Defienden algodoneros uso de glifosato y transgénicos; hay rechazo de otras organizaciones
Mientras que productores de algodón solicitaron la ayuda del presidente Andrés Manuel López Obrador para continuar sembrando algodón transgénico y poder importar glifosato, argumentando que se perderían 1.4 millones de empleos en toda la cadena; organizaciones de la Campaña nacional sin maíz no hay país reiteraron que es indispensable que se mantengala su prohibición en México, “tal como lo ha estipulado la Semarnat para asegurar la salud humana y ambiental”.
El Comité Nacional Sistema Producto Algodón (CNSPA) solicitó “ayuda” del Primer mandatario del país para que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “revierta la prohibición de sembrar algodón, y su negativa para importar el herbicida que les ayuda a proteger sus cultivos de las plagas y malezas”.
Lo agricultores alertaron –en un comunicado– que estas medidas los tienen “al borde del colapso económico” por el “inminente riesgo de perder sus cosechas del actual ciclo primavera-verano, y reducir en 2021 a niveles nunca antes vistos la producción de esa importante fibra”.
El presidente nacional del CNSPA, Relbo Raúl Treviño Cisneros, expuso que en menos de un año la Semarnat “asestó dos duros golpes contra nuestra labor en el campo”, y advirtió que al prohibir la siembra de algodón, el titular de la Semarnat, Víctor Manuel Toledo Manzur, está condenando al desempleo a prácticamente 1.4 millones de personas, donde están 7 mil 500 productores; 30 mil 150 trabajadores locales y migrantes; casi 48,700 eventuales que representan 6 millones de jornales al año, y 1.2 millones de personas que subsisten en los procesos de hilado, tejido y confección de la industria textil nacional.
En su texto piden ayuda al Presidente de México para que la Semarnat revierta su negativa y “nos permita sembrar algodón en los estados de Chihuahua, Baja California, Coahuila, Tamaulipas, Sonora y Durango, principales productores, que es donde se prevé la mayor afectación en la economía, producción y empleo en caso de que no prospere nuestra petición”.
Recordaron que el año pasado la siembra de algodón en el país alcanzó las 240 mil hectáreas de superficie sembrada, cuya cosecha abastece 80% de la demanda de algodón en México; el 20% restante se importa, principalmente de Estados Unidos. En 2018 se exportaron alrededor de 64 mil toneladas de fibra de algodón, lo cual generó 103 millones de dólares.
“Confiamos en que con su valiosa intervención la Semarnat nos abra sus puertas, nos escuche y nos tome en cuenta, porque a pesar de nuestros insistentes llamados a esa secretaría para que dialoguemos y encontremos juntos una solución a los problemas en el sector algodonero, todos los esfuerzos han sido en vano”, puntualizaron los algodoneros.
Industria quiere boicotear medidas contra glifosato
En contraste, la Campaña nacional sin maíz no hay país rechazó el anteproyecto de decreto presidencial sobre glifosato que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) subió el 3 de agosto al sitio web de la Conamer, que incumplía con los acuerdos que previamente se habían establecido entre las secretarías y la Presidencia de la República.
Los integrantes de esta organización manifestaron su apoya a la postura del titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo y rechazaron “cualquier acción” del secretario de la Sader, Víctor Villalobos Arámbula o desde cualquier otra instancia, que contravenga la decisión del Presidente de la República de prohibir el glifosato en México.
Puntualizaron que la postura de Semarnat “afecta los intereses de la industria química trasnacional y nacional de los plaguicidas aliada al organismo empresarial del gran agronegocio”. Por ello, agrega. “ha habido una campaña para boicotearla negativa a la importación de glifosato e impedir su prohibición total para el 2024, que va encontra de los intereses legítimos de la población, y de los derechos humanos como el derecho a la salud, el derecho a la alimentación y el derecho a un medio ambiente sano”.
Manifestaron estar convencidos de que el glifosato y otros herbicidas y plaguicidas muchas veces asociados con el uso de semillas transgénicas, implican un cuantioso costo a los gobiernos y a la sociedad, por las consecuencias desastrosas para el medio ambiente y la salud humana, que violenta los derechos humanos de la población.
Por su parte el Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe-México (Maela México) se manifestó a favor del impulso que viene haciendo el titular de Semarnat “para la construcción de un modelo colectivo hacia una política pública que impulse la transición agroecológica con una perspectiva hacia la soberanía alimentaria y ambiental”.
En un comunicado se pronunció “por priorizar el modelo de producción y consumo agroindustrial basado en el alto uso de los agroquímicos, la biología sintética e impulsores genéticos que favorece modelos productivos para la exportación y la agroindustria es incrementar la crisis alimentaria y de salud, la pérdida de la biodiversidad y el despojo de los territorios”.
Subrayó que “el poder del agronegocio y de la industria química de plaguicidas está manipulando gran parte de la opinión pública de México, utilizando presión y herramientas mediáticas, para instalar agendas públicas para su propio beneficio, favoreciendo la expansión de la agricultura basada en agrotóxicos poniendo en riesgo la soberanía de nuestro país”.
Las organizaciones recordaron que en 2015, el glifosato fue clasificado por la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como probable carcinógeno en humanos. “Hay múltiples estudios que evidencian que la exposición al glifosato o formulaciones a base de glifosato es genotóxico y puede inducir estrés oxidativo, dos factores conocidos como precursores de cáncer en humanos. En Estados Unidos,diversas víctimasde cáncer por exposición al glifosato han ganado juicios en los que se acumulan evidencias de los daños a la salud que provoca esta sustancia”.
