Cempasúchil, una flor no solo para los muertos
La flor de cempasúchil, mejor conocida como flor del muerto, cempoal, flor de difunto, flor de niño o veinte flores es representativa del Día de Muertos en México.
Esta colorida flor pertenece al género Tagetes, que es endémico del continente americano y en México se estima la presencia de 35 especies de las 58 referidas para América.
La flor de cempasúchil florece después de la época de lluvias, esto es de julio a noviembre, lo que permite que para la temporada de día de muertos esté lista y haya suficiente flor para poder cubrir la demanda de la misma.
Sin embargo, en ocasiones, el temporal no es el mejor aliado de los productores y la producción baja o se atrasa, generando que ya no puedan colocar su producto para la temporada, pero no todo está perdido, ya que la flor, además de ser un ícono para las celebraciones de Día de Muertos, es también un excelente colorante natural que abre otros mercados a los productores.
Desde la época prehispánica es utilizada de diversos modos, pues los mexicas la ocupaban para decorar los altares, ofrendas y entierros en honor a sus muertos porque era considerada como un símbolo de vida y muerte; también era utilizada para empolvar la cara de los prisioneros antes de su sacrificio para que no sintieran la muerte.
Actualmente, la flor de cempasúchil sigue utilizando para honrar a nuestros difuntos, pero también se utiliza para obtener colorante natural teñir objetos, prendas o alimentos, en la avicultura suele utilizarse para alimentar a las aves para que tomen un tono un poco más naranja en su piel, también es la materia prima para elaborar cervezas artesanales, nieves o un buen pulque.