Las heliconias y los ginger son plantas exóticas que habitan normalmente en jardines tropicales.
El género Heliconia agrupa a más de 250 especies de plantas tropicales, originarias de Centro y Sur América, las islas del Pacífico e Indonesia. Estas plantas se caracterizan por sus hojas grandes y llamativas, siendo consideradas como “malas hierbas” y por sus brácteas, que cobijan las flores verdaderas de las heliconias y los ginger.
Son plantas que se consideran exóticas en casi todo el mundo. Sus estructuras florales son visualmente atractivas, las cuales pueden ser de color anaranjado, rojo o amarillo; por lo que, su uso como plantas de ornato y en florería representan un potencial importante en la comercialización y para la generación de ingresos para las familias del medio rural.
En el estado de Campeche, las heliconias y los ginger se distribuyen en zonas inundables de las selvas altas perennifolias y subperennifolias; selvas medianas subperennifolias y subcaducifolias; y selvas bajas perennifolias y subperennifolias.
Este estado peninsular posee las condiciones adecuadas para el cultivo de estas flores tropicales que potencialmente se pueden exportar hacia Estados Unidos o Europa, donde son altamente cotizadas durante todo el año.
Sin embargo, el sobrepastoreo, desmonte, el drene de las zonas inundables, así como el fuego, forman parte de las amenazas para estas especies por lo que se considera imperativa la protección del conjunto de especies asociadas con el género Heliconia y los Ginger, a través del manejo adecuado por parte de los propietarios de los sitios o hábitat donde se distribuyen de forma natural.
A pesar del potencial comercial de las heliconias y los ginger, su producción y su comercio son limitados, por ello en el Colegio de Postgraduados Campus Campeche, el Jesús Arreola Enríquez, profesor investigador, ha trabajado en la generación de un paquete tecnológico para la reproducción, siembra y cultivo de éstas bajo un enfoque agroecológico.
Este paquete tecnológico distingue una amplia gama de herramientas que pueden ser adoptadas por los productores y sobre las cuales se definen las estrategias a seguir para una producción sustentable y de gran rentabilidad para los productores de zonas rurales y para los empresarios emprendedores.
Con la utilización adecuada del paquete tecnológico mencionado se logra desarrollar la producción de estas plantas ornamentales de manera intensiva ya que, a diferencia del centro del país donde se utilizan invernaderos para la producción de éstas, en la Península de Yucatán, particularmente en el estado de Campeche, se cuenta con las condiciones adecuadas de clima y suelo para el desarrollo vegetativo de estas plantas.
Si se desea emprender un sistema productivo rentable utilizando el paquete tecnológico en referencia, se requiere de tres mil a cuatro mil plantas por hectárea (depende de la especie), las cuales al cabo de 6-8 meses producen de 100 mil a 160 mil flores al año por hectárea. En el mercado cada flor suele costar entre 10 a 15 pesos, por lo que la inversión requerida para emprender un negocio de estas ornamentales, es atractivo y redituable.
Dentro del manejo agronómico básico del cultivo, los productores deben realizar la poda cuando florezca cada planta, cortando el tallo lo más pegado a la tierra posible, ya que solo florece una vez, lo que permitirá que los hijuelos de la planta madre no compitan por los rayos solares, muy similar al cultivo de plátano, especie emparentada con las heliconias y los ginger.
En cuanto a la propagación de las heliconias y los ginger, estas se multiplican por rizomas, los cuales de una sola cepa se obtienen de 10 a 15 vástagos o hijos, es decir que la forma de reproducirse es sumamente fácil y barata.
Además de embellecer cualquier ambiente en que se desarrollen o presenten las heliconias y los ginger, algunas especies poseen propiedades tintóreas y otras se emplean local y tradicionalmente para envolver tamales, quesos y otros alimentos.
El paquete tecnológico desarrollado es un servicio que facilita que los productores puedan tener más opciones de producción, incrementar sus rendimientos y así generar una mayor utilidad por sus actividades en el medio rural, fomentando un mayor arraigo en el medio rural y una mejor calidad de vida.
