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850 mil virus que viven en mamíferos y aves podrían infectar a los seres humanos

Hasta 850 mil virus actualmente “no descubiertos” que viven en mamíferos y aves podrían tener la capacidad de infectar a los seres humanos.

Covid-19 es al menos la sexta pandemia desde la Gran Pandemia de Influenza de 1918 y, aunque tiene sus orígenes en microbios transportados por animales como todas las anteriores, su aparición ha sido impulsada enteramente por actividades humanas, afirma un nuevo informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).

Prevenir pandemias a través de la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad es cien veces más barato que enfrentar brotes como el de Covid-19, además de que tendría grandes ventajas para la salud de las personas y el planeta, asegura el estudio realizado por científicos internacionales.

En el futuro, las pandemias surgirán con más frecuencia, se propagarán más rápidamente, harán más daño a la economía mundial y matarán a más personas que la de Covid-19 a menos que haya un cambio transformador en el enfoque global para abordar las enfermedades infecciosas, advierte el informe.

La mayoría de las enfermedades emergentes (como el ébola, el zika o la encefalitis de Nipah) y casi todas las pandemias conocidas, como la influenza y el VIH / SIDA, son zoonóticas, es decir, son causadas por microbios de origen animal. Estos microbios se “propagan” debido al contacto entre la vida silvestre, el ganado y las personas.

“No existe ningún gran misterio sobre la causa de la pandemia de Covid-19 o de cualquier pandemia moderna. Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgo de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente”, alertó Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance y presidente del taller de IPBES de donde surgió el informe.

Según Daszak, los cambios en la forma en que usamos la tierra, la expansión e intensificación de la agricultura, y el comercio, la producción y el consumo insostenibles, perturban la naturaleza y aumentan el contacto entre la vida silvestre, el ganado, los patógenos y las personas. “Este es el camino hacia las pandemias”, aseveró.

Explotación, cambio climático y pérdida de biodiversidad

La explotación insostenible del medio ambiente debido al cambio de uso de la tierra, la expansión e intensificación de la agricultura, el comercio y el consumo de vida silvestre y otros factores, interrumpe las interacciones naturales entre la vida silvestre y sus microbios, aumenta el contacto entre la vida silvestre, el ganado, las personas y sus patógenos, aumentando el riesgo de la aparición de nuevos virus en humanos.

Además, la pérdida de biodiversidad asociada con la transformación de paisajes puede conducir a un mayor riesgo de enfermedades emergentes en algunos casos, donde las especies que se adaptan bien a paisajes dominados por humanos también pueden albergar patógenos que presentan un alto riesgo de transmisión zoonótica.

Los patógenos de la vida silvestre, el ganado y las personas también pueden amenazar directamente la biodiversidad y emerger a través de las mismas actividades que impulsan el riesgo de enfermedades en las personas. Por ejemplo, la aparición de quitridiomicosis, una infección causada por hongos en anfibios que apareció en todo el mundo debido al comercio de vida silvestre.

La crianza de vida silvestre se ha expandido sustancialmente, particularmente en China antes del Covid-19, donde la cría de “animales no tradicionales” generó 77 mil millones de dólares y empleó a 14 millones de personas en 2016.

La agricultura, el comercio y el consumo de vida silvestre y productos derivados de la vida silvestre (para alimentos, medicamentos, pieles y otros productos) han provocado la pérdida de biodiversidad y enfermedades emergentes, como el SARS y el Covid-19.

Costos masivos que se pueden evitar

Los expertos aseguran que el verdadero impacto del Covid-19 en la economía global solo puede evaluarse con precisión una vez que las vacunas se hayan implementado por completo y la transmisión entre las poblaciones esté contenida. Sin embargo, su costo se ha estimado entre 8 a 16 mil millones de dólares a nivel mundial para julio de 2020 y puede llegar a ser de 16 mil millones solo en los Estados Unidos para el cuarto trimestre de 2021 (asumiendo que ya existe una vacuna efectiva).

El estudio delinea estrategias globales para prevenir pandemias, basadas en la reducción del comercio de vida silvestre, el cambio de uso de la tierra y el aumento de la vigilancia, que costarían entre 40 mil y 50 mil millones de dólares al año, mucho menos de lo que cuesta una pandemia.

“La abrumadora evidencia científica apunta a una conclusión muy positiva. Tenemos la capacidad cada vez mayor de prevenir pandemias, pero la forma en que las estamos abordando en este momento ignora esta herramienta. Nuestro enfoque se ha estancado: todavía confiamos en los intentos de contener y controlar las enfermedades después de que surgen, a través de vacunas y terapias. Podemos escapar de la era de las pandemias, pero esto requiere un enfoque mucho mayor en la prevención además de la reacción”, agregó Daszak, uno de los autores del informe.

Un cambio de la reacción a la prevención

El informe recalca que depender de las respuestas a las enfermedades después de su aparición, como las medidas de salud pública y las soluciones tecnológicas, en particular el diseño y la distribución rápidos de nuevas vacunas y terapias, es un “camino lento e incierto”, lo que subraya tanto el sufrimiento humano generalizado y las decenas de miles de millones de dólares en daños económicos anuales a la economía global por reaccionar a las pandemias.

El riesgo de una pandemia está impulsado por cambios antropogénicos que aumentan exponencialmente, por lo tanto, culpar a la vida silvestre por la aparición de enfermedades es erróneo, porque la emergencia es causada por las actividades humanas y los impactos de estas actividades en el medio ambiente.

“La pandemia de Covid-19 ha destacado la importancia de la ciencia y la experiencia para informar las políticas y la toma de decisiones”, expresó Anne Larigauderie, secretaria ejecutiva del IPBES.

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