Critican políticas y despojo de tierras en gobierno de la 4T
En el marco de la conmemoración del 102 aniversario del asesinato del General Emiliano Zapata Salazar, el 10 de abril de 1919, dirigentes de organizaciones campesinas criticaron las políticas para el campo del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) y acusaron que se han multiplicado los despojos de tierras a ejidatarios del país por parte de empresas extranjeras, en especial las mineras.
El secretario general de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), Federico Ovalle Vaquera, manifestó que este año los agricultores, además de enfrentar falta de recursos y programas de apoyo, enfrentarán una severa sequía, la cual pondrá en riesgo la producción de maíz en el ciclo primavera-verano e impactará en la importación de granos.
Para el dirigente se necesita una política de desarrollo social integral, no dádivas electorales. “Una política social que atiende la educación la vivienda, la salud y la generación de empleo, las becas se agradecen pero no son suficientes, no generan riqueza, generan dependencia. No necesitamos asistencialismo ni migajas, se requieren políticas de inversión y de fomento productivo, invertir en bienes públicos e infraestructura”.
Al encabezar una protesta afuera del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, criticó que las políticas instrumentadas por el gobierno autodenominado del cambio y su partido Morena, ubican a México en la destrucción y en la miseria al no reportar crecimiento económico, altas tasas de inflación de 4.67%, de combustibles superiores a 14.55% y en alimentos 5.79%, “lo que demuestra que al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la 4T le quedo grande el paquete y a dos años y medio no tiene rumbo”.
Federico Ovalle precisó –en un comunicado– que la destrucción del país se demuestra con datos duros: en 2018 el precio de la gasolina magna reportó precios de 16.76 pesos por litro, la Premium, 18.47; el diésel, 17.68; en tanto que en marzo de este año la gasolina magna se ubica en 20.05 pesos el litro, la Premium 21.32; y el diésel 21.27 pesos.
Por lo que respecta a los precios de los alimentos en el primer bimestre de 2021 registraron un aumento del 5.5%. Productos de origen animal como la carne de pollo registró un incremento de 9.4%, seguida de la leche pasteurizada 8.1% y la carne de res con 7.5%.
Manifestó que el gobierno de la 4T prometió combate a la corrupción, crecimiento de la economía, acabar con la violencia, un buen sistema de salud y rescatar al campo, y mintió.
“Vivimos cuatro crisis muy graves: la sanitaria con más de 205 mil muertos por la pandemia Covid-19; la económica; la de inseguridad y una crisis política y social, con niveles alarmantes de descomposición social y una sociedad que dejó de creer en el gobierno y en las instituciones políticas del Estado mexicano”, destacó.
Por su parte, el secretario de Finanzas de la Fundación Mejoremos al Campo, Rafael García del Horno, consideró, que el postulado de Zapata sigue vigente porque hay que continuar con la lucha para defender el derecho de los campesinos a resguardar sus tierras, que ahora se hayan amenazadas por compañías mineras trasnacionales que a toda costa pretenden apoderarse de los recursos naturales de México, de desarrollos turísticos y de desarrolladores habitacionales.
Refirió que
por la sequía y la falta de apoyos a los productores en la presente administración se ha incrementado la renta de las tierras en el norte del país, situación que provoca que los campesinos no se arraiguen en sus lugares de origen.
El dirigente expuso que después de la Revolución Mexicana se repartió la tierra más no la justicia, ya que en muchas ocasiones donde se siembra para la producción de alimentos la parcela termina convertida en fraccionamientos que enriquecen a otros menos a sus auténticos dueños, los ejidatarios.
García del Horno pidió a los campesinos que no vendan ni renten sus tierras y, en todo caso, reconoció la importancia de crear inmobiliarias campesinas y frenar el crecimiento de la mancha urbana.
Destacó que, ahora en el campo no hay señales alentadoras de voluntad política para transformar el agrarismo mexicano, no sólo combatiendo la pobreza, sino para convertir las parcelas en espacios productivos con acceso al financiamiento, insumos, asistencia técnica y nuevos mercados.