Espuma garantía de sabor
La cerveza va con espuma o sin espuma. La respuesta es muy clara: sí, la cerveza va con espuma.
También conocida como la cabeza o la corona, la espuma de una cerveza es una de las partes más reconocibles e importantes de la bebida, y no sólo por estética, sino porque ayuda a proteger el aroma y el sabor de la cerveza.
La espuma es el resultado directo de uno de los procesos más importantes de la cerveza: la fermentación.
De acuerdo con la Cámara de Cerveceros de México una vez que la levadura da inicio al proceso de fermentación, el alcohol empieza a liberarse, lo que significa que se empiezan a descomponer los azúcares y almidones del mosto cervecero. Lo cual provoca que se produzca dióxido de carbono y que la cerveza se gasifique de manera natural.
La espuma se forma cuando un gran número de burbujas de dióxido de carbono suben a la superficie de la bebida y explotan. Es justo por eso que la espuma es tan importante, una vez que las burbujas explotan, se liberan todos los aromas presentes en la cerveza, lo que ayuda a que se tenga una experiencia gustativa mucho más profunda.
Otra de las razones por las que es importante la espuma en la cerveza es el sabor. Entre más espuma tenga, se evita más el contacto del líquido con el aire. Esto sirve para que la bebida no se oxigene y no pierda el gas tan rápido.
Así que la próxima vez que te sirvas una cerveza, no olvides dejar la cantidad justa de espuma, para que así disfrutes de una experiencia gustativa y aromática mucho más satisfactoria.