70% de siembra de maíz en México sigue siendo nativo
Aunque hay una fuerte presión sobre los agricultores para sembrar maíces mejorados que comercializan las grandes empresas trasnacionales, en México predomina la siembra de maíces nativos y hay experiencias de agricultores en diversas latitudes que trabajan en torno a la conservación de las 65 razas que se han identificado en territorio nacional, de acuerdo con expertos y productores.
Durante la conferencia “Maíces nativos de la Sierra Madre Occidental”, realizada en el marco de la celebración del Día Nacional del Maíz, este 29 de septiembre, los participantes coincidieron en la necesidad de impulsar políticas públicas que fomenten la preservación y aprovechamiento de los maíces autóctonos y presentaron el trabajo desarrollado por los agricultores e instituciones donde ya hay avances.
En territorio mexicano se siembran 7.4 millones de hectáreas, y en 70% se utilizan semillas nativas, expuso el integrante de Maíces nativos de la Sierra Madre Occidental, Francisco Archundia, en el foro organizado por la subsecretaría de Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
La producción de maíz en México alcanza 27.4 millones de toneladas, con rendimiento de 3.8 toneladas por hectárea y un precio medio de 4 mil 190 pesos por tonelada.
El valor de la producción es de 114 mil 911 millones de pesos.
Ademas se cultivan 588.7 mil hectáreas de maíz para forraje con un rendimiento promedio de 28.7 toneladas por hectárea de forraje verde.
Chiapas se encuentra en primer lugar de producción con superficie cosecha de 595 mil hectáreas; seguido de Veracruz con 583 mil y Sinaloa con 562 mil hectáreas.
Sinaloa ocupa el primer lugar en producción, al aportar 6.3 millones de toneladas, en segundo lugar esta Jalisco, con 3 millones y Michoacán con casi 2 millones de toneladas.
El mayor rendimiento lo tiene Sonora con 11.6 toneladas por hectarea, seguido de Baja California con 11.3 toneladas y Sinaloa con 11 toneladas, puntualizó Francisco Archundia.
El doctor Pedro Sánchez Peña, especialista en maíces de Sinaloa, expuso que en esta entidad el referente son la agricultura empresarial, de alto rendimiento, pero existe “otro Sinaloa” en la producción de maíz, donde están los “productores olvidados” de la zona serrana, quienes cultivan como nuestros ancestros, ya que ahí es imposible la tecnificación, la alta tecnología. Las áreas de temporal sembradas con maíces criollos se han reducido desde 1980 al 2021, “drásticamente”, al pasar de 120 mil hectáreas a sólo 30 mil hectáreas.
En ese otro Sinaloa, remarcó, encontramos una biodiversidad amplia de maíces, donde hay 14 de las razas de las 65 identificadas en todo México. Precisó que de 18 municipios sinaloenses, solo en cuatro no han encontrado maíces nativos.
Sinaloa es territorio de maíces nativos. Tenemos la presencia de esa riqueza de materiales que albergan genes de importancia para la seguridad alimentaria del planeta”, finalizó.
En Michoacán hay casi 40 razas de maíz, que comparada con las 35 de Oaxaca, representan dos tercios de las más de 60 existen en México, resaltó el biólogo Carlos Ramirez, quien señaló que con el mejoramiento genético de maíz Chalco en la Ciénega de Zacapu, trabajan para conservar estas razas.
Refirió que en muchas regiones, como Bajío y Sinaloa, la gente ha abandonado los maíces nativos porque el maíz mejorado no se acama y es adecuado para cosecha mecánica. “Desgraciadamente muchos están cambiando a maíz mejorando”.
Por ello, expuso, en Michoacán la apuesta fue combinar maíz mejorado con la raza Chalco, que es muy alto y susceptible al acate, además que esa región se anega fácilmente y hay perdidas enormes. Este desarrollo dio como resultado el Maíz Tukuru, que permite afrontar estas problemáticas y es producto de cruza y retrocruza y después selección visual por agricultor, que sigue manejando la propia semilla e incluso la vende.
“No pensamos –expresó– ahora en competir con multinacional que introducen mucho maíz mejorado y poco a poco están desplazando al maíz criollo, pero es un principio”.
En Jalisco, en la región de la Ciénega del Lago de Chapala, Lago de Cajititlán y la Cuenca del Rio Santiago, donde se siembran maíces híbridos en monocultivo de forma convencional, altamente contaminantes, a pesar de ser zona de emergencia ambiental y sanitaria, está la amenaza de agricultura industrial. Ahí, en siete municipios se esta dando una transición agroecológica, explicó la técnica en agroecología de la estrategia acompañamiento técnico de Produccion para el Bienestar, Ana Martha Becerra.
En esta región también, el productor agroecológico, Ezequiel Cárdenas Rodríguez, promueve la Casa del Maíz Tlajomulco, con el objetivo de rescatar, conservar y transformar las 25 variedades que ya se tienen en este recinto, donde también hay 20 variedades de frijol, 20 y cuatro de calabaza
Al hablar de los maíces de Nayarit, Víctor Antonio Vidal Martínez, manifestó que en la Sierra de Nayarit no ha cambiado mucho la genotipos de maíces criollos y hoy en los 20 municipios hay presencia de estos.
Indicó que no ha habido pérdida de razas, hay 42, que han conservado los coras, huicholes y mexicaneros. Reconoció que los rendimientos son más bajos que los convencionales, pero acotó que los maíces nativos han sido creados para alimentar sanamente a la población.
El subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, Víctor Suárez Carrera, expuso que es común que liguemos al maíz con el centro y sur de la República, pero en realidad esta riqueza está presente en todo el territorio nacional, ya que todo el país es centro de origen, diversificación y domesticación continua.
El funcionario federal destacó que Producción para el Bienestar, por medio de su Estrategia de acompañamiento técnico, ha establecido un método virtuoso de vinculación entre técnicos agroecológicos y sociales, científicos y productores del campo.
La coordinadora de Agrobiodiversidad de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), María Francisca José Acevedo Gasman, manifestó que
los mercados deben diferenciar, valorar y reconocer las variadas fuentes y atributos de los sistemas de producción de maíz, así como de sus productos resultantes.
Remarcó la necesidad de más inversión pública para la generación de datos específicos ligados a los sistemas de producción de maíz y que las razas de maíces deben ser parte del foco del mejoramiento de la mejora agronómica. También se requiere un esfuerzo global para fortalecer los procesos de conservación in situ que complementen los esfuerzos ex situ en el marco del dominio público.
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El maíz fue domesticado en Mesoamérica a partir de los teocintles, hace 10,000 años
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Hay hasta 600 formas diferentes de preparar alimentos a partir del maíz. Además es importante para alimentación, actividad ganadera y uso industrial.