Agronegocios

Industria defiende uso de glifosato y cuestiona a Semarnat

Ante los cuestionamientos hechos por autoridades, ambientalistas y agricultores del proyecto de decreto presidencial sobre el glifosato de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la industria de agroquímicos ha reaccionando con la apología del herbicida “más utilizado en el mundo”,  y acusa a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de persistir en su política de no autorizar la importación de ese producto, que en México se utiliza en un 60% en los cultivos de maíz. 

Por medio de un comunicado la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), expone que ante legisladores la titular de la Semarnat, María Luisa Albores González, aseguró que el glifosato es “altamente dañino”, pero no aportó “evidencias técnicas ni científicas que respaldaran su dicho.”

La industria productora del químico considera que la funcionaria federal de la Cuarta Transformación también contradice, en los hechos, la instrucción presidencial, pues México “no produce este herbicida y tiene que recurrir a la importación para que los productores agrícolas puedan garantizar la producción en el campo”.

Considera que María Luisa Albores, “no aportó argumentos que justifiquen la política unilateral y prohibicionista, que ya está aplicando Semarnat al prohibir la importación de glifosato, con esta medida se está tomando una decisión no acordada con Sader y con la Presidencia.  En su caso, el glifosato sólo se sustituiría cuando estén disponibles en el mercado de manera amplia, alternativas que tengan iguales o mejores propiedades fitosanitarias y que resulten competitivas en precio”.

Por ello, la representación de la industria de agroquímicos, “reitera su llamado a Semarnat para que atienda la instrucción presidencial de no quitar de golpe el glifosato, porque se reduciría el volumen de producción de alimentos y reafirma su disposición a participar en foros y mesas técnicas que convoquen CONACYT y Semarnat para que de manera incluyente, considerando todas las voces que participan en la producción del campo, se analice con objetividad toda la información técnica y científica disponible sobre el uso del glifosato”.

En contraste, la UMFFAAC aboga por la postura del secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, quien igual ante legisladores, “fue muy claro” al exponer que el glifosato es un herbicida que se ha empleado por más de 40 años en el campo mexicano, que se requiere para controlar la maleza que afecta la productividad de los cultivos y que su uso ha podido garantizar la producción de granos básicos en los 20 millones de hectáreas cultivables que tiene el país. También recordó que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio la instrucción clara de que se busque en los próximos cuatro años un compuesto o sustituto de dicho herbicida que, en términos económicos, ambientales y de salud pública, sea mejor, pero que “en tanto no tengamos ese compuesto se tendrá que estar usando, porque esa es la única forma a través de la cual podemos garantizar la producción y aspirar a la autosuficiencia”.

La UMFFAAC rechaza las posiciones de ambientalistas de oponerse al herbicida al señalar que “la realidad es que las principales agencias internacionales que regulan el uso del glifosato han llegado a conclusiones muy diferente a lo planteado por la María Luisa Albores y cita que, por ejemplo en Estados Unidos, la EPA Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos  “mantiene su posición de que el glifosato no representa riesgos a la salud pública cuando se usa de acuerdo al etiquetado y que el glifosato no es carcinógeno”. En Europa, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), anota que “es poco probable que el glifosato represente un riesgo carcinogénico para los seres humanos y la evidencia existente no respalda su clasificación como carcinógeno potencial…”

La industria recuerda que en marzo de 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó al glifosato como probable cancerígeno para los humanos. Sin embargo, refiere que 14 meses después la misma OMS  junto con la entidad de la FAO sobre residuos de plaguicidas, concluyó que “es poco probable que el glifosato sea un riesgo carcinógeno para los seres humanos a través de la dieta.”

Argumenta que

el glifosato es el herbicida más estudiado del mundo e incluso países como Francia, a través de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, Medio Ambiente y Seguridad Ocupacional (ANSES) reconoció la dificultad de encontrar una alternativa que cumpla con las ventajas y propiedades que tiene el herbicida”.

Daños de glifosato y transgénicos parte del “imaginario colectivo”, biotecnólogo

Por su parte, el especialista en Biotecnología Molecular y Celular en Plantas, José Miguel Mulet, calificó de “ridículos los argumentos de supuestos ecologistas que buscan prohibir el uso de glifosato para proteger los cultivos del campo, pues estableció que son resultado de una historia basada en mentiras para generar una “epidemia informativa” en el imaginario colectivo. Y apuntó: No existe en el mundo evidencia científica de que ese herbicida afecta la salud humana.

El especialista asegura que “la comida del campo es segura”, y en cualquier país los herbicidas que se autorizan para proteger los cultivos están sujetos a una normatividad y un control exhaustivos.

Al participar en el 1er. Foro Virtual: Mitos y Realidades Sobre el Glifosato en Voz de los Expertos, organizado por la UMFFAAC y la organización Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología, A.C. (PROCCyT), afirmó que “toda la historia contra el glifosato es construida, y lo han colocado como el malo de esa historia; como el personaje antagónico. Si hay tanto rechazo al glifosato cuando objetivamente es un herbicida seguro y útil, es por un invento construido por activistas ecologistas”.

El investigador recordó que hace 30 años dichos grupos también se oponían a los transgénicos. “Empezaron a decir que eran cancerígenos y un montón de cosas, ninguna de las cuales era cierta, pero hoy siguen aprovechando todo eso que han construido en el imaginario colectivo”, expresó.

 

 

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