Apoyan la conservación de los manglares en México
México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial por el número de superficie de manglares que tiene (7 mil 701 km2). Los manglares son una formación vegetal leñosa, densa, arbórea o arbustiva de 1 a 30 metros de altura, compuesta de una o varias especies de mangle y con poca presencia de especies herbáceas y enredaderas.
Los manglares son bosques de marisma que se hallan comúnmente en costas protegidas en las zonas tropicales y subtropicales. Además de proteger la costa contra la erosión debida al viento, las olas y las corrientes de agua y los arrecifes de coral, las praderas submarinas y las rutas de navegación contra la sedimentación también brindan refugio a una fauna diversificada, incluyendo mamíferos, reptiles, anfibios y aves en peligro de extinción; asimismo, ofrecen elementos nutrientes a las redes tróficas marinas y proporcionan lugares de desove a una variedad de peces y mariscos, incluyendo varias especies comerciales. La deforestación de manglares amenaza la supervivencia de estas especies y contribuye a la erosión de las tierras y a la salinidad de los suelos costeros.
De acuerdo con la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), los manglares costeros se encuentran entre los ecosistemas más amenazados de la Tierra. Según las estimaciones actuales, hasta la fecha se ha perdido el 67 por ciento y en los próximos 100 años podrían perecer casi todos los manglares no protegidos.
En el marco del Día Internacional de Conservación del Ecosistema de Manglares, que se celebra el 26 de julio, la Comisión Nacional Forestal la (Conafor) informa que bajo el programa Pago por Servicios Ambientales está apoyando 54 proyectos para conservar los bosques de manglar en México.
Las personas dueñas de terrenos con manglar trabajan en 43 mil 744 hectáreas, en las que realizan labores como vigilancia comunitaria, conservación de la biodiversidad, aprovechamiento y manejo sustentable, desarrollo comunitario, monitoreo de flora y fauna, así como obras de conservación.
Cabe señalar que estos apoyos, con duración de cinco años, son para mantener el alto grado de conservación que tienen, para ello, la Conafor ha destinado 100 mil 225 millones de pesos.
Con el recurso, las personas beneficiarias conservan los recursos naturales de forma activa al crear una fuente de empleo o autoempleo, aprovechando sustentablemente sus recursos, con actividades económicas como la creación y venta de artesanías o el ecoturismo.
De los 54 proyectos, dos tienen concurrencia de recursos. Uno de ellos se encuentra en el municipio de Tecomán, Colima donde se han realizado acciones de limpieza y restauración en 500 hectáreas de manglar con el apoyo económico de 1.6 millones de pesos, aportados por la minera Peña Colorada y por la Conafor.
El segundo es en Tapachula, Chiapas, donde el ejido Conquista Campesina dentro del Área Natural Protegida Estatal El Gancho Murillo, ha realizado trabajos de restauración y conservación en un área de 501 hectáreas.
Este proyecto tuvo una concurrencia de recursos con PRONATURA Sur A.C. de 1.5 millones de pesos, en tanto que la Conafor apoyó con una cantidad similar.
Otros casos de éxito son el ejido Costa de San Juan en el municipio de Alvarado, Veracruz, así como el ejido Morillos y el ejido Mexcaltitán, ambos en el estado de Nayarit.
Los ecosistemas de manglares proporcionan beneficios y servicios esenciales para la vida. Desde el suministro de seguridad alimentaria, el mantenimiento de las pesquerías y los productos forestales y la protección contra las tormentas, los tsunamis y el aumento del nivel del mar hasta la prevención de la erosión de los litorales, la regulación de la calidad del agua costera y la provisión de hábitats para especies marinas en peligro: la lista que revela la importancia de los ecosistemas de manglares es larga. En ella cabe incluir la función singular que desempeñan los manglares en la captura y almacenamiento de importantes cantidades de carbono azul en las zonas costeras procedente de la atmósfera y los océanos, lo cual resulta fundamental para la atenuación del cambio climático.