-La demanda es de 20 mil y la meta sexenal es alcanzar entre 12 mil y 14 mil
-En la medida que el presupuesto lo permita la contratación aumentará
-En el gobierno anterior los extensionistas “se volvieron también proveedores de insumos” y esto generaba conflicto con su función
El “nuevo sistema de extensionismo rural” está orientado a las zonas prioritarias del país, donde persiste la pobreza, la marginación y el rezago social y económico. Por ello en el primer año de la actual administración, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) tiene proyectado contratar 4 mil extensionistas y estima llegar, al final del sexenio, a entre 12 mil y 14 mil.
Efectivamente tenemos una demanda de puestos de extensionistas que supera los 20 mil en el país y estamos contratando, en este primer año, aproximadamente cuatro mil; evidentemente la oferta de trabajo todavía es muy baja comparada con el número de profesionistas, de agrónomos, veterinarios, biólogos, gente que se dedica a una profesión relacionada con el campo…ahí tenemos una situación que solamente en la medida que el presupuesto lo vaya permitiendo va a ir aumentando el número de extensionistas que se contraten”.
Así lo expresa a www.imagenagropecuaria.com, el coordinador general de Desarrollo Rural de la Sader, Salvador Fernández Rivera, quien refiere que este año la institución lanzó una primera convocatoria y la demanda de puestos para extensionistas “fue muy alta”, alrededor de 20 mil, y el número de técnicos que se contrataron fue “relativamente baja”, de 400 plazas o técnicos que se estaban seleccionando. Reconoce que hubo algunas dificultades de tipo técnico que se fueron resolviendo, alargando el proceso, de manera que todo fuera incluyente.
Para 2019, subraya, “estamos trabajando hasta donde el presupuesto alcance. Este año creo que vamos a llegar a poco más de cuatro mil extensionistas y dependiendo de los recursos disponibles estaríamos pensando en aumentar el número; éstos no van a ser suficientes para atender la zona de atención prioritaria rural –-mil 115 municipios–, pero si se tiene que ir aumentando progresivamente, de manera que el próximo año pudiéramos aumentar el área de atención de estos servicios y a finales de sexenio contar con una plantilla que este cubriendo la mayor parte del territorio rural”.
Salvador Fernández Rivera
A pregunta expresa de cuántos extensionistas se requieren para atender la zona rural del territorio mexicano, Salvador Fernández responde que habría que hacer un análisis, pero considerando el número de productores, los más de 2 mil 250 municipios, la superficie y las actividades, pensamos en un mínimo de 12 mil a 14 mil extensionistas que debería haber en el país. “De ahí en adelante quedarían un área importante por cubrir; pero en esos trabajaremos en los próximos años”.
Para 2019 el presupuesto del programa de desarrollo territorial –que tiene dos formas de ejecución, una a través de la Sader y otra con los gobiernos de los estados—dispone de un monto de poco mas de 4 mil 370 millones de pesos, de los cuales cerca de una cuarta parte se destina a servicios de extensionismo.
Salvador Fernández indica que el número de productores atendidos a través de los Prodeter (Proyectos de Desarrollo Territorial) son alrededor de 300 familias por cada uno de estos y en los Centros de Apoyo al Desarrollo Rural(Caders) hay un número más elevado de productores.
El funcionario federal subraya que en el nuevo extensionismo un aspecto distinto al de administraciones anteriores es el mecanismo mediante el cual se seleccionan los extensionistas, “ahora es un proceso trasparente, son convocatorias, se definen perfiles técnicos y en función de esto se hace la selección de los extensionistas”.
En este sentido, detalla que los primeros extensionistas que se contrataron fueron alrededor de 400 especialistas en planeación estrategia y formulación de proyectos de desarrollo territorial. Para proveer de asistencia técnica a los beneficiarios del Programa de fertilizantes en Guerrero se contrataron otros 350. Están en proceso de selección y contratación unos 2000 extensionistas especializados para los Caders o municipios en zonas de altas marginación. En las próximas semanas se estarán contratando poco más de 1000 extensionistas que estarán trabajando en proyectos de desarrollo territorial.
Extensionismo desmantelado
El funcionario federal expone que al inicio de este gobierno encontramos el servicio de extensionismo desmantelado, abandonado y al INCA rural muy debilitado, realizando funciones distintas a su mandato y el gobierno se había desentendido de este rubro.
Los extensionistas eran contratados a través de agencias de desarrollo rural u organizaciones. Identificamos el problema de que algunos proveedores de este servicio se volvieron también proveedores de insumos o compradores de productos de los productores que asesoraban e identificamos un conflicto al volverse intermediarios”.
Fernández Rivera anota que en el nuevo enfoque de extensionismo hay algunos cambios fundamentales: para que estos servicios sean de alta calidad son especializados y están sujetos a una fuente de conocimiento. Algunos extensionistas están especializado en formulación de proyectos para el desarrollo territorial; “no son proyectos para bajar recursos, esa figura ya no existe”, enfatiza.
En este modelo –añade– se conforman equipos multidisciplinarios que atienden varias problemáticas del medio rural, no solo técnicas sino se fomenta la inclusión de extensionistas que tienen formación en temas sociales y también de jóvenes, esto de manera conjunta con el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Otros extensionistas –explica– tienen como función formar a los sujetos de apoyo o de desarrollo, fomentan la asociatividad productiva en el marco de un territorio. Además, están orientados a la zona de atención prioritaria, donde se concentra más la pobreza y pobreza extrema y hay mayor grado de marginación. Otros más están especializados en cadenas productivas, en cultivos, ganadería o acuacultura.
“Todo –recalca el funcionario– está orientado a aumentar la productividad y usar los recursos naturales en forma eficiente y, sobre todo implementar una estrategia de adaptación al cambio climático y la aplicación de prácticas que fijen más carbono en el suelo y disminuyan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”.
Hace hincapié en que son extensionistas con una mayor formación técnica especializada y en distintas áreas. Estos equipos cuentan con el soporte de instituciones de investigación y educación, de tal manera que estén conectados de manera continua a una fuente de conocimiento, que a la vez genere modelos tecnológicos adecuados para cada territorio.
Fernández también comenta que se esta rescatando el mandato de ley de las funciones que se le han asignado al INCA rural, como el Servicio nacional de capacitación y asistencia técnica rural integral (Senacatri), por lo que se esta fortaleciendo al organismo para que pueda desempeñar esta función.
Al preguntarle sobre el fortalecimiento de instituciones nacionales como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para aprovechar el conocimiento y capital humano ahí generado en el campo, Salvador Fernández responde que en México la tasa de crecimiento de productividad agrícola, en general, ha sido relativamente baja y esto se debe a falta de aplicación de conocimiento y tecnología. Hay un retraso tecnológico, un proceso de degradación de recursos naturales y todo eso de alguna manera esta relacionada a la desvinculación que existe entre investigación, desarrollo de conocimiento y de tecnologías con la actividad productiva.
La idea –continua– es involucrar a las instituciones no sólo en el soporte del extensionismo, sino que en el caso de proyectos de desarrollo territorial que éstas realicen un diagnóstico del territorio y hagan una propuesta de modelo tecnológico que sea adecuado para las condiciones sociales, económicas y naturales del territorio. Estamos fomentando la vinculación de estas capacidades que se han estado desaprovechando. Al mismo tiempo nos encontramos con que estas instituciones tienen sus debilidades y problemas y estamos en el proceso de identificar oportunidades específicas que éstas se tienen para que mejoren sus capacidades.
-¿De lo contrario seguiríamos dependiendo igual de organismos externos? Se le pregunta.
-Seguro. Se le están dando mucha prioridad a eso, una vez que ya vamos retomando la tarea de dirigir las acciones de desarrollo en el campo. Estamos ya trabajando con las instituciones de investigación para que participen de manera directa en acciones de desarrollo del sector y al mismo tiempo superar las debilidades que tienen.
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El extensionismo ha consistido en desarrollar capacidades de los productores a través de procesos educativos, proveer asistencia técnica, fomentar la aplicación de buenas prácticas, el uso de tecnologías adecuadas a sus condiciones.
