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Precios de garantía, efectos inciertos

Algunos aspectos que se deben analizar en la aplicación de los precios de garantía es que, según organismos internacionales, resultan costosos para el erario público, y requieren contar con una red de puntos de acopio e instalaciones de almacenamiento. En México cuando se aplicaron en el pasado las importaciones de productos básicos no se redujeron e incluso se incrementaron. En el esquema actual que aplicará el gobierno federal, por ahora, no es factible dimensionar la magnitud de su impacto en la productividad y en reducir la compra de alimentos en el mercado exterior.

Lo anterior se concluye luego de leer el análisis “Los precios de garantía en México”, elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), de la Cámara de Diputados, donde se sostiene que la propuesta del gobierno federal sobre precios de garantía para estimular la producción de granos básicos y leche, forma parte del gran objetivo de autosuficiencia alimentaria y reducción de la creciente dependencia de la importación que persigue la actual política agropecuaria del país.
 
Aunque el documento considera que este mecanismo de estímulo puede contribuir a incrementar la producción de alimentos básicos, “por ahora no es factible dimensionar la magnitud de ese impacto” y sus efectos para reducir la compra en el mercado exterior de esos productos para el abasto de la población.

El análisis refiere que de acuerdo con la FAO, “los precios de garantía son costosos para el presupuesto público, porque normalmente esta diseñados para elevar el precio a los productores por encima del precio de equilibrio de mercado, y también para mantener los precios de los consumidores en o debajo el nivel mercado. Entonces el gobierno paga la diferencia.”

“Otra fuente de gastos fiscales surge de la red de puntos de acopio e instalaciones de almacenamiento que los gobiernos deben construir y operar a fin de administrar la política de precios de garantía. A menudo estas instalaciones no son manejadas eficientemente, lo que incrementa aún más los costos de la política”.

Refirió que Estados Unidos, socio en el Tratado-México. Estados Unidos-Canadá (T-MEC), destina gran cantidad de recursos a su sector agroalimentario, a través de instrumentos de política que incluyen los precios administrados, similares a los precios de garantía, ya que la producción de alimentos se considera tema de seguridad nacional, por lo que se puede justificar canalizar apoyos presupuestales hacia el sector agropecuario.

La experiencia del pasado

El CEDRSSA recuerda que la Tasa Media de Crecimiento Anual (TMCA) en la producción de maíz fue menor en 1.8 por ciento, de 1994 a 2017. La superficie sembrada cayó de 9.2 millones a 7.5 millones de hectáreas; sin embargo, la producción se incrementó de 18.2 millones a 27.8 millones de toneladas, debido principalmente a que los rendimientos pasaron de 2.2 a 3.8 toneladas por hectárea.
 
En tanto, la oferta nacional de frijol se redujo significativamente a una TMCA negativa de 0.6 por ciento, de 1994 a 2017, mientras que la superficie sembrada disminuyó, de 2.3 millones a 1.7 millones de hectáreas.
 
La producción de arroz se incrementó a una TMCA de 1.9 por ciento de 1980 a 1989, último año en que operó el precio de garantía para ese producto, mientras que la superficie sembrada aumentó de 154 mil a 193 mil hectáreas. No obstante, de 1989 a 2017 la TMCA ha sido negativa, en 2.4 por ciento.
 
En 1989 se produjeron 527 mil toneladas de arroz, mientras que en 2017 fueron 266 mil toneladas. La superficie sembrada también cayó, de 193 mil a 42 mil hectáreas de 1989 a 2017.
 
Para el trigo la producción se elevó a una TMCA de 5.2 por ciento de 1980 a 1989, mientras que la superficie sembrada pasó de 776 mil a 1.2 millones de hectáreas. Pero la tasa de crecimiento fue negativa en 0.8 por ciento, de 1989 a 2017, ya que la producción cayó de 4.4 millones a 3.5 millones de toneladas, y la superficie sembrada se redujo de 1.2 millones a 662 mil hectáreas de 1989 a 2017.
 
En ciertos periodos, anota el documento, los precios de garantía sí contribuyeron a incrementar la producción de alimentos básicos; sin embargo, años después, la oferta nacional no fue suficiente para cubrir la demanda y se recurrió a las importaciones, concluye el análisis del CEDRSSA.

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