Ante cambio climático hay que hacer visibles problemas de los suelos
Durante la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático (COP 26), que se desarrolla en la ciudad de Glasgow, se subrayó la necesidad de incluir la discusión sobre el cuidado de los suelos a nivel global, de cómo la humanidad debe enfrentar el cambio climático y la urgencia de que los países materialicen en acciones los consensos alcanzados a nivel científico.
“El 80% del carbono está en nuestros suelos, lo que representa un problema pero también una oportunidad. Habitualmente se le presta más atención a los árboles, pero tenemos que darle visibilidad a los suelos, que albergan el 25% de la biodiversidad”, dijo la gerente del Programa de Cambio Climático, Recursos Naturales y Gestión de Riesgos Productivos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) Kelly Witkowski
“Necesitamos trabajar con los productores agropecuarios en el campo; conocer las barreras que enfrentan, saber lo que necesitan y facilitar su capacitación. La coalición busca traducir los avances de la ciencia y la investigación en acción”, agregó.
En el evento participó por videoconferencia el laureado científico Rattan Lal, considerado la máxima autoridad en ciencias del suelo. Lal dirige el Centro de Manejo y Secuestro de Carbono (C-MASC), en la Universidad Estatal de Ohio, que lleva adelante junto al IICA el Programa “Suelos Vivos de las Américas”, que actúa como puente entre la ciencia, el ámbito de las políticas públicas y el trabajo de desarrollo en la restauración de la salud del suelo en el Hemisferio Occidental.
Lal dijo que el suelo ha sido fuente de vida y prosperidad para todas las civilizaciones a lo largo de la historia y explicó que su salud está vinculada con al menos siete de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por los Estados Miembros de la ONU con la visión puesta en 2030.
“La vida –agregó- depende esencialmente de la salud del suelo. Hoy, más del 40% de la superficie de la tierra está degradada y 840 millones de personas sufren inseguridad alimentaria. Debemos restaurar la salud de los suelos a partir de prácticas agrícolas que sean negativas en emisiones de carbono”.
El científico, que es Embajador de Buena Voluntad del IICA, abogó por la fijación de una agenda de largo plazo tendiente a restaurar la salud de los suelos, que tenga como uno de sus objetivos centrales el empoderamiento de los pequeños agricultores, de modo que adopten buenas prácticas agrícolas.
“Podemos lograrlo. El momento es ahora”, concluyó.
Para la ministra de Agricultura de Chile, María Emilia Undurraga, quien envió un mensaje desde Santiago, la salud del suelo tiene influencia directa en el bienestar de las sociedades.
“Solo vamos a tener una agricultura saludable si tenemos suelos vivos. Chile promueve un nuevo paradigma para enfrentar el cambio climático, a través de la generación de acciones y políticas que favorezcan una producción sostenible. Estamos comprometidos a seguir por ese camino”, afirmó Undurraga.
El director general del IICA, Manuel Otero, quien participó por videoconferencia desde San José de Costa Rica, reafirmó el compromiso del Instituto con la Coalición de Acción para la Salud de los Suelos, en el convencimiento de que es una herramienta para contribuir a la calidad de vida no solo de las comunidades rurales, sino también de las poblaciones urbanas.
Otero afirmó que el IICA adhiere al concepto de Una Salud y destacó la importancia de generar conciencia a nivel global sobre la estrecha relación entre el bienestar de las personas y el funcionamiento pleno de los ecosistemas.
“Hasta hace algunos años solo nos preocupábamos por cómo mejorar la productividad. Ese era nuestra obsesión debido a la necesidad de alimentar a una población mundial creciente. Sin embargo, hemos entendido que debemos balancear la mejora de la productividad con el cuidado de los suelos y la biodiversidad”, dijo por su lado Juan Lucas Restrepo, director general de la Alianza entre Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).
Para Restrepo, la clave es mejorar la investigación y la innovación y tener claro que la problemática es responsabilidad colectiva de actores públicos y privados. “No podemos –advirtió- cargar la cuestión de la salud de los suelos en los productores agrícolas, que necesitan incentivos y capacitación”.