Aumentan empresas que cultivan maíz; baja autoconsumo, expertos

La producción empresarial de maíz se ha incrementado, al pasar de 78 a 241 empresas entre los 2001 y 2015, mientras que el autoconsumo de este grano ha perdido relevancia entre la población campesina, expuso el autor del libro Empresarios de la Industria Semillera en México, Gilberto Aboites Manrique.
Durante la presentación de esta publicación, convocada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, Aboites señaló que el desarrollo de este cultivo permitirá satisfacer la producción de alimentos de manera eficiente y socialmente más justa.
El también director del Centro de Investigaciones Socioeconómicas (CISE) de la Universidad Autónoma de Coahuila planteó que para promover el desarrollo de esa industria se debe modificar el marco normativo en materia de propiedad intelectual.
Consideró que, si bien los programas como “Masagro” han impactado en un crecimiento de materiales mejorados para la agricultura y permitido el surgimiento de empresas semilleras mayoritariamente pequeñas, es necesario elevar la calidad de las semillas para satisfacer la producción de alimentos.
Expuso que el modelo agrario del maíz es bimodal, es decir, entre campesinos y empresarios, donde se ha impulsado la innovación desde el tratamiento de sus insumos orgánicos hasta su administración, al introducir el código de barras en las bolsas de semilla.
Durante su comentario sobre el libro, Rebeca de Gortari Rabiela, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró como aspectos importantes, la historia de las empresas agrícolas del país, establecer empresas nacionales dedicadas a atender el mercado regional diversificado, el reto de la comercialización y la producción de las semillas mejoradas.
Marcela Amaro Rosales, también del Instituto, indicó que la publicación establece que la relación entre la inversión privada y los campesinos puede generar proyectos exitosos en el ámbito agrícola; además, invita a reflexionar sobre los modelos productivos, cómo afectarán las medidas del T-MEC y qué políticas públicas son necesarias para mejorar este rubro.
Ricardo Martínez Rojas Rustrían, director de Estudios de Desarrollo Regional del CESOP, mencionó que la semilla mejorada ayuda mucho a la producción del maíz, pero se requiere diseñar una estrategia que aumente la capacidad de producción por hectárea.
Leobigildo Córdova Téllez, de la Universidad Autónoma de Chapingo, comentó que la industria de semillas inicia cuando el mejoramiento genético rinde frutos y al generar nuevas variedades se obtienen grandes beneficios para los usuarios.
Fuente: Cámara de Diputados