Aguas residuales clave para identificar comunidad enferma de Covid-19

Si se analiza la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de ciertas zonas, se podrá detectar de forma temprana a una comunidad enferma.
Con la llegada de la Covid-19 surgieron diversos estudios en torno a esta enfermedad. Se encontró que en las heces fecales quedan presentes fragmentos genéticos del ácido ribonucleico de este virus.
Al respecto, Germán Buitrón Méndez del Laboratorio de Investigación en Procesos Avanzados de Tratamiento de Aguas, explicó que hasta el momento se desconoce si el virus se encuentra en estado infectivo en las excretas, y por lo tanto, en las aguas residuales.
“Lo que sí sabemos es que sus fragmentos genéticos se mueven a través del sistema del drenaje hasta llegar a las plantas de tratamiento”, añadió en entrevista para UNAM Global.
En este proyecto de investigación participan Germán Buitrón Méndez en conjunto con Julian Carrillo Reyes. La idea es determinar que la presencia de estos fragmentos genéticos en las aguas residuales puede revelar la presencia del virus en determinadas zonas.
Prevenir
Cuando una persona está infectada por el SARS-CoV2-, expresó el investigador universitario, excreta los residuos genéticos del virus antes de enfermarse fuertemente y acudir al hospital para realizarse la prueba.
Si se analiza la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de ciertas zonas, se podrá detectar de forma temprana a una comunidad enferma. De igual manera funciona con las personas asintomáticas.
Investigaciones en esta área han mostrado que el pico de subida en las aguas residuales coincide de una semana a 10 días de anticipación con el aumento de casos de pacientes hospitalizados.
Este proyecto es muy útil, porque al detectar inmediatamente la presencia del virus, las autoridades correspondientes podrán tomar las decisiones correctas para el control de la pandemia.
Por ejemplo, podrían aislar o confinar las colonias, fraccionamientos o hasta fábricas donde hayan observado el aumento del coronavirus, en vez de cerrar toda la ciudad o un estado. Tomarán decisiones mucho más asertivas.
Se trata de una herramienta que funcionará como una alerta temprana, como la alerta sísmica. Aunque, de ninguna manera sustituirá las pruebas en humanos, sino que será una evidencia de cómo se mueve la enfermedad.
De acuerdo con Buitrón Méndez el costo con respecto al beneficio resulta muy económico. “Imaginemos una comunidad de 10 mil personas, para tener un monitoreo tendríamos que realizar 10 mil pruebas a cuatro mil pesos cada una, pero con este proyecto sólo necesitamos realizar tres pruebas para toda esta población, que resulta mucho más económico”.
Fuente: UNAM