Necesario adoptar medidas para transformar los sistemas alimentarios
La diversidad biológica sustenta la mayor parte de las actividades económicas del mundo, en particular en el sector agroalimentario, por lo que el ritmo de su erosión debe contrastarse con esfuerzos holísticos, coherentes y colectivos, dijo director general de la FAO, Qu Dongyu.
“Su pérdida socava los esfuerzos mundiales para combatir la pobreza y el hambre: si no hay diversidad biológica, no hay diversidad de alimentos”, dijo en su discurso transmitido en vídeo para la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica.
La Cumbre de las Naciones Unidas, en la que intervienen jefes de Estado y de Gobierno, se celebra al final del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica y tiene por objeto impulsar y acelerar la adopción de medidas y la asunción de compromisos concretos en la 15.ª Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, que tendrá lugar en Kunming (China) en 2021 y en la que los miembros deberían adoptar el Marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020.
La utilización sostenible de la diversidad biológica y la distribución equitativa de sus beneficios son fundamentales para alcanzar 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además, alrededor del 70 % de los medicamentos utilizados para el cáncer son productos naturales o sintéticos inspirados por la naturaleza, y la pandemia de la enfermedad por coronavirus (Covid-19) ha puesto de relieve cómo la degradación de la diversidad biológica socava el entramado de la vida y aumenta el riesgo de que las enfermedades se propaguen de la fauna silvestre a las personas.
Al sumarse al urgente llamado a la acción, el director general de la FAO destacó “la necesidad de que transformemos radicalmente nuestras economías y comportamientos para garantizar que sean inclusivos, ecológicos y sostenibles”.
Hizo hincapié en los importantes vínculos entre esta cumbre y la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios que tendrá lugar el año próximo, y observó que tanto el futuro de nuestros sistemas agroalimentarios como el de la diversidad biológica dependen mutuamente de la transformación de los primeros así como de “la veneración de la naturaleza”, añadiendo que era “hora de tender puentes entre nuestros programas”.
Hoy en día, de acuerdo con la extensa labor de la FAO en materia de diversidad biológica, solo nueve especies cultivadas suministran cerca del 66 % del total de la producción mundial de cultivos, mientras que solo ocho especies domesticadas aviares y de mamíferos proporcionan más del 95 % del suministro de alimentos de origen pecuario para consumo humano. La dependencia de un conjunto tan estrecho de recursos reduce los efectos de los seguros naturales y debilita la resiliencia de la seguridad alimentaria a largo plazo.
Acciones
El director general dijo que, con objeto de poner en práctica lo que recomiendan, los organismos de las Naciones Unidas están integrando la diversidad biológica en sus operaciones, programas y políticas internas y respaldan a sus miembros para que hagan lo mismo, prestando especial atención a las estrategias de desarrollo verde, la gestión del riesgo de desastres y la aplicación de acuerdos y políticas internacionales dirigidos a garantizar la seguridad alimentaria, los medios de vida y la sostenibilidad.
Añadió que la restauración de los ecosistemas terrestres y acuáticos, el empleo de soluciones basadas en la naturaleza, la conservación de las especies genéticas y los recursos naturales, la financiación de tipo verde y azul, los cambios sostenibles de valor y la evolución de las modalidades de consumo y producción constituyen esferas de acción prioritarias.
Es necesario acelerar seriamente la acción. Hoy en día, por ejemplo, la FAO se dedica a la restauración de la tierra, especialmente en el marco de la Iniciativa de la Gran Muralla Verde. No obstante, de acuerdo con el Convenio sobre la Diversidad Biológica, las actividades de restauración a nivel mundial cubren apenas el 2 % de las más de 2 000 millones de hectáreas de tierras actualmente degradadas que es preciso restaurar a fin de mejorar la diversidad biológica, los servicios ecosistémicos y la productividad agrícola.