México tira, literalmente, a la basura 3 mil mdd
La cifra es el potencial de negocio del reaprovechamiento de la basura; la veintena de empresas que reaprovechan la basura facturan al año unos 3,000 millones de pesos.
Todos los días, a cada momento, sin respetar horarios o ciclos de vida, por todas partes más allá de los estatus sociales y económicos, aparece algo que resulta incómodo, despreciable, insalubre, inmundo; tanto así que camina en terrenos de los pecados capitales de las sociedades modernas, desarrolladas, y, peor aún, en aquellas hundidas en el atraso. Pareciera que se trata del enemigo indomable, insuperable. Esto que tanto nos alarma e incomoda a los humildes mortales, es por demás una mortal fuente de riqueza que se mantendrá como tal mientras persista el modelo consumista y del desperdicio en el mundo, y, por supuesto, en nuestro país.
La producción de basura o residuos sólidos municipales, como también se les dice, y que las estadísticas del Banco Mundial afirman que cada una de las más de 7,300 millones de personas que habitamos el planeta, generamos alrededor de un kilogramo de estos desechos por día, de tal forma que en 2018 significaron 2,010 millones de toneladas anuales.
Vale precisar que la basura la produce la industria en forma de bienes de consumo y las personas al terminar el aprovechamiento de vida útil de esas mercancías las desechan inservibles o, en palabras llanas, como desperdicio. En todo caso las personas consumen basura, excepción hecha con los alimentos, aunque también tienen desperdicio calculado en 33 por ciento del volumen mundial de su producción.
En el informe titulado What a Waste, del organismo financiero internacional se alerta sobre el futuro para la humanidad de continuar esta tendencia, y calculan que en 30 años más (2050) el volumen de las basuras llegará a 3,400 millones de toneladas anuales, y el problema es que en la actualidad sólo poco más 30 por ciento de los residuos son tratados para no afectar al medio ambiente.
No obstante, el planeta resiente los efectos negativos de esto y, de acuerdo con Banco Mundial, 90 por ciento de los detritos marinos lo constituyen los plásticos. En 2016 se produjeron 242 millones de toneladas de éstos, equivalentes a 24 mil millones de botellas de 500 ml de este material, por citar un ejemplo.
En México, cifras oficiales de la Semarnat y el Inegi, citan que en promedio cada mexicano producimos 900 gramos de basura por día. Claro que en el desglose de la estadística se ubica que en las ciudades la producción de basura per cápita es mayor que en el medio rural. En el primero de los casos el índice es de 1.5 kilogramos por habitante, mientras que en el segundo es de 400 gramos, diariamente.
De tal suerte que, en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, que es la mayor concentración humana del país y una de las más grandes del mundo, se producen 20 mil toneladas diarias de basura, y más de cien mil toneladas en todo el país. Lo que suma alrededor de 39 millones de toneladas de residuos al año.
Y si bien este es un problema de las sociedades modernas, por el daño que representa para la naturaleza y, en sí, para el planeta, por la explotación irracional que significa para los recursos naturales y la contaminación que generan ya como desechos; también lo es que el desarrollo tecnológico permite el reaprovechamiento de las basuras para convertirlas nuevamente en bienes de consumo, que dentro de los males se pudiera ver como algo positivo en la relación industria-naturaleza. Y en las propias economías de los países, al representar una fuente de negocios.
Y esto es algo a lo que pocos empresarios y gobernantes han sabido darle lectura, no obstante, ser evidente la riqueza económica y ambiental que significa. En México el potencial de negocio del reaprovechamiento de la basura, o reciclar, supera los 3,000 millones de dólares anuales.
Las pocas empresas, menos de 20, que se dedican al reciclado facturan al año alrededor de 3,000 millones de pesos, y el índice de las basuras que entran a ese proceso no llega a 15 por ciento de lo que se genera en el país.
Entre otras ventajas de la industria del reaprovechamiento de residuos, está que los costos de producción se reducen 30 por ciento en promedio respecto a los procesos con materias primas vírgenes, lo que hace a los productos finales más competitivos en los mercados. Además, en proporciones similares se reduce la explotación de los recursos naturales.
Estimaciones de especialistas consideran que para establecer una planta recicladora se requiere una inversión de un millón de dólares que puede operar con utilidades significativas en poblaciones mayores a cien mil habitantes, es decir, la basura que genera una ciudad de esas dimensiones es suficiente para hacer del reciclado un buen negocio.
Esto sin duda es un nicho de oportunidad no solo para inversionistas privados, sino para los municipios por ser la instancia de gobierno más inmediata que enfrenta el problema de la generación de residuos sólidos, y sobre todo porque dentro de las partidas presupuestales que se les asignan a los ayuntamientos existe un apartado para atender este rubro, que bien puede ser autofinanciable si aplican los esquemas del reciclado.
Además, existen los recursos de organismos internacionales como Banco Mundial, que en 2000 destinó 4,700 millones de dólares para apoyar este tipo de proyectos. Vaya, con un poco de imaginación y ganas de hacerlo se puede hacer negocio de un problema considerado insuperable.
Pero ni para esto son buenos.