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Mantener abasto de alimentos y acceso a éstos, retos de México en fase 3 del Covid-19

De darse la fase tres para combatir la propagación del Covid-19 –que será inexorable afirma la Secretaría de Salud–  se presentarán dos retos y riesgos importantes a corto plazo para el sector agroalimentario:  es posible que no haya suficientes agricultores y trabajadores a lo largo de las cadenas de valor para poder garantizar el abasto; no obstante, se trabaja para evitar la ruptura de la cadena de suministro; y “una preocupación de fondo” es la capacidad de sectores de la población para poder adquirir la canasta básica, dado que muchas se encuentran paradas, recibiendo el 50% o nada de ingresos.

Frente a la pandemia del Covid-19, en México –como en el mundo– hay un marco de incertidumbre, en el cual los diversos subsectores agroalimentarios viven efectos encontrados: el tipo de cambio que beneficia a las cadenas agroexportadoras impactará a los importadores de materias primas; las personas en aislamiento están dejando de consumir alimentos en hoteles, restaurantes y otros servicios, pero hay compras de pánico en los canales tradicionales de abasto como supermercados y tiendas de abarrotes.

Por otra parte, el precio de los energéticos seguirá disminuyendo y, con ello, los costos de producción y transporte, señala el análisis “El impacto económico del COVID-19 en el agro mexicano”, elaborado por el Grupo de Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), que se publicó los días 11 y 30 de marzo pasados.

Una de las conclusiones a las que llegan los analistas es que “los efectos del coronavirus en el comercio de alimentos son inciertos y difíciles de cuantificar en el corto plazo, pero es un tema coyuntural y pasajero que en el largo plazo tenderá a ajustarse y se restablecerá el comercio internacional de los mismos”.

Hacen énfasis en que el abasto de alimentos está garantizado dentro de México y las exportaciones siguen fluyendo hacia Estados Unidos, el cual tiene una política agresiva para garantizar el abasto de alimentos.

Por otra parte, los precios, si bien se han movido en algunas cadenas agroalimentarias en el tema de precios al consumidor, no registran aumentos exorbitantes.

Cita que para México algunos analistas financieros ya han pronosticado que la economía sufrirá la mayor contracción desde el 2009, teniendo un decremento entre -3.0% a -7.0% (proyección de J.P Morgan). También “existe un consenso en que la crisis será un shock temporal y que la economía de México regresará a la senda de crecimiento moderado en 2020, ayudado por la depreciación del peso frente al dólar; sin embargo, el nivel de recuperación no alcanzará el PIB que se tuvo previo a la crisis”.

Granos y Oleaginosas

El análisis del GCMA refiere que al iniciar el año, la guerra comercial entre China y EUA dejó como resultado inventarios de frijol soya y otros granos sin comercializar. Además, la demanda por granos disminuyó, derivado de la Fiebre Porcina Africana, la cual afectó al 50% del hato porcino de China y la reducción de la demanda, por el inicio del COVID- 19. Por otro lado, la cosecha que se espera para el presente año será de buena a muy buena y esto ha sido reflejado en el mercado de futuros, que muestra signos de un mercado sobre ofertado para maíz y soya, lo que ha incidido en la baja de precios.

Referente al abasto de granos para consumo humano, debe haber tranquilidad, ya que México es el mayor productor mundial de maíz blanco, del cual se espera una producción de 23.1 millones de toneladas para el 2020, de las cuales, 19.9 millones son para consumo humano e industrial. El excedente de maíz blanco, más la producción de maíz amarillo de 3.5 millones de toneladas, será consumido por el sector pecuario que importará 17.9 millones para complementar su consumo anual.

El abasto de los granos para el sector pecuario también está garantizado; el U.S Grain Council de Estados Unidos se pronunció al respecto, señalando que operan de manera normal para garantizar el abasto.

Hortofrutícola

Para este tema el texto especifica que la producción hortofrutícola de México es una de las grandes fortalezas del sector agroalimentario, ya que se tiene una gran capacidad productiva para garantizar el consumo nacional; los excedentes, por su parte, son comercializados principalmente en el mercado de Estados Unidos.

Con la variación del tipo de cambio, las exportaciones se vuelven más atractivas, ya que se necesitan menos dólares para comprar productos mexicanos pero, al mismo tiempo, el mercado de exportación se vuelve más atractivo y puede generar cierto efecto inflacionario entre el mercado doméstico y de exportación. 

Por otra parte, el canal tradicional tiene fuerte demanda de productos agrícolas debido a algunas compras de pánico, lo que generará una mayor presión sobre la cadena de suministro. Caso contrario, el canal de hoteles, restaurantes y cafeterías tiene una menor demanda de productos agrícolas, debido a que las personas no están consumiendo en sus establecimientos, lo cual disminuye la demanda.

En las cadenas de suministro el desabasto generaría un incremento acelerado de los precios pagados al productor y a lo largo de la cadena o bien, el efecto cambiario y mayor demanda externa podría crear un efecto inflacionario.

Los precios de medio mayoreo de la Central de Abastos de la Ciudad de México, en el cual los productos agrícolas no tienen variaciones considerables de precio, siendo una señal positiva sobre la existencia del producto. Las variaciones en productos como el chile, son por el retraso de la cosecha en Sinaloa, mientras que el pepino se ha incrementado porque es la parte baja del ciclo de producción y la calidad del producto no está por debajo de la expectativa.

El nivel de abasto de productos agroalimentarios en las cadenas de auto servicio se encuentra garantizado; de acuerdo con sondeos realizados por consultoras, en el rubro de alimentos frescos, se señala que en México las cadenas de autoservicios no tienen productos fuera de stock, lo cual podría mostrar la solidez de la cadena de producción y distribución de alimentos en México.

La producción de exportación tampoco tiene problema para llegar a su principal destino. De acuerdo con el Departamento de Agricultura de EUA (USDA por sus siglas en inglés) el movimiento terrestre de productos hortofrutícola mantiene un ritmo muy similar al del año anterior vía terrestre.

El comercio hortofrutícola con China

El GCMA también hace referencia que México envió a China en 2018, 137 mil toneladas de alimentos, valuadas en 456 mdd (cifras UNCTAD, 2020), poco representativas, considerando que el comercio agroalimentario de China en 2018 significó 178 millones de toneladas de alimentos o 135 mil millones de dólares; no obstante, existen productos hortofrutícolas que México produce y exporta a EUA y de ahí se reexpiden hacia otros países, entre ellos China; dentro de los productos que Estados Unidos exporta al país asiático se encuentran las nueces, berries, vegetales frescos y congelados, que en mayor o menor participación tienen contenido mexicano y que repercuten en una menor exportación de México.

Pecuario

El sector pecuario es uno de los sectores que podría verse afectado por las condiciones de tipo de cambio en las materias primas que consume. El impacto del tipo de cambio ha encarecido el valor de los granos forrajeros pagados al productor y, por otro lado, el valor del ganado bovino presenta una caída que va desde el 11% hasta el 16%, a tasa anual. Por otro lado, el cerdo tuvo una apreciación por la gran demanda de China al inicio del 2020, incrementando los precios 6% para el cerdo en granja y 12% en canal, en andén; pero, en el último mes, los precios han disminuido por la menor demanda de China (que se encuentra en cuarentena), reduciendo el valor del cerdo en granja un 9.3% y un 5.7% al cerdo en canal, en andén.

Los productores de ganado bovino pueden aprovechar la coyuntura para comprar en pesos ganado y materia prima, procesarlo y enviar cortes o valor agregado, el cual sería pagado en dólares y con ello mejorar su posición al tener flujo de caja en dólares.

El producto que presenta un alza relevante es el pollo, que ha tenido incremento de 26% de su valor en granja y del 48% en canal a tasa anual. En el último mes, el pollo en granja tuvo un incremento del 24% y en canal del 23%. El huevo blanco, por su parte, respecto al año anterior presenta un incremento del 55% y contra el mes pasado un incremento del 3.3%. El pollo es una de las cadenas que más rápido se ajusta por el movimiento en los precios de insumos básicos, además que es una de las proteínas accesibles y con mayor demanda en las cadenas de autoservicios. De igual manera que en los otros subsectores, el abasto de producto está garantizado al 100%.

Fertilizantes

Sobre los fertilizantes, el GCMA explica que, China es el tercer mayor abastecedor de fertilizantes de México; si las fábricas de dichos insumos están paradas, pueden existir dos escenarios, el primero sería tener un acceso limitado a fertilizantes, afectando con ello la producción de alimentos en México, o bien puede haber escasez y los precios de dichos insumos se pueden elevar.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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