Plaga de langosta del desierto continúa afectando Cuerno de África y Yemen

Los nuevos enjambres de langosta del desierto que se han generado están poniendo en peligro los medios de vida agropastoriles y la seguridad alimentaria de millones de personas en el Cuerno de África y el Yemen, pese a los intensos trabajos para controlar la plaga a lo largo de 2020, dijo hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Con apoyo internacional y una campaña de respuesta a gran escala sin precedentes bajo la coordinación de la FAO, se han tratado más de 1.3 millones de hectáreas de infestaciones acridianas en 10 países desde enero.
Las operaciones de control han evitado, aproximadamente, la pérdida de 2.7 millones de toneladas de cereales, por valor de casi 800 millones de dólares, en países ya afectados gravemente por la inseguridad alimentaria aguda y la pobreza. Esta cantidad es suficiente para alimentar a 18 millones de personas durante un año.
Sin embargo, las condiciones atmosféricas favorables y las lluvias estacionales generalizadas han propiciado que la langosta del desierto se reproduzca en grandes cantidades en el este de Etiopía y Somalia. Esto se vio agravado por el ciclón Gati, que provocó inundaciones en el norte de Somalia el mes pasado, permitiendo así que las infestaciones acridianas se multiplicaran en los meses siguientes. Ya se están formando nuevos enjambres que amenazan con invadir de nuevo el norte de Kenya, y la langosta también ha empezado a reproducirse a ambos lados del mar Rojo, lo que supone un nuevo riesgo para la Arabia Saudita, Eritrea, el Sudán y el Yemen.
“Hemos conseguido mucho, pero aún no hemos ganado la batalla contra esta implacable plaga”, señaló el director general de la FAO, QU Dongyu. “No debemos desistir. Las langostas siguen propagándose día y noche, y los peligros que conllevan están exacerbando la inseguridad alimentaria de las familias vulnerables en toda la región afectada”.
La FAO está prestando asistencia a los gobiernos y otros asociados mediante vigilancia y coordinación, asesoramiento técnico y la adquisición de suministros y equipo, pero deben llevarse a cabo operaciones a mayor escala para salvaguardar la producción alimentaria y evitar que la situación de inseguridad alimentaria empeore en los países afectados.
Los donantes y asociados han aportado, hasta la fecha, casi 200 millones de dólares para financiar los esfuerzos de control de la plaga, lo que ha permitido a la FAO y los gobiernos aumentar rápidamente su capacidad de respuesta contra la langosta en una región que no había sido testigo de un recrudecimiento semejante en generaciones. Se ha capacitado a más de mil 500 empleados para actividades de levantamiento de campo y control, y ya están actuando 110 pulverizadores terrestres instalados en vehículos y 20 aeronaves.
La FAO pide ahora 40 millones de dólares más para reforzar, en 2021, el control y la vigilancia en la mayoría de los países afectados -Etiopía, Kenya, Somalia, el Sudán y el Yemen-. Más de 35 millones de personas ya se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria aguda en esos cinco países, y la Organización estima que esta cifra podría aumentar en otros 3.5 millones, si no se hace nada por controlar el brote actual.