“Bombardeo” de nubes beneficiará también a Coahuila y Zacatecas
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) pondrá en el Proyecto de Estimulación de lluvias en los estados de Coahuila y Zacatecas, para mitigar los efectos de la sequía, con lo cual aumenta a siete el número de entidades beneficiadas en lo que va del año.
El esquema, que consiste en liberar moléculas de yoduro de plata en las nubes para precipitar la lluvia, se lleva a cabo actualmente a través de tres polígonos que comprenden los estados de Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango, informó la dependencia federal.
Detalló que a esto se suman dos polígonos más —de un millón de hectáreas cada uno— que comprenderán la zona de La Laguna (con impacto también en regiones de Coahuila y Durango) y el norte de Zacatecas, cada uno.
Señaló que en Sonora se han registrado a la fecha cuatro vuelos, los que han permitido un incremento en la precipitación de hasta un 50 por ciento respecto a lo pronosticado en algunos de los pluviómetros en zonas como El Novillo, Cucurpe y Baviácora.
Además, el proyecto ha impulsado el almacenamiento de 117 millones de metros cúbicos a las presas Plutarco Elías Calles (El Novillo) y Adolfo Ruíz Cortines de dicha entidad.
En Sinaloa se han realizaron ocho vuelos a la fecha, sobre el territorio de los municipios de Culiacán, Cosalá, Mocorito, Badiraguato, El Fuerte y Choix. Sin embargo, el polígono atendido ha abarcado también a Tamazula y Canelas, Durango, y Álamos, Sonora.
Esto ha permitido que el nivel de las presas en el área de influencia del polígono, que presentaban un almacenamiento de mil 420 millones de metros cúbicos (el 9.3 por ciento de su capacidad de conservación) aumentara a dos mil 094 millones de metros cúbicos, equivalentes al 13.6 por ciento.
Del conjunto de las nueve presas en el área de influencia del proyecto, las más beneficias son Luis Donaldo Colosio, Adolfo López Mateos, Sanalona y José López Portillo. También, han comenzado a recibir aportaciones Miguel Hidalgo y Guillermo Blake, destacó Agricultura.
En Chihuahua, abundó, el proyecto de estimulación de lluvias cubre dos millones de hectáreas, ubicándose en la parte alta de la sierra, zona que abastece de agua a las cuencas más importantes, a través de 13 vuelos.
Así, se han cubierto los 11 municipios que conforman el polígono del proyecto, nueve en Chihuahua y dos en Durango, donde se ubican cinco de las principales cuencas hidrológicas del estado que ya se están viendo beneficiadas.
Incluso, el Río Florido renació después de 30 años, gracias a los escurrimientos generados por las precipitaciones registradas en el municipio de Coronado, Chihuahua, con un acumulamiento de 100 milímetros.
La dependencia resaltó que continuarán con el proyecto hasta finales de septiembre, en los estados mencionados.
Recordó que la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) aportó al proyecto dos aviones King Air 350i. La planeación y programación de este tipo de vuelos se lleva a cabo a partir del análisis de las condiciones meteorológicas sustentadas con información obtenida mediante aplicaciones móviles e imágenes satelitales.
Con la estimulación de la lluvia se espera la recuperación de la humedad en el suelo, lo que permite el crecimiento de alimento para el ganado, la siembra de cultivos de temporal y se realiza además un monitoreo de la entrada de agua a las presas.
El objetivo es mitigar la sequía en beneficio de las zonas de temporales, pastizales, maizales y cultivos tradicionales y de una forma colateral se esperan escurrimientos a las presas, con lo cual se beneficiará a un mayor número de productores de los estados involucrados.
Sader explicó en un comunicado que este método desarrollado con tecnología mexicana -amigable con el ambiente- replica las condiciones de la naturaleza con la aplicación de las leyes de la física del agua y la inyección de núcleos de condensación, detonantes de una reacción desencadenante en la nube.
Es decir, al liberar las moléculas de yoduro de plata en la nube, su estructura molecular hace que se posen en ella los cristales de hielo, liberando energía desencadenante que empuja la fusión de otros cristales para formar una gota y miles más, con lo que inicia la precipitación.