 30 y 90 por ciento en sus colonias de abejas.
“Los neonicotinoides causan efectos adversos irreversibles en el sistema nervioso de los insectos. La exposición continua les causa un efecto acumulativo que termina por destruir sus sistemas nervioso e inmunitario, lo que se traduce en afectaciones en las tareas de las abejas obreras en sus tareas de nutrición a larvas y huevos y afectaciones graves en su capacidad de vuelo. Pequeñas cantidades de insecticidas de este tipo bastan para que las colonias colapsen”, dice Plaguicidas y ambiente.
El mismo libro da cuenta de diversas investigaciones que han encontrado que los neoticonicoides tienen rutas de exposición que afectan a las abejas que no se conocían, incluyendo polvo, polen y néctar. Estos insecticidas causan incapacidad a las abejas para regresar a las colmenas; también afectan su sistema inmunitario, haciéndolas vulnerables a infecciones virales que normalmente no las afectan.
Otro hallazgo importante se refiere a que la presencia simultánea de neonicotinoides y otros plaguicidas puede aumentar los daños en los polinizadores pues puede elevar hasta mil veces la toxicidad de los compuestos.
En el Día Internacional de las Abejas, el CCMSS hace un llamado a prohibir la venta y el uso de los plaguicidas altamente peligrosos y a regular la forma en que se emplean los insumos químicos. Este es un tema urgente para lograr la autosuficiencia alimentaria, conservar los medios de vida de las comunidades que viven y cuidan los territorios, detener la degradación ambiental y hacer frente al cambio climático.
“El compromiso de la nueva administración con lograr la autosuficiencia alimentaria necesariamente pasa por eliminar el uso de los agroquímicos que hoy por hoy no solo amenazan a las abejas y otros polinizadores, sino que también han degradado el suelo, contaminado el agua, afectado gravemente la salud de las familias campesinas y llegado a nuestras mesas a través de los alimentos. En sus manos está la posibilidad de comenzar a revertir esta situación, impulsando una producción agroecológica y apoyando a las comunidades que están manejando de manera integral sus territorios”, afirmó Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.