Ríos saludables fundamentales para afrontar cambio climático
Al alterar los flujos de los ríos, el cambio climático afectará el acceso al agua, la producción de alimentos, las pesquerías de agua dulce, la generación de energía y las operaciones comerciales, y posiblemente impulsará la migración en masa.
El cambio climático también aumentará la presión sobre las poblaciones de especies de agua dulce, que ya se han visto impactadas en un 83 por ciento en promedio desde 1970.
En un informe de la World Wide Fund (WWF) y Anheuser-Busch InBev (AB InBev) además destaca el papel central de los ríos saludables para adaptarse al cambio climático y construir sociedades, economías y ecosistemas más resilientes.
El texto muestra cómo un compromiso colectivo para una mejor gestión de nuestros recursos de agua dulce, particularmente al confiar en soluciones basadas en la naturaleza, puede impulsar los esfuerzos globales para enfrentar los riesgos climáticos más graves.
“Todo el mundo sabe que el cambio climático afectará principalmente a nuestras comunidades, ciudades y empresas a través del agua, pero pese a ello, salvaguardar la salud de los ríos y humedales del mundo – nuestros sistemas de soporte de vida de agua dulce – sigue estando muy por debajo en la lista de prioridades globales”, dijo Stuart Orr, líder de la Práctica de Agua Dulce de WWF.
“Ya estamos viendo sequías extremas desde Chile hasta Chennai e inundaciones históricas desde el Medio Oeste de Estados Unidos hasta Mozambique, y lo peor está en camino. Pero podemos ser más resilientes a los impactos del clima si los gobiernos y las empresas aplican urgentemente políticas, prácticas e inversiones que reconozcan todo el valor que representan los sistemas saludables de agua dulce”, agregó Orr.
También menciona como el cambio climático afectará los ecosistemas de agua dulce al cambiar la cantidad, la calidad y el tiempo de los suministros de agua, incluidas las variaciones en los patrones de lluvia y el derretimiento del manto de nieve.
Junto con los cambios en las estaciones y las temperaturas, estos cambios tendrán un gran impacto en la seguridad alimentaria, ya que los ríos actualmente irrigan 190 millones de hectáreas, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de la producción mundial de alimentos. Los ecosistemas saludables de agua dulce también son cruciales para la supervivencia de las pesquerías de agua dulce, que proporcionan proteínas vitales para cientos de millones de personas en situación vulnerable.
Las sequías relacionadas con el clima, las inundaciones y los cambios en los flujos de los ríos también afectarán la generación de electricidad, ya que se necesitan suministros de agua confiables para enfriar las centrales eléctricas y alimentar las centrales hidroeléctricas existentes.
“Transformar la manera en que el mundo valora y gestiona nuestros valiosos recursos de agua dulce es la forma más poderosa de adaptarse a la crisis climática, para las personas, los negocios y la naturaleza”, dijo Andre Fourie, Director Global de Water Sustainability AB InBev. “Todos debemos trabajar juntos para enfrentar las enormes amenazas a nuestros ríos y humedales, que son los cimientos naturales de sociedades y economías más resilientes”.
Se necesitarán políticas innovadoras, incluido un cambio global hacia más soluciones basadas en la naturaleza, lo que deberá ser el núcleo de los esfuerzos para lograr que la infraestructura sea más resiliente a los impactos del clima y reducir el riesgo hídrico.
Los nuevos enfoques financieros – como la iniciativa de Financiamiento a Soluciones del Recurso Agua (Bankable Water Solutions) de WWF que ha sido respaldada por AB InBev – pueden ayudar a redirigir los flujos financieros hacia inversiones sostenibles que no solo mejoren la seguridad del recurso agua y la biodiversidad de especies de agua dulce, sino que también aumenten la capacidad de resiliencia ante el cambio climático, y brinden un rendimiento aceptable para los inversores.
El informe recomienda que los líderes políticos promuevan soluciones basadas en la naturaleza, inviertan en capacidad para apoyar la adaptación e implementen políticas que aseguren el flujo suficiente de ríos para las personas y la naturaleza. Mientras tanto, el sector privado debe tomar medidas colectivas para mitigar el cambio climático y los riesgos relacionados con el agua.
“Invertir en una mejor gestión de los ríos y humedales no solo es bueno para nuestros recursos de agua dulce, sino que también garantizará que seamos más resilientes a los impactos del clima”, dijo Orr. “El clima es agua: los sistemas de agua dulce saludables sustentarán comunidades, economías y ecosistemas más resilientes al clima”.