Trabajan en reconversión de cultivos de maíz a trigo panificable
Para avanzar en la autosuficiencia en la producción de trigo, productores y la Sader trabajan una propuesta de reconversión de zonas de cultivo de trigo cristalino y de maíz de bajo rendimiento hacia la producción de trigo panificable.
Se pretende lograr una reducción de la dependencia alimentaria en este cultivo básico, en particular en las variedades panificables.
El consumo nacional de trigo panificable actualmente suma 5.8 millones de toneladas, asimismo, cifras de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria destacan que en 2018 México produjo dos millones 943 mil toneladas de trigo (de todas las variedades), con un valor de 12 mil 20 millones de pesos. Sonora, Guanajuato, Baja California y Sinaloa aportaron 80 por ciento de ese tonelaje y valor.
La mayor producción se centra en trigos suaves (para pasteles y galletas) y cristalinos o macarroneros (para sémola, pastas), por lo que es necesario fortalecer la producción de trigos fuertes y suaves; los fuertes son altos en proteínas y excelentes para la elaboración de pan.
Por otra parte, el programa de Precios de Garantía –aplicado al trigo panificable, con un precio de cinco mil 790 pesos por tonelada para productores con predios georreferenciados y con entregas por cada uno de hasta cien toneladas– ha resultado positivo, estimula la actividad productiva.
Por lo anterior, se estableció que Baja California, Guanajuato, Sinaloa y Sonora cuentan con condiciones propicias para reconvertir tierras de siembra de trigos cristalinos a trigos panificables. Asimismo, hay posibilidades de cambiar el patrón de cultivo de maíz de temporal del ciclo primavera/verano con bajos rendimientos hacia trigos panificables en Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Estado de México y Michoacán.
La estrategia de impulso al trigo panificable debe ser integral: implicar investigación y generación de semillas mejoradas, asistencia técnica permanente en transferencia de tecnología, infraestructura y equipamiento para centros de acopio, maquinaria agrícola; asimismo, fortalecimiento de los sistemas producto estatales y organización local y nacional; fórmulas de negociación para el transporte ferroviario; mecanismos de certificación y diferenciación de precios para que se premien las mejores calidades; compromiso de la industria para valorar tales calidades, etcétera.